El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no comparecerá en el Congreso de los Diputados para explicar el histórico reconocimiento de una autonomía limitada del Sáhara baja soberanía marroquí. El PSOE revela en un documento interno, al que ha accedido Vozpópuli, que será el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, el encargado de comparecer "a petición propia" en el Parlamento "para explicar la nueva etapa en las relaciones con Marruecos".
El PSOE ha distribuido un argumentario de cuatro páginas entre sus cargos para justificar la decisión de Sánchez y defenderse de las críticas que llegan al jefe del Ejecutivo desde todos los frentes. Sánchez no tiene intención de ir al Congreso a explicarse, a pesar de que este cambio con el Sáhara ha supuesto una ruptura con 45 años de política exterior española y un considerable cabreo de su socio de coalición Unidas Podemos y del resto de grupos parlamentarios por la falta de información.
En ese sentido, Ferraz asegura que se ha trabajado durante meses en esta solución. Y que "la diplomacia requiere de tiempo y mucha discreción para alcanzar resultados satisfactorios". Sostiene además que la defensa de la integridad territorial de Ceuta y Melilla o el refuerzo de la seguridad y el control migratorio en las aguas de Canarias, que Rabat no menciona en su comunicado del pasado viernes, deberían ser argumentos suficientes para que todos defiendan este pacto con Marruecos.
Ceuta y Melilla como excusa
"A ninguna fuerza política española le debería parecer mal un acuerdo con nuestro vecino marroquí para garantizar la integridad territorial, incluyendo Ceuta y Melilla, y la soberanía de España y la estabilidad y la prosperidad de ambos países", dice este documento.
El PSOE asegura además que "no hay cambio de posición con el Sáhara" en este acuerdo con Marruecos, a pesar de que Sánchez acepta el plan de autonomía propuesto por Marruecos en 2007, y que no recoge la aspiración defendida por su partido y tradicionalmente por España de un referéndum de autodeterminación en la ex colonia española.
Según el argumentario, "la posición de España está en el marco de Naciones Unidas y de las resoluciones del Consejo de Seguridad (...) para encontrar una solución mutuamente aceptada al conflicto". "Ha sido la postura de España desde 2008, con José Luis Rodríguez Zapatero como Presidente", añade. "Francia y Alemania mantienen posiciones muy similares a la de España".
Además, el PSOE subraya que "existe un firme compromiso con el pueblo saharaui y refugiado", que no se va a detener. "En 2021, la financiación de la AECID a los campamentos de población refugiada saharaui supuso 7,7 millones de euros (frente a los 5,5 del 2020 y 2019)", dice.
Sánchez pasa de puntillas por Argelia
El argumentario pasa de puntillas por el conflicto diplomático que se ha abierto ahora con Argelia, nuestro principal suministrador de gas y una de las partes que teóricamente debe formar parte de esa solución en la ONU. Argel ha llamado a su embajador en Madrid a consultas y sostiene, a diferencia de lo que dijo Albares, que el Gobierno no le informó de este cambio de posición. "Argelia es un socio estratégico para España y para la Unión Europea y siempre ha sido un suministrador de gas muy fiable", sostiene el PSOE sin entrar en más detalles.
La mayor parte del documento recoge argumentos reiterativos, aunque explicados de diferente manera, para justificar el acuerdo entre Madrid y Rabat. Sostiene que "el principal objetivo" es: "la defensa de la ciudadanía española, de los intereses de España, en especial, nuestra seguridad, nuestra soberanía, nuestra prosperidad y nuestra integridad territorial, incluyendo Ceuta y Melilla".
"¿Por qué se llega a un acuerdo con Marruecos en este momento? Cualquier momento es bueno para poner fin a una crisis con un país vecino", dice el PSOE. "Especialmente en una época de incertidumbre como la que estamos viviendo, con la peor guerra (invasión rusa de Ucrania) en los últimos 80 años en Europa".
