Soraya Sáenz de Santamaría salió ayer de la reunión que mantuvo con el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, con la certeza de que el Gobierno tiene al alcance de sus manos conseguir el respaldo del nacionalismo vasco a los Presupuestos estatales de 2017 que comenzarán su tramitación el mes que viene. Este apoyo es crucial puesto que Mariano Rajoy podría prescindir de la ayuda del PSOE para sacar adelante un proyecto de ley que tendrá como antesala el debate sobre el techo de gasto.
El PNV exige al Gobierno despejar las liquidaciones del cupo vasco de los últimos diez años
Si bien la dirección del PNV sospecha que los socialistas acabarán negociando con el Gobierno estos Presupuestos, escenario que daría al Gabinete de Rajoy una imagen de mayor fortaleza ante los mercados, los nacionalistas vascos han decidido jugar sus cartas y ayer le trasladaron a la vicepresidenta sus condiciones. Se resumen en tres: gestos políticos desde Madrid que faciliten al PNV justificar ante su electorado el apoyo a las cuentas del año que viene, cumplimiento estricto del Concierto Económico y creación de cauces de diálogo bilaterales que evite que decisiones del Gobierno vasco lleguen continuamente a los tribunales.
La segunda condición es, quizás, la más exigente, puesto que aún están sin liquidar los cupos que van desde los años 2007 a 2011 y de 2011 al presente ejercicio. En 2017 tendrá que negociarse la nueva ley del cupo que se extenderá hasta el 2022 y lo que pide el PNV es que en este diálogo el Gobierno ponga la mejor disposición posible para que el Gabinete que preside Iñigo Urkullu pueda despejar el horizonte presupuestario del País Vasco.
Diferencia contable de 800 millones
El cupo es la cantidad que esta comunidad autónoma paga anualmente a la Administración central para sufragar las competencias propias del Estado que no pueden ser transferidas, relacionadas en su mayoría con la política de defensa y la de asuntos exteriores. Desde la etapa de Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, las dos partes mantienen una diferencia contable de 800 millones de euros que deriva parcialmente de la herencia dejada por Patxi López como lendakari. El País Vasco debe pagar el 6,24% de la renta estatal, un cálculo que tendría que ajustarse anualmente dependiendo de la evolución de los impuestos no concertados, de otros ingresos y del déficit.
Para poder contar con el apoyo del PNV al techo de gasto que el Consejo de Ministros aprobará en breve, el Gobierno tendrá que poner antes por escrito sus contrapartidas. Fuentes gubernamentales informan que también se ha ofrecido a los nacionalistas vascos orillar el Concierto Económico de la negociación sobre el nuevo modelo de financiación que se abrirá en breve, teniendo en cuenta que comunidades como las dos Castillas, Asturias, Extremadura, Murcia o Cantabria han elevado sus voces de manera continuada sobre la conveniencia de disminuir los privilegios que pueden encerrar los sistemas forales de los que disfrutan tanto el País Vasco como Navarra.
Los nacionalistas vascos temen que la Generalitat vuelva a reivindicar un pacto fiscal similar al Concierto
La revisión del Concierto es algo que no está en la agenda del Gobierno, aunque el PNV teme que la reivindicación independentista en Cataluña regrese pronto al punto de partida, es decir, a la exigencia por parte de la Generalitat de un pacto fiscal similar al que alberga el Concierto como condición indispensable para modular la agenda soberanista. Esta exigencia volvería a abrir la caja de los truenos en el resto de los territorios.