El Gobierno de Marruecos ha rechazado la propuesta de dividir el Sáhara Occidental, presentada por el enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura. Durante una sesión informativa a puerta cerrada ante el Consejo de Seguridad de la ONU, De Mistura sugirió la partición del territorio como una solución potencial al conflicto que se ha prolongado durante casi cinco décadas. Sin embargo, ni Marruecos ni el Frente Polisario mostraron interés en esta propuesta, lo que refuerza la posición marroquí de defender su plan de autonomía.
La propuesta de De Mistura planteaba una solución en la que la parte norte del Sáhara Occidental sería anexada por Marruecos, mientras que la parte sur permitiría al Frente Polisario establecer un Estado independiente. Este territorio sería delimitado por fronteras con Marruecos al norte y con Mauritania al sur, una partición que intentaría poner fin al prolongado conflicto. Sin embargo, De Mistura señaló que ambas partes, tanto Marruecos como el Frente Polisario, rechazaron el concepto, lo que sugiere la necesidad de reconsiderar este enfoque para encontrar una solución definitiva.
En su intervención ante el Consejo de Seguridad, De Mistura también planteó la posibilidad de que el Secretario General de la ONU deba reconsiderar el papel del enviado especial si no se logra ningún avance en los próximos seis meses. Este comentario subraya la creciente frustración ante la falta de progreso en las negociaciones, que han estado estancadas durante años.
Marruecos, que había manifestado su rechazo a la propuesta, ha recibido un apoyo internacional cada vez mayor para su plan de autonomía, en el que Rabat ofrece al Sáhara Occidental una autonomía bajo soberanía marroquí. Esta propuesta es considerada por muchos países como la solución más viable y ha sido respaldada por naciones influyentes como Francia, España y Estados Unidos.
Respaldo internacional al plan de autonomía marroquí
El rechazo de Marruecos a la partición no es una sorpresa, ya que desde hace años defiende con firmeza su plan de autonomía como la solución definitiva al conflicto. Según medios internacionales, el reino alauí considera que no puede ofrecer más allá de este plan, como lo han reiterado en varias ocasiones los líderes marroquíes. El ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, subrayó esta posición en sus reuniones con Staffan de Mistura, afirmando que la propuesta de autonomía es la única oferta sobre la mesa.
Incluso el rey Mohamed VI ha destacado en diversas ocasiones la importancia estratégica y emocional que tiene el Sáhara para Marruecos, afirmando que "es el prisma con el que Marruecos mira al mundo". Esta declaración refleja la centralidad de la cuestión del Sáhara en la política exterior marroquí, donde el objetivo es consolidar el control sobre el territorio y obtener reconocimiento internacional para su plan de autonomía.
El apoyo internacional a la posición de Marruecos ha crecido en los últimos años. El caso más reciente es el respaldo de Francia, miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, que considera el plan de autonomía marroquí como una opción seria y creíble para resolver el conflicto. Este respaldo se suma al de otros países, como Estados Unidos y España, que han elogiado los esfuerzos de Marruecos para el desarrollo de la región y han reconocido su soberanía sobre el Sáhara.
Asistentes en una manifestación contra la violación de derechos en el Sáhara Occidental | EUROPA PRESS
De hecho, en la última reunión de la Cuarta Comisión de la ONU, varios países destacaron el progreso que Marruecos ha logrado en el Sáhara Occidental en términos de desarrollo económico y social. Las inversiones marroquíes en infraestructuras y proyectos de desarrollo han transformado la región, lo que refuerza la posición del Reino como un actor clave en la resolución del conflicto.
La posición de España en el conflicto
En este contexto, España ha mantenido su respaldo al plan de autonomía de Marruecos, ratificado en 2007. El Gobierno español, a través de una carta enviada por el presidente Pedro Sánchez al rey Mohamed VI, declaró que el plan marroquí es "la base más seria, realista y creíble" para resolver el conflicto del Sáhara. Este respaldo por parte de España fue clave para superar una crisis diplomática con Marruecos, aunque también tensó las relaciones con Argelia, aliado del Frente Polisario.
A pesar de la propuesta de De Mistura de una partición, España ha reiterado su postura de apoyo al plan de autonomía de Marruecos. Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores confirmaron que "España no cambia su posición", lo que deja claro que, para el Gobierno español, la solución pasa por una autonomía bajo soberanía marroquí y no por la partición del territorio.
Esta posición reafirma el compromiso de España con la estabilidad en la región, aunque al mismo tiempo ha generado tensiones con Argelia, que considera el respaldo al plan marroquí como una traición a su alianza con el Frente Polisario. A pesar de estos desafíos, la posición de España está alineada con la de otras potencias internacionales que ven en el plan de autonomía una solución pragmática y duradera al conflicto.
En resumen, la propuesta de partición del Sáhara Occidental, planteada por el enviado especial de la ONU, ha sido rechazada tanto por Marruecos como por el Frente Polisario. Marruecos sigue firme en su defensa del plan de autonomía, que ha ganado el respaldo de importantes actores internacionales, mientras que España y otros países continúan apoyando esta solución como la vía más realista para poner fin a este prolongado conflicto.
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