La invasión rusa de Ucrania ha entrado ya en su noveno día: lo más destacado, un ataque ruso contra la central nuclear de Zaporoyia, la mayor de Europa, y el incendio de uno de sus edificios que finalmente ha sido sofocado por los bomberos este viernes a las 06.20 horas (04.20 GMT), tras unas horas de incertidumbre. El Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania emitió un mensaje tranquilizador: los niveles de radiactividad se encuentran dentro de los rangos normales, y aclaró que el incendio declarado tras el ataque ruso afectó a un edificio fuera de la planta misma.
En apenas una semana, las tropas rusas han tomado grandes partes del este de Ucrania y rodean importantes ciudades como la capital, Kiev. Al mismo tiempo, los países occidentales se han posicionado claramente en contra de la invasión, apoyando a Ucrania con armas y material defensivo y aprobando medidas para atacar la economía rusa.
Ante este escenario, surge la pregunta de cuáles pueden ser los posibles finales al conflicto en Ucrania.
Toma rápida de Moscú
Las tropas rusas podrían seguir avanzado tomando importantes enclaves, debilitando las fuerzas armadas ucranianas y minando la moral de la resistencia de la población civil. Los tanques rusos toman Kiev y el gobierno ucraniano es derrocado. Putin instala a un gobierno títere y anexiona a la Federación Rusa buena parte este de Ucrania.
A pesar de este hipotético cambio de régimen, los rusos se enfrentarían a una importante insurgencia ucraniana, con fuertes enfrentamientos y con una alta probabilidad de que estallara un nuevo conflicto dentro del país, o que directamente no concluyera el actual.
¿Afganistán ruso?
Otra posibilidad es que las tropas rusas se atasquen y no logren una rápida victoria. La guerra se estanca durante meses y el desgaste de las fuerzas rusas es cada vez mayor. La insurgencia ucraniana se configura en una fuerza efectiva gracias al continuo envío de armas y ayuda financiera de los países de la OTAN, y Ucrania se convierte en un nuevo Afganistán para Moscú. Tras meses o años de continuo desgaste a la economía rusa, Putin decide abandonar el país.
Acuerdo diplomático
Los avances rusos no logran controlar un país tan amplio como Ucrania. El conflicto se eterniza, la opinión pública rusa va torciendo el gesto ante el varapalo para la economía que supone la invasión del país vecino. Con el rublo por los suelos, la bolsa rusa en mínimos y con presiones por parte de su principal valedor, China, Putin decide sentarse a negociar. En el otro lado, los ucranianos ven cómo su país ha sido destruido y el interminable reguero de muertes y refugiados les obligan a llegar a un acuerdo con su agresor. La situación en la que se llegara a esta situación marcaría las exigencias de ambas partes. Por parte del lado ucraniano, Zelenski podría aceptar la entrega de zonas como Crimea (de facto ya en manos rusas) y partes del Donbás. Mientras que Putin saca las tropas de Ucrania, se compromete con la independencia del país, y en el peor de los casos para sus intereses, acepta un acercamiento entre Ucrania y la Unión Europea.
Derrocamiento de Putin
La guerra hunde la economía rusa, las noticias de los muertos en el frente comienzan a minar la imagen de Putin. Los grandes empresarios del país ven con horror cómo se cierran las puertas a sus negocios fuera de la frontera rusa. Los oligarcas y millonarios rusos se sienten unos apestados por la comunidad internacional, sus cuentas en países occidentales son bloqueadas y tienen que vender las participaciones de sus empresas. Estados Unidos y Europa ponen la cabeza de Putin como condición para aflojar las restricciones a las empresas rusas, y una conspiración en el Kremlin termina con el fin de Putin.
