Política

Moncloa se burla de Oughourlian y aviva la guerra total con Prisa: "Acabarán cargándoselo"

Los socialistas creen que el presidente del Gobierno terminará doblando el pulso al presidente del grupo mediático, pero creen que saldrá tocado

  • Joseph Oughourlian, Pedro Sánchez y Salvador Illa. -

Ni preocupación ni malestar. Más bien al contrario. La contundente tribuna que publicó este lunes el presidente de Prisa, Joseph Oughourlian, recién nombrado presidente del diario El País, es motivo de burla entre algunos miembros del Ejecutivo, según ha sabido Vozpópuli. El empresario francés de origen armenio señaló al Palacio de la Moncloa por maniobrar para asaltar su compañía, editora no solo del diario con sede en la madrileña calle de Miguel Yuste, sino también de la Cadena SER.

"Sería inaceptable que, cuando estamos recordando que hace ya 50 años murió el dictador Francisco Franco, alguien cayera en la tentación de tratar de adueñarse de un medio de comunicación independiente desde el poder, bien directamente, bien utilizando alguna empresa estatal como instrumento". El golpe se escuchó en Marte. Pero las fuentes consultadas en el núcleo duro del Gobierno ni se inmutan. Los socialistas creen que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, terminará doblando el pulso al máximo responsable del grupo mediático, pero creen que saldrá tocado. "Acabarán cargándoselo, pero por el camino se están dejando muchas plumas", apunta una veterana socialista.

La guerra por el control de Prisa se ha recrudecido después de que trascendiera un encuentro reciente en París entre el ministro para la Transformación Digital, Óscar López; el recién elegido presidente de Telefónica, Marc Murtra; y el responsable de Vivendi, accionista de Prisa hasta el momento afín a Oughourlian. López negó esa cita en París y tildó la información publicada por el medio francés Le Point de "bulo". "El Gobierno no se mete en la política interna de un grupo privado ni entra en el accionariado". Aunque sí reconoció un "brevísimo encuentro" de "dos minutos" en el marco de la Cumbre sobre Inteligencia Artificial en París y subrayó que es habitual que, como ministro, se reúna con responsables de medios de comunicación en distintos lugares.

El objetivo de Moncloa es que este grupo, vinculado según el Gobierno a la extrema derecha francesa, venda su participación en Prisa al sector rebelde de la compañía para completar el plan de lanzamiento de una nueva cadena de televisión en la TDT próxima editorialmente a los intereses mediáticos del Ejecutivo. Precisamente ese fue el inicio de las hostilidades: el rechazo del empresario francoarmenio a emprender dicha televisión por considerar que se trata de una idea absurda en el actual contexto mediático, que lastraría aún más las cuentas de la empresa, la cual batalla por saldar una deuda de centenares de millones.

Oughourlian tomó cartas en el asunto y provocó la salida de dos afines al Gobierno del organigrama de la compañía: el consejero delegado, Carlos Núñez, que dimitió antes de que lo cesaran, y el director de contenidos, José Miguel Contreras, que fue directamente despedido. Ambos, impulsores internos de la cadena de marras, eran considerados los hombres fuertes de Sánchez en Prisa. El Ejecutivo, según las fuentes consultadas, pasó de la preocupación al convencimiento de que podrán mantener su influencia en el grupo. El objetivo inicial del núcleo duro de Sánchez era no provocar un enfrentamiento abierto y "buscar un pacto de no agresión". Las fuentes consultadas consideraban que eso "sería lo inteligente", pero Oughourlian no va a dejarse pisar en su empresa. Y la tribuna, abierta y libre de muro de pago, da cuenta de ello.

Algunas fuentes socialistas reconocen que el empresario "se ha hartado" de Sánchez y anticipan que, mientras se decida la guerra, tanto El País como la Cadena SER serán medios "menos sumisos" a los intereses del presidente del Gobierno y sus ministros. Moncloa, en cualquier caso, se considera víctima de un acoso. El Gobierno, por el momento, cuenta con un grupo de accionistas españoles con una participación conjunta de alrededor del 17 %. En este grupo, que está liderado por Contreras, están Global Alconaba, una firma encabezada por Andrés Varela, fundador de Globomedia junto con Emilio Aragón, Daniel Écija y el propio Contreras, con un 7 % del capital; Adolfo Utor, dueño de Baleària, que tiene otro 5,4 %; y Diego Prieto, fundador y presidente del Grupo SSG, una compañía dedicada al transporte sanitario, con otro 3,1 %. La clave ahora está en lo que puedan hacer Vivendi, que tiene un 11,79 %; la familia Polanco, con un 7,6 %; el magnate mexicano Carlos Slim, con un 7 %; y el Banco Santander, con otro 4 %.

Los socialistas están en contacto permanente con Contreras. No hay un solo movimiento que no esté informado. El propio Sánchez tiene mucho interés y está haciendo un seguimiento casi al minuto de los acontecimientos, según explican las fuentes consultadas. Para el Gobierno, en estos momentos, es fundamental la influencia en un grupo de medios tan relevante como Prisa. Estas mismas fuentes admiten que el núcleo duro del presidente está obcecado con abrir ese canal mediante una nueva señal de TDT. De hecho, Sánchez situó en su día a Antonio Hernando, hasta septiembre director del gabinete de Presidencia, en la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones, desde la que, como explican fuentes socialistas, puede controlar las regulaciones de las licencias de televisión que supervisa el ministro Óscar López.

La idea es aprovechar un cambio técnico que mejorará la definición de la señal digital para ocupar el hueco en la banda de emisión con otro canal. Y José Miguel Contreras, gurú del presidente del Gobierno, alentaba la jugada en plena cruzada de Moncloa contra la prensa tras el estallido del caso Begoña Gómez, mujer del presidente. El núcleo duro del Gobierno veía con buenos ojos un nuevo altavoz mediático al que poder influir editorialmente con el fin de lograr ayuda para permanecer al frente de las riendas del país pese a los problemas que enfrenta el presidente.

La conjunción entre Sánchez y Contreras es total. El empresario, exdirector ejecutivo de La Sexta, ejerce una gran influencia sobre el presidente del Gobierno, la misma que también ejerció, hasta su fallecimiento hace poco más de un año, Miguel Barroso, el otrora secretario de Estado de Comunicación de Zapatero. Sánchez no acostumbraba a tomar una sola decisión sin consultar a los dos, y ambos remaron desde dentro para que Prisa volviera a ser un medio afín al inquilino de Moncloa. Es más, tras el fallecimiento de Barroso, Prisa ascendió a Contreras a jefe de contenidos, atalaya de la que ha sido derribado en una pelea de poder.

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