Las contundentes quejas de Rosa Díez porque su partido no había sido incluido en un debate organizado por TVE, previo a las elecciones autonómicas, no sólo causaron el retraso de un día en la emisión del programa –para poder incluir la opinión de un representante de UPyD-, sino también una confrontación entre la antigua y la nueva cúpula de informativos de la casa. O, lo que es lo mismo, entre las facciones “dura” y “blanda” del PP en la televisión pública, que durante los últimos meses han mantenido un “duro enfrentamiento” que ha provocado la caída de varios altos cargos.
Cuando Rosa Díez se enteró de que Televisión Española había programado un debate previo a las elecciones autonómicas y UPyD no había sido invitado, montó en cólera y no tardó en acusar a la cadena pública de cometer un “atentado democrático” y tratar de manipular al electorado. "Stalin les borraba de la foto después de muertos. TVE excluye a UPyD para que no salgamos en la foto. Manipulación", llegó a afirmar la diputada en su cuenta de la red social Twitter.
Stalin les borraba de la foto después de muertos. TVE excluye a UPyD para que no salgamos en la foto. Manipulación.
— Rosa Díez (@rosadiezglez) May 6, 2015
Poco después de que Díez lanzara estos dardos, el director del Telediario, José Antonio Álvarez Gundín, levantó el programa de la parrilla para poder incluir la opinión de un portavoz del partido magenta. En un primer momento, trató de reunir a los seis miembros del PP, PSOE, CiU, IU, Podemos y Ciudadanos que habían participado en el coloquio para grabar una nueva versión, esta vez con UPyD ocupando una séptima silla, exponen a Vozpópuli fuentes del Consejo de Informativos de la cadena.
Los representantes políticos declinaron la invitación, por lo que la solución alternativa que propuso Álvarez Gundín fue la de entrevistar a David Ortega (candidato de UPyD a la Alcaldía de Madrid), para emitir un vídeo con su opinión dentro del programa, aunque, obviamente, fuera del debate, que había sido grabado anteriormente. "Un desastre”, afirman estos informantes.
Esta marcha atrás de Álvarez Gundín ha sido interpretada en la casa como un "golpe a Julio Somoano", pues el antiguo jefe de informativos de TVE había obtenido previamente el beneplácito de su sucesor acerca de los invitados que iban a participar en el programa, pero tuvo que tolerar un cambio que se decidió "de forma unilateral" desde la dirección de informativos, exponen fuentes cercanas a la producción de El Debate de La 1, "Esto supone desacreditar al director de un programa, como es Somoano, pero también debilitar un poco más su ya de por sí frágil posición", añaden estos informantes, que confirman que la decisión incrementó la fractura existente entre ambos periodistas.
Programa cuestionado tras la aprobación del debate de Buruaga
Somoano forma parte de la “facción moderada” del PP en Televisión Española, que fue encumbrada al inicio de la legislatura por Soraya Sáenz de Santamaría. Cuando llegó al cargo, y al contrario que la mayoría de sus predecesores, este periodista no realizó excesivos cambios en las jefaturas de los servicios informativos, lo que ahora le ha pasado factura, pues tras el giro a la derecha experimentado con el ascenso a la Presidencia de TVE de José Antonio Sánchez, se ha quedado solo en la casa y sin apoyos, exponen fuentes del Consejo de Administración de RTVE.
Somoano forma parte de la "facción moderada" del PP en TVE, encumbrada por Sáenz de Santamaría al inicio de la legislatura
En la actualidad, coordina El Debate de La 1, un programa alejado del prime time y con una audiencia más que mediocre. La aprobación la pasada semana de una nueva tertulia, conducida por Ernesto Sáenz de Buruaga y cuya emisión está prevista para un horario de máxima audiencia, ha abierto un gran interrogante sobre su futuro.
José Antonio Sánchez confirmó durante la pasada reunión del Consejo de Administración de RTVE que no lo retirará de la parrilla, pero fuentes del departamento de programas dudan que sobreviva si el espacio de Buruaga es bien recibido por el público. "Eso dejaría a Somoano sin programa, en el ostracismo y de cara a la puerta de salida. Y supondría un nuevo triunfo de la línea dura del PP en la casa, que después de las batallas que se han sucedido en los últimos meses, ya controla toda la cúpula de la casa", concluye un directivo.