Tres años después de oficializarse el Brexit, Reino Unido es un país polarizado, con problemas de crecimiento económico, falta de mano de obra y una clase trabajadora cada vez más desmoralizada, si bien los políticos británicos descartan volver a la Unión Europea, al menos a corto plazo. Reino Unido salió del bloque europeo el 31 de enero de 2020, una vez que el ex primer ministro Boris Johnson ganó los comicios generales en diciembre de 2019. Después, el país entró en un periodo de transición que terminó el 1 de enero de 2021. Aunque este aniversario pasa inadvertido para los británicos, el país está en crisis por una inflación que llega a niveles no vistos en 40 años -el 10,5%-, faltan trabajadores en muchos sectores, como sanidad y atención social, y el Gobierno tory encadena escándalos mientras el coste de vida estrangula las finanzas de muchas familias.
La situación arriba descrita se ha agravado por la ola de huelgas que vienen secundando numerosos sectores, como trabajadores ferroviarios, enfermeros, empleados del servicio de ambulancias, maestros, etc., por el incremento de la inflación y las precarias condiciones de trabajo en el sector público, debido a la falta de personal.
El Ejecutivo de Rishi Sunak defiende que la crisis responde sobre todo al impacto de la pandemia de la covid y la guerra en Ucrania, pero los expertos han vinculado los actuales problemas a la salida del Reino Unido de la UE y el acuerdo comercial con la UE.
Según el laboratorio de ideas británico Centre for European Reform (CER), la economía británica era en 2022 un 5,5% menor de lo que habría sido si el país continuase en la UE. Además, más de tres cuartas partes de las empresas británicas (un 77%) admiten que el Brexit no les ha ayudado a expandir su negocio en los últimos años a pesar de las promesas de que les sería favorable, según un sondeo de las Cámaras de Comercio Británicas. De acuerdo con este análisis, que se hizo entre 1.168 medianas y pequeñas empresas, más de la mitad (56%) de las firmas enfrentan dificultades para adaptarse a las nuevas reglas para el comercio de bienes y casi la mitad (45%) tiene problemas para lidiar con las nuevas reglas para el comercio de servicios. Un número similar de compañías (44%) tiene dificultades para obtener visados para el personal.
Economistas
Tim Bale, prestigioso profesor de Políticas de la Universidad Queen Mary de Londres, dijo a EFE que es muy difícil encontrar a un economista que piense que el Brexit ha sido ventajoso. "El crecimiento es más bajo de lo que debería ser y, por lo tanto, también lo son los ingresos fiscales, lo que significa que los servicios públicos de Reino Unido se están desmoronando más y más rápido de lo que predijeron incluso los pesimistas", añadió. La salida de la UE también dividió al país, si bien esta brecha disminuye a la par que aumenta el descontento social por otras cuestiones. "El Brexit polarizó al país y, aunque parte de esa polarización está comenzando a desvanecerse, sigue siendo un factor importante en qué partido y qué políticas apoya la gente", añadió Bale.
El profesor de Política Europea de la London School of Economics (LSE) Kevin Featherstone señaló a EFE que el "Brexit creó una división sin precedentes en las identidades políticas que trasciende las lealtades partidarias tradicionales". Ante esta situación, algunos británicos no descartan volver a la UE en el futuro, si bien Featherstone consideró que esto permanecerá fuera de la agenda política durante al menos 10 años.
El Partido Laborista británico, favorito para ganar las próximas elecciones (no más tarde de enero de 2025), ha descartado ya volver a la UE, el mercado único y la unión aduanera.
El experto Matthew Goodwin, de la Universidad de Kent, subrayó a EFE que en estos tres años hay algunas evidencias de que los británicos se han vuelto más negativos sobre el Brexit. "Pero también debemos contrarrestar esto con el hecho de que para muchos votantes, el Brexit nunca se trató solo de la economía, sino también de restaurar la soberanía nacional, la responsabilidad y la transparencia", agregó Goodwin.
Viviana García. EFE.
ma
Habrá que ver lo que piensan los países europeos sobre dejarlos entrar