El PSOE rebaja un poco la euforia. Pese a que el ambiente que se vivió este lunes en la reunión de la ejecutiva federal, presidida por Pedro Sánchez, fue de alegría por el gran resultado electoral de Salvador Illa el pasado domingo, la dirección socialista desconfía de ERC y teme que el partido que preside Oriol Junqueras colapse en las próximas semanas y dificulte la investidura de Illa. Las esperanzas para que el exministro de Sanidad sea presidente de Cataluña están puestas en los republicanos, que ya dijeron que pasarían a la oposición. "Depende de ellos [que el PSC gobierne]. Y son muchos los que tienen que hablar dentro del partido", razonan en la planta noble de Ferraz.
Los socialistas están dispuestos a dar todo el tiempo del mundo a ERC. La amnistía tardará aún unos meses en quedar atada desde el punto de vista legal, aunque la previsión es que entre en el BOE el próximo 1 de junio. Y en todo ese tiempo, tanto los republicanos como Junts, evitarán tumbar a Pedro Sánchez en Madrid, según explican las fuentes consultadas. "Hay que dejar que reposen el resultado. Pere Aragonès dijo que estarían en la oposición, pero hoy ya decía que dependerá de la dirección del grupo allí", explican en Ferraz. Para más inri, ERC no tendría incentivos para forzar la repetición electoral, que se produciría en octubre, ya que no tiene candidato aparente pese a que asome Marta Rovira. Ni Aragonès ni Junqueras, que permanece inhabilitado pese a haber sido indultado, son opciones viables. Pero a ERC sí le interesaría permitir la investidura de Illa en solitario, que estaría a los mandos de un gabinete débil.
En cualquier caso, la renuncia del todavía presidente de la Generalitat dificulta la investidura de Illa, porque ERC se abrirá en canal con un más que previsible congreso extraordinario. En el PSOE no saben qué rumbo tomará el partido. Aunque no esperan movimiento alguno hasta después de las elecciones europeas. En Ferraz piensan que hasta que no haya una nueva fotografía electoral, la política catalana estará en suspense.
"Es gente que estaba hace cinco años donde estaba… [en la vía unilateral] Les hemos sumado a la mayoría de la investidura y ahora hablamos de un apoyo a Illa. Es un viaje que tienen que hacer", explican fuentes socialistas. "Yo creo que depende de ERC más bien. Tendrán que apoyar me da", explica un barón autonómico. Lo cierto es que el PSOE sabe que su principal adversario es Puigdemont y que tratará por todos los medios atolondrar a ERC para que no se permita apoyar a Illa.
Sánchez da total autonomía al PSC para decidir. No tiene intención de condicionar nada. Y el propio Illa, en conversación con este diario, se muestra convencido de que puede lograr su objetivo. "Me veo presidente", zanja. La idea es empezar a mandar señales a ERC. "Van a tener que tomar decisiones difíciles. Pero de aquí a las europeas no se va a tomar ninguna decisión, más que las internas. A partir de las europeas, ya ha dicho Aragonès que él no bloqueará la legislatura. Y ERC sabe que es un tiro en el pie. En el caso de que haya otras elecciones, puede perder más. Es más puede que reciba un castigo en las europeas. Hay tiempo, se lo van a tomar. Han dejado claro que no bloquearán. Votarán Illa o Puigdemont. Pero su situación interna no se lo va a permitir. Podrán ceder los diputados justos para hacer que Illa sea presidente. Pero no van a alentar ni tan siquiera la candidatura de Puigdemont. Le querrán muerto antes de votar en clave europea", explica una fuente conocedora de la política catalana.
Lo que cabe reseñar es que la situación política en Cataluña no va a impedir que los dos principales partidos independentistas sigan negociando con el Gobierno central. Las fuentes consultadas así lo indican. Ni en ERC ni en Junts van a pulsar el botón para volar el puente con Madrid. En Moncloa daban por descontado que ERC miraría a Illa si queda en segunda posición. Pero no lo ha hecho. Y eso es toda una "papeleta", como explican en Moncloa. Los republicanos pueden ser presa fácil del relato de la traición a la causa por la estelada. Por eso, el Gobierno de Sánchez no logró la guinda: que ERC ganara la pelea en el universo independentista.
