El Pacto de Estado Social y Político por la Educación murió oficialmente el pasado 14 de mayo, tras 17 meses de trabajo y negociaciones, sin que se lograse elaborar un informe con las medidas que el Gobierno debería aplicar en una nueva Ley educativa, pero ya llevaba tiempo agonizando.
Desde que PSOE y Podemos abandonasen la comisión en la que se abordaba el acuerdo, PP y Ciudadanos siguieron en activo pero el plazo para seguir celebrando las reuniones de trabajo terminó y la opción de pedir una prórroga de este periodo para continuar la proeza sin el voto del resto de partidos no fue viable.
Sin embargo, el Ministerio de Educación que hoy lidera la socialista Isabel Celáa está recogiendo algunas de las propuestas que el PSOE puso sobre la mesa durante las negociaciones en el Congreso. Y una de las más sonadas es la creación de una asignatura sobre Valores Cívicos y Éticos, en la línea de las recomendaciones de Bruselas.
Según la nueva titular de la cartera de Educación, en el caso español esta materia será de carácter "obligatorio" y estará "centrada en el tratamiento y análisis de los derechos humanos y de las virtudes cívico-democráticas" como se hace en otros países de Europa, donde todos los alumnos y alumnas han de cursarla.
La era Zapatero
En la misma línea que lo hiciera la portavoz de Educación del PSOE en el Congreso, Luz Martínez Seijo, la ministra prefiere no hablar de Educación para la Ciudadanía como en la era Zapatero, tal como reconoció recientemente en una entrevista en 'El País'.
La propuesta del PSOE pretende garantizar que todos los alumnos, independiente de si cursan religión o no, estudien derechos humanos, valores cívicos, éticos y constitucionales. "Siempre hemos defendido Educación para la Ciudadanía, nos da igual el nombre, lo que importa son los contenidos. Nuestra propuesta va en línea de las recomendaciones de Bruselas, queremos garantizar que todos los alumnos estudian estos valores, no como ahora, que lo alumnos que estudian religión no tienen la posibilidad", reconocía Martínez Seijo a este diario en el marco de las fallidas negociaciones del pacto.
De acuerdo al contenido curricular de la nueva asignatura Valores Cívicos y Éticos [los 'constitucionales' no formarán parte del nombre de la asignatura], Celáa ha dicho que "no debe ser objeto de polémica alguna a estas alturas y menos cuando en toda Europa lleva años formando parte del currículo".
Sistemas europeos
¿Y qué sugiere Bruselas? Según un informe reciente de Eurydice -red creada en 1980 por la Comisión Europea para intercambiar información descriptiva sobre la organización y el funcionamiento de los sistemas educativos y las políticas nacionales en materia de educación- la existencia de una asignatura específica en torno a valores cívicos "sólo" se lleva a cabo en 20 sistemas educativos, con diferencias sustanciales en cuanto a su duración, y sirve para fomentar la convivencia armoniosa y el desarrollo mutuamente beneficioso de los individuos y de las comunidades de las que forman parte.
Pero además, el informe constata que este tipo de disciplinas ya no se limitan a conocer la Constitución, es decir, las instituciones y procesos políticos, sino que requieren el aprendizaje de una serie de conocimientos, habilidades y actitudes en cuatro áreas: interactuar de modo efectivo y constructivo con los demás, pensar críticamente, actuar de manera socialmente responsable y comportarse democráticamente.
El documento 'Citizenship Education at School in Europe 2017' constata que la historia reciente de Europa, castigada por el terrorismo y los movimientos nacionalistas, ha incrementado la preocupación de los partidos por introducir políticas educativas que fomenten la enseñanza de los derechos humanos, las constituciones y los valores éticos y cívicos en los centros educativos.
En España, los atentados terroristas o la defensa de la Constitución a la que se ha visto obligado el Estado tras el desafío independentista catalán, además de datos escalofriantes como el arrojado por el Barómetro 2017 de ProyectoScopio (elaborado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud) que recogen que uno de cada cuatro jóvenes de entre 15 y 29 años cree que la violencia de género es una conducta normal en una pareja, hacen cada vez más necesaria la implantación de esta asignatura según los partidos políticos. Sin embargo, algunos sectores de la comunidad educativa temen que esta iniciativa se convierta en una "Ética de Estado" que no respete la libertad de elección de otros padres y madres.