El PSOE, como gran partido nacional, tiene dificultades para controlar a todos sus militantes y cargos públicos. Solo en número de concejales, según fuentes del partido, los socialistas superan las 22.000 actas. Ferraz, a través de la secretaría de organización que dirige Santos Cerdán, tiene activados varios resortes de vigilancia. Pero como conceden todas las fuentes consultadas en el núcleo duro del PSOE, es muy difícil evitar que algún militante se corrompa y protagonice toda una trama corrupta como el exdiputado canario Juan Bernardo Fuentes Curbelo, alias 'tito Berni'.
"El tema no está sólo en el filtro, sino en la reacción cuando se conoce el problema", sintetiza a este diario una fuente socialista que conoce a la perfección las interioridades del partido. Por eso, en Ferraz intentan sofocar el incendio del 'caso Mediador' excusándose en que en menos de ocho horas, el partido le obligó a entregar el acta de diputado e inició el proceso de expulsión. Fue el propio Cerdán, tras un tenso encontronazo con 'tito Berni', quien ejecutó la maniobra para controlar el daño en la reputación del PSOE, aunque esta esté tocada según se conocen más detalles de las fiestas de Fuentes Curbelo, con prostitutas y empresarios, a los que cobraba por su influencia.
No obstante, las fuentes socialistas consultadas por este diario reconocen que Canarias tiene particularidades que propician la corrupción. Y los expertos que han atendido a Vozpópuli son contundentes: ni las primarias ni los distritos uninominales solucionan el problema. "En el caso canario es más complejo. Su estructura territorial y la dispersión isleña también contribuyen a difíciles equilibrios de poder. La cultura política insular y el urbanismo y la hostelería... La corrupción está muy extendida en las islas y ha tenido innumerables y sonados casos de corrupción, especialmente por parte de Coalición Canaria", explica un destacado socialista.
No puedes controlar que haya personas corruptas.Pablo Simón, politólogo
"No puedes controlar que haya personas corruptas. Pero puedes ponerles difícil que puedan corromperse si tienes una Administración Pública que establezca procedimientos para que no pase. Por ejemplo, una ley de protección de denunciantes, que no existe aún en España. En municipios pequeños o en ámbitos como pueden ser las islas, donde todo el mundo se conoce y tiene proximidad, es toda una labor de riesgo denunciar un caso de corrupción. Tenemos mecanismos de transparencia defectuosos. Por ejemplo, las incompatibilidades de los diputados las controlan comisiones parlamentarias y no hay más órganos independientes. En España vamos atrás en transparencia y buen gobierno", zanja el politólogo Pablo Simón.
El otro problema que enfrenta el PSOE y que se hace extensible a "todos los partidos", como reconocen dentro y fuera de Ferraz, es la paranoia tras una sospecha. En ocasiones llegan al buzón interno del partido soplos que luego se confirman que eran mentira. Eso, en verdad, forma de la política "más sucia", como explican en la sede socialista. Lo que está claro es que el caso de marras, que ha amargado la previa del 8-M al Gobierno, seguirá horadando al Ejecutivo "según se alargue" mediáticamente el caso. Y así lo reconocen en el PSOE.
La selección de dirigentes en los partidos suele moverse en base a lealtades. Más allá de la competencia en elecciones primarias, un histórico socialista canario explica a Vozpópuli que el germen de los males es la cultura de adhesión por fidelidad y no por valía: "Lo que no puede ser es que cuando hay unas primarias, el que las gane purgue a todos los que no estaban con él, pese a que en otra lista puede haber gente valiosísima. Pero da igual, porque como no es de los tuyos, no cuentas con él. Ese es uno de los grandes males que nos acechan en política".
No puede ser que cuando hay primarias, el que las gane purgue a todos los que no estaban con élUn histórico socialista canario
El politólogo de la Universidad Autónoma de Madrid Guillermo Cordero, experto en la selección de élites de partidos, advierte de que las soluciones mágicas no existen: "Muchos dicen que sería mejor elegir a los diputados en circunscripciones uninominales, es decir, elegir al diputado del barrio o del pueblo, como en Reino Unido. Pero esto no haría sino agravar el problema, porque para los diputados sería más fácil comprar a sus votantes, ya que son pocos, los tiene cerca y los controla mejor. Lo mismo para los que defienden primarias en cualquier contexto. En circunscripciones tan pequeñas sirve de poco por el mismo motivo. No creo que el problema sea tanto cómo llegan o cómo se eligen, sino que no haya mecanismos para que, una vez que llegan, sientan que no les sale a cuenta ser corruptos porque hay controles que los previenen y sanciones que los castiguen".
Víctor Lapuente, catedrático de Ciencia Política en la universidad sueca de Gotemburgo, no obstante incide en que España no es un fracaso por mucho que salten casos como el del 'tito Berni'. “No es un Estado fallido. Si en los indicadores internacionales, en cuanto a calidad de democracia, estamos altos y somos una democracia homologable a la de los países de nuestro entorno, el problema no es tanto de democracia como de burocracia”, explica. Entonces, ¿cuál es?
Este experto zanja: “Me gusta definir el problema como politización de la Administración y funcionarización de la política. De esta manera se alimentan malas prácticas de partidismo, que es lo que hemos visto a grandes rasgos con el tema del Consejo General de Poder Judicial. Y esto afecta a toda la Administración, donde tenemos funcionarios altamente dependientes de los políticos para ascender y promocionar… y eso es un problema”, insiste Lapuente, quien también cree que lo importante es que los políticos tengan claro que ser corrupto es un problema.