Todos los alumnos franceses de primaria tienen que volver a llevar a partir de este lunes mascarilla en clase, una medida que marca la reintroducción de restricciones ante la llegada de la quinta ola de coronavirus.
Hasta la semana pasada, la mascarilla era obligatoria en 61 del centenar de departamentos del país, aquellos en los que la tasa de incidencia de la covid era superior a 50 casos por cada 100.000 habitantes.
El Gobierno había decidido relajar el protocolo sanitario en las escuelas francesas en octubre, conforme esa tasa de incidencia se reducía, y había autorizado que los estudiantes de primaria se quitaran la mascarilla en los departamentos con menor riesgo.
Eso fue posible en 79 departamentos. Pero la dinámica se ha invertido desde la vuelta de las Vacaciones de Todos los Santos a la vista del repunte epidémico y el Ejecutivo ha decidido la vuelta generalizada de la mascarilla, incluso en los departamentos donde la tasa de incidencia es inferior a 50.
Tercera dosis
La pasada semana, el presidente, Emmanuel Macron, pronunció un discurso el martes para pedir a los mayores de 65 años y a las personas con factores de riesgo que todavía no lo han hecho que se den la tercera dosis.
De hecho, para los mayores de 65 años, esa dosis de recuerdo será imperativa para que tenga validez su certificado covid, que en Francia es necesario para muchos actos de la vida social, como ir al cine, al teatro o a un estadio, pero también para tomar algo en un bar, en un café o en un restaurante.
El día 10, el ministro de Sanidad, Olivier Véran, reconoció que la situación en Francia ya entonces se parecía "claramente al comienzo de una quinta ola". En la última semana, el número de casos ha crecido más de un 40 % y cada día está por encima de los 10.000 (12.496 este domingo).
Las hospitalizaciones de enfermos de covid están creciendo igualmente, aunque de momento a un ritmo no tan fuerte: Ayer había 7.111 personas internadas, 61 más que la víspera y 1.210 en las unidades de cuidados intensivos, 8 más.
Son niveles, en cualquier caso muy alejados de los que hubo a mediados abril en el pico de la tercera ola, cuando se superó el umbral de los 31.000 hospitalizados y casi se llegó a 6.000 ingresados en las ucis.