En un medio de comunicación en el que no sobran los locutores de referencia, la renovación de Carlos Herrera se plantea como un asunto de máxima prioridad para la COPE. El andaluz aterrizó en la emisora en septiembre de 2015, cuando la cadena de los Obispos ocupaba la tercera posición entre las radios generalistas a una distancia considerable de la SER y de Onda Cero. Todo cambió en tan sólo unas semanas, en las que el programa de Herrera consiguió duplicar la audiencia lograda por su predecesor y COPE ganó casi 1 millón de oyentes. Algo que explica la importancia que tiene la continuidad del periodismo en la empresa.
De momento, ambas partes guardan silencio acerca de la renovación del locutor. Pero Herrera aseguró el pasado abril –en una entrevista a ‘El Mundo’- que la negociación todavía no había comenzado y que su idea era la de retirarse de forma paulatina de la primera línea radiofónica para llevar a cabo otras tareas dentro de ese medio de comunicación. Según las fuentes de COPE consultadas por Vozpópuli, la hipótesis que se maneja en la cadena de la Conferencia Episcopal es la de firmar un contrato por uno o dos años adicionales.
Desde luego, la marcha de Herrera al final de la próxima temporada caería como un jarro de agua fría entre los gestores de la radio de la Iglesia española, que en los dos últimos ejercicios han observado cómo su facturación publicitaria ha aumentado considerablemente gracias –principalmente- al resurgir de su prime time.
Mejora de las cuentas
No hay más que consultar las cuentas de este medio de comunicación para cerciorarse de este hecho. Entre 2009 y 2014, declaró pérdidas por valor de 30 millones de euros. En 2015, cuando se produjo el fichaje de Herrera, registró un déficit de 1,8 millones. Sin embargo, en 2016 ganó 4 millones, lo que permitirá a sus dirigentes devolver a sus empleados una parte del recorte que aplicó a sus nóminas durante los años más duros de la crisis.
Sus ingresos durante el pasado ejercicio fueron de 106 millones de euros (+14%), muy inferiores a los de Prisa Radio (321,9 millones), pero superiores a los de Onda Cero (82,17), una radio a la que se encontraba a una gran distancia antes del fichaje del locutor andaluz.
En la última oleada del Estudio General de Medios (EGM) con Ángel Expósito al frente de su programa matinal, la COPE contabilizó 1,85 millones de oyentes diarios. El pasado julio, disponía de 2,7 millones y aventajaba en 800.000 a Onda Cero.
Herrera cogió las riendas del prime time de COPE cuando La Mañana ni siquiera registraba 1 millón de oyentes y ha conseguido duplicar esa cifra.
Dura competencia
La cadena de Atresmedia apostará la próxima temporada por el tándem conformado por Carlos Alsina y Juan Ramón Lucas, con la esperanza de que consigan incrementar la audiencia de sus mañanas, que ha sufrido un bajón importante durante los dos últimos años.
La SER mantendrá a Pepa Bueno en el primer tramo de Hoy por hoy y sustituirá a Gemma Nierga por Toni Garrido. Su liderato no peligra, pero es cierto que durante las últimas temporadas su parrilla de programación ha dado ciertos síntomas de agotamiento, lo que obliga a sus gestores a no levantar la guardia.
Herrera capitaneará las mañanas de COPE durante los próximos meses, en los que se desarrollarán las negociaciones para su renovación. De momento, no hay muchas cosas claras al respecto, aunque, lógicamente, el asunto ha causado cierta intranquilidad en la redacción de la emisora.