Cierto es que a mal de muchos consuelo de tontos y para eso está la queridísima estadística. Desde el año 1961, se realizan en España inventarios anuales sobre la superficie quemada, por lo que está claro que tenemos datos suficientes como para saber qué pasa con nuestro patrimonio forestal y natural. En estos 50 años largos, se ha estudiado casi 150 parámetros de todos los incendios producidos en el país, incluso el número de conatos, esto es, los incendios que afectaron a menos de 1 hectárea.
Si analizamos estos datos, en los últimos 50 años la superficie quemada anual se ha ido reduciendo, algo ‘tranquilizador’ si obviamos que se han quemado ya en este periodo 3,25 millones de hectáreas y que el número de siniestros ha ido aumentando desde menos de 5.000 al año hasta los más de 22.500 que ocurrieron en 2005 y los 13.353 de este año.
Ciertamente, el periodo más desastroso fueron los años 78-81, cuando al año se quemaban 318.600 hectáreas y el peor año fue 1985, cuando 485.000 hectáreas pasaban a ceniza, casi una hectárea al minuto. Los últimos veinte años han sido mucho menos dañinos y progresivamente se ha ido quemando cada vez menos superficie forestal, excepto el año pasado: 199.967 hectáreas, fue el peor año de toda la última década.
Para hacernos a la idea de la magnitud de estas superficies, tengan un par de datos en mente: la red de Parques nacionales representa 380.614 hectáreas, y quizá el más conocido, Doñana, tiene una superficie de 54.252.
La gran mayoría de los incendios no son accidentales
Este año, por lo que llevamos la estadística que te dice que si tu vecino tiene un pollo tú tienes medio, podríamos darnos por satisfechos, al haber ardido ‘sólo’ 40.520 hectáreas, la mitad de la media de los últimos 10 años, aunque aproximadamente el 30% haya sido de terreno arbolado. Pero a esta tendencia ‘tranquilizadora’ asalta la terrible realidad que apunta WWF: el 96% de los incendios son provocados.
Claro, que si hablamos de calidad, este año en 13 incendios han perdido la vida importantes zonas naturales en espacios protegidos incluso reservas de la biosfera, como el Parque Natural de la Sierra de la Culebra en León, el Parque Natural de las Arribes del Duero, el Parque Regional del Guadarrama y numerosas ZEPAs y LICs que albergan especies como el Lobo, el Águila imperial, la Cigüeña negra o el Buitre negro.
Los más salvajes incendios de este año han ocurrido en la Sierra de Tramontana, 1.800 hectáreas, Guadalajara 1.750 hectáreas, Almorox 1.300 y Arribes del Duero y O Pindo, cada uno de ellos con 2.000 hectáreas que tardarán muchísimos años en volver a su estado original, más si nadie invierte en un futuro que sólo nuestros nietos podrán disfrutar.