El Gobierno chileno confirmó este miércoles la muerte de cinco personas como consecuencia del terremoto de magnitud 8,2 en la escala de Richter que la noche de este martes afectó a las regiones de Arica y Parinacota, en el extremo norte del país, según recoge Efe.
Las víctimas son cuatro hombres y una mujer, y las causas de su fallecimiento fueron ataques cardíacos y aplastamiento, dijo el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, durante una comparecencia ante los medios de comunicación desde la Oficina Nacional de emergencia (Onemi).
Las autoridades informaron de que toda la población del borde costero de Chile ya fue evacuada, siguiendo las recomendaciones de seguridad como consecuencia de la alerta de tsunami que generó el terremoto. Sin embargo, el ministro precisó que se ha decidido levantar la alerta en el extremo sur del país, desde Puerto Chacabuco, en la región austral de Aysén, hasta la Antártica, dado que en esa zona no existe riesgo para la población.
Por su parte, el director de la Onemi, Ricardo Toro, declaró que once hospitales situados en zonas del norte susceptibles de verse afectadas por inundaciones fueron evacuados, si bien volverán a operar cuando dentro de unas horas se levante la alerta de tsunami.
Empresas de transporte de pasajeros han suspendido el servicio en los recorridos situados en el litoral chileno, en tanto que las clases han sido cerradas este miércoles en los centros educativos de las regiones de Aria y Parinacota, las más dañadas. Asimismo, las centrales eléctricas de Tarapacá, Mejillones y Antofagasta no se encuentran operativas, y la mitad de la ciudad de Aria, en la frontera con Perú, se encuentra sin suministro eléctrico.
Las autoridades también informaron de que efectivos militares apoyan a las fuerzas policiales en la vigilancia de las ciudades de Arica e Iquique para resguardar el orden público y evitar saqueos.
Actuaciones inmediatas
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, decretó zona de catástrofe en las regiones de Arica, Parinacota y Tarapacá, en el norte del país.
Bachelet, quien viajará este miércoles a la zona para conocer sobre el terreno la dimensión de la catástrofe y supervisar las medidas adoptadas, firmó un decreto de estado de excepción constitucional que, entre otras medidas, supone que las fuerzas de seguridad y de orden quedan bajo control de mandos militares.
A diferencia de lo ocurrido en el terremoto de hace cuatro años, esta vez la mandataria tomo inmediatamente la decisión de recurrir a las Fuerzas Armadas para resguardar el orden público y evitar saqueos.
Según la ley chilena, el estado de catástrofe lo adopta el jefe del Estado ante situaciones de calamidad pública, toda vez que contempla la posibilidad de limitar ciertas garantías constitucionales, como el derecho de reunión o de libre tránsito, y la confiscación de bienes.
En febrero de 2010, la oposición de derechas criticó a Bachelet por firmar el decreto dos días después del la catástrofe, cuando ya se habían producido graves desmanes. Esta vez, la medida fue adoptada cinco horas después del terremoto.