Internacional

Los rituales más extraños de la coronación del rey Carlos III de Inglaterra

Conoce más detalles de algunas partes de la ceremonia que coronará a Carlos III y a Camilla como rey y reina consorte

  • Carlos III y Camilla Parker en un acto -

Por primera vez, muchos ciudadanos van a ser testigos de una ceremonia que cuenta con miles de años. La coronación del rey Carlos III será el 6 de mayo uno de los eventos más seguidos, tanto por los británicos como por otras personas del mundo. Este acto, al que ya han confirmado su asistencia grandes nombres, cuenta con una gran influencia religiosa.

Carlos III será coronado junto a su esposa Camilla Parker, que será la reina consorte. El Palacio de Buckingham confirmó que la ceremonia "reflejaría el papel del monarca hoy y miraría hacia el futuro" y que estaría "arraigada en tradiciones". Este acto cuenta con varias fases curiosas: reconocimiento, juramento, unción, investidura, trono y homenaje. Esto es lo que ocurre en cada uno de estos rituales.

Reconocimiento

Este ritual se remonta a los tiempo del Witan, el consejo supremo de Inglaterra de la época. El monarca se tiene que parar en el centro de la Abadía de Westminster y se vuelve para "mostrarse al pueblo" en cada una de las direcciones, es decir, norte, sur, este y oeste.

El arzobispo proclama a Carlos III como "Rey indudable" y pide a toda la congregación y al coro que grite el famoso "Dios salve al rey Carlos".

Juramento

La forma y la redacción del juramento ha ido cambiando con los siglos. El Rey prometerá reinar de acuerdo a la ley y ejercer la justicia "con misericordia", además de "mantener la Iglesia de Inglaterra". Además, el monarca con la Espada del Estado frente a él, tendrá que ir al altar y declarar: "Las cosas que he prometido aquí antes, las realizaré y las cumpliré. Que Dios me ayude". Después tendrá que besar la Biblia y firmar el juramento.

Unción

Tras el juramento, Carlos III será "ungido, bendecido y consagrado" por el arzobispo de Canterbury. La unción con óleo es el acto principal de la ceremonia religiosa. El Rey se tendrá que quitar la túnica y se sentará en la silla del Rey Eduardo que cuenta con miles de años de historia y que se utiliza por todos los monarcas desde 1626. Lo hará bajo una tela dorada.

El arzobispo se acercará al monarca con un recipiente en forma de águila y untará su frente, manos y pecho con aceite bendito. La receta de este aceite es secreta. El coro canta el himno Zadok The Priest mientras se lleva a cabo la unción.

Investidura

Tras esto, Carlos III tendrá que ponerse el Colobium Sindonis, un prenda blanca sin mangas, y después una túnica de tela de oro, la Supertunica. El rey se presenta con una espada enjoyada y las espuelas doradas que simbolizan la caballería. También tendrá brazaletes dorados, símbolos de sinceridad y sabiduría.

Una vez se ponga la túnica real será obsequiado con el anillo de coronación que será colocado en el dedo anular de la mano derecha, el cetro y la vara. Después se sentará en la silla y el arzobispo los coronará con la corona de San Eduardo y gritará "God save the King" ("Dios salve al rey", en español), sustituyendo al "God save the Queen" ("Dios salve a la Reina", en español) que se escuchaba hasta la muerte de la reina Isabel II.

Trono

Una vez se haya hecho todo esto, Carlos III tendrá que acudir al trono y "será elevado a él por los arzobispos y obispos".

Homenaje

El arzobispo y los príncipes de sangre real (incluidos previsiblemente sus hijos Harry y William) rindan homenaje al monarca, colocando sus manos entre las de Carlos III y jurando lealtad. Tocarán la corona y besarán la mano derecha del rey.

La coronación de Camilla como reina consorte

Camilla Parker también será coronada como reina consorte en una ceremonia muy similar aunque más sencilla. Por ejemplo, en la coronación de Jorge VI, la reina Isabel fue ungida y coronada. Se arrodilló con el arzobispo y le vertió aceite sagrado en la cabeza, le colocó el anillo de reina en la mano y la coronó. Tras esto, se le entregó un cetro y una vara de marfil antes de levantarse para sentarse en su propio trono después de inclinarse en forma de reverencia a un esposo.

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