No falla: cada vez que hay una debacle electoral, la izquierda sale en Twitter a decir que hay que hacer autocrítica y a los dos minutos están tuiteando que el problema es que la gente es tonta y está alienada por los medios de comunicación. De todos los análisis de la victoria de Trump, el que más inteligente es el de un asesor de Obama: si llamas racistas a todos los blancos, machistas a todos los hombres y villanos a todos los millonarios, no puedes esperar luego que te voten.

Estados Unidos es un país complejo, es un país que llama ‘soccer’ al fútbol, fútbol al rugby y seguridad a dormir con una escopeta debajo de la cama. Hasta el sistema electoral es rarito. Si un Estado tiene 50 electores, el partido que gana por un voto se lleva los 50. Como además en la mayoría de los Estados siempre ganan los mismos y se conocen los resultados, las elecciones las terminan decidiendo siempre los indecisos de Pensilvania. Es decir, el destino del mundo depende de si 2000 ninis que viven en un parque de caravanas se levantan sin resaca para ir a votar.

Kamala Harris no ha terminado de cuajar. Su discurso a favor de las minorías ha sido contrarrestado por Trump con videoclips con banderas ondeando y música de Los Vigilantes de la Playa. Más que una apuesta, Kamala fue un recurso de última hora cuando Biden dio pantallazo azul en el debate electoral y vieron que iba a empezar la legislatura con babero. 

En internet circula la teoría de Biden está molesto con Kamala por haberle hecho la cama y ha conspirado para que perdiera. Su mujer acudió a votar vestida de rojo (el color republicano) y él cometió un ‘desliz’ en la campaña llamando idiotas a los votantes republicanos que pudo costarle votos a Kamala. La teoría tiene un giro en el que Biden en realidad siempre fue un agente republicano cuyo objetivo era devolver a Trump a la Casa Blanca y todo, incluida su demencia, era un plan orquestado. Pero claro, internet es internet.

En España también ha incubado su propia teoría de la conspiración con el parking de Bonaire. Cuando el párking estaba inundado se hablaba que podían haber centenares de muertos. Empezaron a circular bulos de buzos que habían entrado y se habían quedado aterrorizados. No había nadie que no tuviese un amigo buzo en la UME.  El periodista ultra Bertrand Ndongo contó que había 700 tickets de entrada de coches que no habían salido. Al final resultó que el párking era gratuito y no tenía sistema de tickets. Hoy los bulos han mutado a que el Gobierno saca cadáveres por la noche en camiones frigoríficos y oculta miles de desaparecidos. Muchos de los ‘periodistas’ que los propagan participan en el programa de Iker Jímenez. El éxito de Horizonte es  también el éxito de la telebasura, el trumpismo y la americanización de España.

Los hashtags de Tuitopía de hoy son #Trump, #Biden, #Bonaire y #Horizonte.

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