La OTAN abandera una nueva misión militar, en esta ocasión en aguas del Báltico. Lo hace ante los últimos incidentes que se han registrado en la región -bajo la sospecha de la actuación directa o indirecta de Rusia- que ponen en riesgo las infraestructuras, principalmente los cables y comunicaciones submarinos. Dicho despliegue se bautizará con el nombre de Centinela Báltico y contará con la presencia de fragatas, aciones y otros activos militares.
Así lo ha anunciado el el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, en la que ha anunciado la participación de "diversos medios, como fragatas y aviones de patrulla marítima" com el objetivo de reforzar "nuestra vigilancia en el Báltico".
El despliegue militar de la Alianza responde a los últimos incidentes con infraestructuras críticas que se han registrado en la región y ante la creciente preocupación de los países de la región, que ya han desplegado sus capacidades navales para proteger el espacio.
A tenor de los últimos acontecimientos se investiga la presunta participación de la llamada 'flota fantasma' de Rusia; buques aparentemente mercantes sospechosos de ejecutar, en realidad, misiones militares o de inteligencia a las órdenes de Vladimir Putin.
"Esta actividad militar es parte de nuestro esfuerzo continuado por mejorar la presencia marítima y la vigilancia de zonas esenciales para nuestra Alianza", ha indicado el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, al término de una reunión celebrada este martes con dirigentes de los países aliados con proximidad geográfica al mar Báltico.
La misión contará con medios de avanzada tecnología, como drones navales, y ya suma el apoyo directo de naciones como Finlandia, Estonia, Dinamarca, Alemania, Letonia, Estonia, Lituania, Polonia y Suecia.
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