La salida de Ciudadanos de los Presupuestos no deja indiferentes a los asesores de Pedro Sánchez. Fuentes gubernamentales reconocen que el plan de Iván Redondo, su principal estratega, era acercar el Gobierno al partido de Inés Arrimadas. Las maniobras de Pablo Iglesias, sin embargo, lo han impedido. Crece el temor a un Ejecutivo demasiado escorado a la izquierda, a medida que los sondeos (públicos e internos) dibujan escenarios preocupantes. "El perdedor es Pedro", deslizan desde Podemos, pero La Moncloa ordena mantener la calma: creen que queda tiempo y que la situación se puede revertir.
El modelo de las geometrías variables dibujado por Redondo (mantener negociaciones paralelas con Arrimadas y ERC) se tambalea. El líder de Podemos se ha salido con la suya. Ha logrado crear un eje con los nacionalistas y echar de la ecuación a los liberales. Y lo hizo con el visto bueno de los propios asesores de Sánchez.
La Moncloa permitió a Iglesias abrir canales y negociaciones paralelas con todos los nacionalistas con la convicción de que no saldría nada. “Si Iglesias es capaz de obtener el apoyo o la abstención de ERC mientras Ciudadanos nos apoya, le daremos la enhorabuena”, ironizaba hace tan solo dos meses uno de los integrantes del equipo de asesores del Gobierno. Dos meses después, el líder morado ha logrado imponer su estrategia.
Queja de cuadros socialistas
En tan solo pocas semanas, Iglesias ha sumado a Bildu en la ecuación presupuestaria y ha roto la baraja. El PSOE, dividido en el propio Ejecutivo e impulsado por el sector de Adriana Lastra y José Luis Ábalos, entendió tarde el efecto colateral de ese movimiento.
El malestar en el PSOE va en aumento. Son sobre todo los cargos territoriales (alcaldes y concejales) que se están quejando. “Tenemos que dar explicaciones a nuestros votantes por las políticas del Estado. Nos preguntan que por qué pactamos con los exterroristas…”, revela un alcalde de una ciudad de la Comunidad de Madrid.
Incluso en Podemos, donde no todos los dirigentes respaldan un acercamiento tan contundente con los nacionalistas (recuerdan la tesis de Carolina Bescansa y la caída en las vascas y gallegas), creen que, a pesar de todo, el “verdadero perdedor es Pedro; Iglesias le ha doblado la situación”.
Mientras tanto, los sondeos empiezan a vaticinar una paulatina caída del PSOE. El promedio de las encuestas apunta a una pérdida de apoyos tanto de Podemos como del PSOE, y un repunte del Partido Popular. El último estudio demoscópico publicado el miércoles en 20 Minutos, por ejemplo, vaticina que PSOE y Podemos perderían entre 23 y 28 diputados.
Fuentes gubernamentales no descartan que La Moncloa tengan sus propios tracking electorales, y que estos también reflejen un preocupante descalabro. En Podemos ocurre lo mismo. En este caso, el principal temor de los morados es sufrir otro batacazo en las elecciones catalanas. Aunque Iglesias ha ordenado centrar su estrategia en la permanencia del Ejecutivo, dejado en segundo plano el futuro del partido.
Ofensiva a la vista contra Podemos
Fuentes gubernamentales socialistas reconocen que el Ejecutivo se está escorando demasiado a la izquierda y que La Moncloa sabe que esto es un error. En cuanto a Arrimadas, los que aspiraban al acercamiento hablan claro. “Muy bien jugado por su parte", sostienen para comentar el anuncio de Ciudadanos sobre los Presupuestos. En opinión de estas fuentes, la dirigente naranja puede reivindicar una política al margen de Albert Rivera e incluso aspirar a un acercamiento al centro capaz de atraer a los “huérfanos” del PSOE.
En sectores de Unidas Podemos, no obstante, cree que el futuro electoral de los naranjas también está perjudicado. "Electoralmente lo tienen fatal", sostienen. En estos sectores reconocen que la relación personal entre Sánchez y el líder morado parece haber empeorado. La desconexión es palpable. Aunque oficialmente en Podemos mantienen que los pulsos internos en el Consejo de Ministros son “positivos” para afianzar el “Gobierno progresista”.
"El escenario cambiará"
La Moncloa quiere analizar con frialdad y distancia los acontecimientos. Creen que todavía queda tiempo para recuperar el espacio perdido. "La legislatura será larga", repiten varios dirigentes consultados, para reprochar a los que creen que difunden alarmismo.
A la vista está la aprobación de las cuentas, prevista para finales diciembre (y que se formalizará en el Congreso en enero). Después llegarán las elecciones catalanas de febrero. A partir de marzo, con la paulatina salida de la pandemia, muchos creen que los equilibrios internos en el Ejecutivo van a modificarse.
Todos apuntan a una remodelación del Ejecutivo, en la que Sánchez y Redondo piensan ya desde el verano, como desveló Vozpópuli. A ese respecto, las fuentes consultadas niegan que Iglesias esté blindado en el Ejecutivo, aunque es poco verosímil hablar de su salida (Redondo prefiere tener a un Podemos domesticado en el Consejo que uno rebelde fuera). Pero lanzan una advertencia a Podemos: 12 crisis ministeriales en diez meses son excesivas, y afirman que la próxima puede ser la definitiva. “El escenario cambiará”, aseguran los más medidos, mientras que otros sostienen que se acercan los "navajazos".