La primera ministra británica, Theresa May, ha reconocido este domingo que la dura postura adoptada ayer por los líderes de la Unión Europea sobre las 'líneas rojas' del acuerdo de divorcio con Reino Unido demuestra que se avecinan "duras conversaciones".
La cumbre de Bruselas acabó con el apoyo unánime de los miembros de la UE sobre los límites a negociar con Londres, concretadas en un acuerdo de principios que tardó solo media hora en acabar firmado. Sobre todo, se manda a Londres el mensaje claro de que tendrá que sudar para conseguir acceso a los mercados europeos.
"Creo que ha quedado demostrado, no solo en esta reunión sino en recientes comentarios de líderes europeos, que va a haber momentos bastante duros en estas conversaciones", ha declarado May, quien aseguró de todas formas que se encuentra dispuesta a abandonar las conversaciones en el momento en las exigencias de Bruselas le resulten inaceptables.
"Es mejor no tener acuerdo que un mal acuerdo, como he dicho otras tantas veces", ha declarado May en comentarios al programa de Andrew Marr, en la cadena británica BBC. "Me parece a mí, sin embargo, que hay buena voluntad por ambas partes", ha remachado.