Málaga, 1984. Una joven rubia, delgada y no demasiado alta llega a las instalaciones de Radiocadena Española dispuesta a comerse el mundo. Dice llamarse Teresa Lourdes Borrego pero tiene claro que con ese nombre no va a ir a ningún sitio. Se presenta como Terelu y adopta el apellido materno, Campos, en un intento de sonar más moderna. Poco tenía que ver que dicha madre fuese una de las estrellas de la cadena y ocupase el puesto de directora de informativos. Terelu llegó por méritos propios y se incorporó al mítico Apueste por una que presentaba también su madre. Allí empieza a curtirse en el mundo de la radio, haciendo tareas de redacción y producción durante tres años, hasta que salta a Radio Torcal, una emisora local de Málaga, para hacerse cargo de las mañanas.
¡Qué difícil es triunfar en la vida por méritos propios! ¡Ni que hubiera sido ella la que hubiese elegido apellidarse Campos!
Pero Terelu tenía mucho más que dar y decidió probar suerte en el cine. Participó en Zocta, solo en la Tierra se puede ser extraterrestre, una película escrita, dirigida y protagonizada por el humorista argentino Joe Rígoli -de moda por el Un, dos, tres-, que contaba las aventuras de un extraterrestre que llega a Andalucía. Terelu se esforzó y lo dio todo, lástima que el cine no la quiso demasiado. Con la espinita clavada, cogió las maletas y se fue a Madrid. Había recibido la llamada de Jesús Hermida para que se hiciera cargo de la coordinación musical de Por la mañana, programa donde también trabajaba su madre. Pero Terelu tenía recursos y sabía lo que hacía, así que pese a que su madre dejó el programa para irse a la cadena Ser, Hermida no la puso de patitas en la calle. Continuó trabajando hasta que, unos meses después, su madre volvió para sustituir al propio Hermida. Empezó entonces la época dorada de María Teresa Campos como reina de las mañanas, y la de Terelu, claro, como la script que la acompañaba a todos los sitios.
El tándem Campos-Campos colaboró durante casi ocho años, hasta que Terelu decidió que ya podía volar sola. Tanto tiempo al lado de una madre es algo que no todo el mundo puede soportar. En junio de 1997, Terelu fichó por Canal 9 para presentar un programa de entrevistas y entretenimiento, y en septiembre de ese año, empezó a combinarlo con su gran hito televisivo, Con T de Tarde, en Telemadrid. El programa se mantuvo en antena durante siete años y convirtió a Terelu en toda una estrella -y en un sex symbol para muchos hombres-. Pero en 2004 abandonó la cadena autonómica para presentar el reality La granja de los famosos en Antena 3. Casualmente, ese mismo año María Teresa Campos fichaba también por Antena 3 para trasladar su imperio matutino a la cadena privada. Terelu, muy apenada por la derrota de su madre frente a Ana Rosa Quintana, dejó Antena 3 para participar como monologuista en la Sexta y como bailarina en el programa ¡Mira quién baila! de Televisión Española. Y es que a Terelu siempre le ha gustado mucho bailar.
Terelu es España: se sabe odiada, pero se cree querida.
En 2008 apareció como colaborada en el programa La Noria de Telecinco, cadena por la que había fichado su madre tan solo un año antes. El público quería más Terelu, así que su incorporación al huracán Sálvame fue muy bien recibida. Desde entonces, ha compaginado las cuatro horas de programa diario con sustituciones los viernes en Sálvame Deluxe y los fines de semana en ¡Qué tiempo tan feliz!, el programa nostálgico que presenta su madre. Y como no podía ser de otra forma, Terelu está agotada. La vida de una Campos es dura, muy dura, y más cuando se ha heredado un apellido que solo le ha traído problemas. ¡Qué difícil es triunfar en la vida por méritos propios! ¡Ni que hubiera sido ella la que hubiese elegido apellidarse Campos!
Esta semana, Terelu anunciaba desde programas y portadas de revistas que se retira de la televisión durante unos meses. Y lo entendemos. Terelu es España: se sabe odiada, pero se cree querida. Saca partido de sus contactos y a la vez reniega de los mismos. Desprecia el corazón pero vive de ello. Opina de los demás pero no tolera que nadie opine de ella. Quiere ser neutral y hace todo lo posible para no serlo. Es una privilegiada y, a la vez, una víctima. Es una trabajadora que cree haberlo tenido todo muy difícil cuando, en realidad, lo ha tenido tremendamente sencillo. Descansa, Terelu, descansa, pero no mucho, que España te necesita.