Internacional

El periodista violador: otro 'caso Pelicot' que oculta la prensa de izquierdas

Violaciones y maltrato físico a las hijas de su pareja sentimental, la tortura realizada por Jean-Philippe Desbordes

  • El periodista, Jean-Philippe Desbordes -

“La casa del horror”: más de 700 violaciones vía vaginal, bucal y, sobre todo, anal, sobre las tres hijas de su compañera sentimental. Actos de tortura y barbarie. Es el martirio protagonizado por un periodista francés que ha sido condenado a 20 años de prisión ante el silencio de sus antiguos colegas.

Francia creía que con el “affaire Pelicot”, el caso del marido que violó e invitó a más de cincuenta hombres a violar a su mujer, previamente drogada, se había llegado a un límite insostenible de monstruosidad. Pero la semana pasada, en otra localidad del Sur del país se celebró otro juicio. En el banquillo de los acusados, Jean-Philippe Desbordes, conocido periodista, escritor y realizador de documentales para la televisión. 

Si el drama de Gisèle Pelicot atrajo la atención internacional, enviados especiales de todo el planeta y la ira de asociaciones feministas, el “caso Desbordes” ha sido silenciado por la mayoría de los medios de comunicación franceses. ¿Cómo es posible? ¿Por qué esa diferencia en la mediatización de dos casos terroríficos?

La respuesta de la “omertà” está, quizá, en los medios de prensa, radio y televisión donde el violador condenado ha desarrollado su profesión durante años. Una lista que incluye a toda la representación mediática de la izquierda periodística: desde los ultraizquierdistas “Médiapart” y “Libération”, pasando por el woke-progresista “Le Monde”, el servicio público de tv y radio, la cadena “Arte”, o el semanario “Le Canard enchaîné”. Solo un diario regional, “La Depêche”, y una estación local de la también pública France3, se han hecho eco del caso y del juicio donde se han escuchado declaraciones que, sin querer comparar, dan tantas ganar de vomitar o más como los emitidos en el juicio a Dominique Pelicot y los invitados a ultrajar a su esposa.

Felaciones cada día y cada noche

He sufrido violaciones, maltrato físico y psíquico, privación de alimentos; he dormido en el exterior, ya nevara o lloviera. He vivido durante años en la casa del horror”. Así se expresó en el tribunal de Foix Neguineva Momeni, hoy 23 años, que desde 2017, junto a sus hermanas de entonces, 9 y 14 años, sufrieron los actos de barbarie del compañero de su madre, ante el silencio cuando no la aprobación de esta, condenada a su vez a cinco años de prisión. 

Hacía conmigo lo que le apetecía. Decidió que tenía que hacerle una felación cada mañana y cada noche - todos los días - y también al mediodía si no tenía colegio. Cuanto más daño me hacía más se excitaba”, relató la mayor de las tres hermanas.

“Un personaje muy inteligente y con una elevada opinión de sí mismo, manipulador y despótico que seducía para destruir mejor”. Así presentaba en el juicio el fiscal del caso a Jean-Philippe Desbordes. Nada que ver con “una persona ordinaria”, como se definió a Dominique Pelicot.

“Soy una cabeza de turco”, declaraba el acusado, “víctima de un complot de feminazis”. Curioso argumento si se tiene en cuenta que ninguna asociación o persona individual ha mencionado el asunto, ni nadie ha recurrido a lo que en el caso Pelicot formó parte de la reacción de ciertas feministas; ninguna voz ha mencionado ni “la cultura de la violación”, ni ha acusado al “patriarcado” o a la “dominación masculina”.

La defensa justifica: “fue violado por su abuela”

Para el abogado de Desbordes, el comportamiento de su defendido refleja un “amor inadecuado, pero amor al fin y al cabo”. Y, como en tantos otros casos, alegó “una infancia desgraciada, un padre ausente y una madre fría”. Se llegó a asegurar que Desbordes “fue violado por su abuela”. Dominique Pelicot dijo que fue violado en un hospital por un enfermero.

La madre de las tres jóvenes recurrió al también conocido argumento de vivir “bajo la influencia de Desbordes”, - “lobotomizada”, dijo su abogada - y señaló, en su defensa, que se negó a la propuesta de su compañero para hacer un trío con su hija mayor. Condenada a un lustro de cárcel y obligada, como su ex amante, a seguir tratamiento psíquico, su ficha quedará, también como el caso de Desbordes, en la lista de depredadores sexuales de la policía.

El periodista violador, que tienes tres libros en venta en una conocida plataforma electrónica, dejó de lado la profesión que le valió cierta fama para convertirse recientemente en profesor de “aikido”, el arte marcial de origen japonés en el que se utiliza la energía del atacante para derrotarle. Pero sin que nadie le intentara agredir, utilizó también su nueva ocupación para violar a una alumna.

Los medios con los que Desbordes colaboró ni informaron de la condena, emitida el 22 de este mes, ni de cualquier otro aspecto del caso. Para Gilles-William Goldnadel, uno de los abogados más populares en la prensa conservadora, es una clara muestra de la aplicación de “una indignación y una moral de geometría variable”, según quien sea el acusado de actos monstruosos.

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