"En función del contenido, veremos si es vinculante o no es vinculante" el informe del Consejo de Estado sobre la pertinencia de que el Gobierno presente ante el Tribunal Constitucionalidad (TC) un recurso contra la reprobación por parte del Parlamento de Cataluña, el jueves pasado, del Rey Felipe VI.
Con esta frase, la ministra portavoz, Isabel Celaá, puso este viernes en evidencia el debate interno que hay en el PSOE sobre la conveniencia de llevar a cabo una iniciativa contra lo que, para muchos, no es más que un ejercicio de libertad de expresión en un Parlamento.
Los críticos creen que si Pedro Sánchez se ha embarcado en la idea de usar los tribunales es para no quedar a merced de la crítica de PP y Ciudadanos, pero sin ninguna convicción, como demostró él mismo en los corrillos del Día de la Fiesta Nacional. Entonces llegó a señalar que algo que no cambia el ordenamiento jurídico, puramente testimonial, difícilmente será sancionado por un tribunal.
En el PSOE bastantes creen que el argumento de que un Parlamento no tiene la función de reprobar al Rey está "cogido con pinzas"
Las fuentes consultadas por Vozpópuli creen que el argumento que esgrime ahora el Ejecutivo -"la reprobación del jefe del Estado queda fuera de las funciones atribuidas a un Parlamento autonómico", explicó Celaá- está "cogido con pinzas" y "veremos si el Consejo de Estado lo asume".
De hecho, la propia ministra portavoz ha advertido a este órgano -que ya tumbó la propuesta de recurso del Gobierno del PP contra la investidura de Carles Puigdemont- de que será "responsable de su decisión, no el Gobierno".
Y dejando abierta la posibilidad a que el Gobierno socialista ignore su dictamen, como hizo el del PP, añadió: "Confiamos en que el Consejo de Estado emita el dictamen preceptivo" y "en función del contenido, veremos si es vinculante o no es vinculante", avisó la ministra.
