Los efectos del mercado interno chino está pasando factura a las principales automovilísticas alemanas, que han dejado de ganar más de 10.000 millones de euros entre enero y septiembre de este año por el descenso de las ventas en China y por una transformación hacia la movilidad eléctrica mucho más lenta de lo esperado, lo que ha sumido al sector en una profunda crisis y amenaza con afectar a miles de puestos de trabajo.
Según los datos recopilados por Efe a partir de los resultados presentados por las compañías, las alemanas BMW, Mercedes-Benz y Volkswagen obtuvieron un beneficio neto conjunto de 21.106 millones de euros en los tres priemros trimestres del año, lo que supone un descenso del 32,8%, más de 10.000 millones de euros con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior.
Solo en el tercer trimestre del año, las principales automovilísticas alemanas dejaron de ganar casi 7.000 millones, ya que su beneficio neto pasó de los 10.202 millones entre julio y septiembre de 2023 a los 3.334 millones durante este ejercicio. Todo ello en un contexto en el que las compañías no solo han reducido sus ingresos, sino también las entregas de vehículos, en especial en China.
Durante los nueve primeros meses del año, los tres gigantes automovilísticos alemanes ingresaron de forma conjunta un 2,1% menos interanual, con algo más de 450.000 millones, después de que en el tercer trimestre la caída de la facturación alcanzara el 5,8%. En este periodo, Volkswagen vendió un 4,4% menos de vehículos, mientras que Mercedes-Benz bajó un 5,6% sus ventas y BMW las redujo en un 4,5%.
Unas caídas que fueron especialmente acusadas en China, donde las tres automovilísticas experimentaron una bajada en las ventas superior al 10%, un mercado clave para las automovilísticas europeas que se encuentra en un momento de debilidad económica.
Frenazo del coche eléctrico
A ello se sumó que la demanda de los coches eléctricos no termina de arrancar en la Unión Europea, donde en los nueve primeros meses del año se matricularon un 5,8% menos de vehículos de batería que el año pasado y la cuota de mercado cayó desde el 14% al 13,1%, según la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA).
Un problema que está afectando a la industria automovilística alemana que podría perder unos 140.000 puestos de trabajo para 2035 por la electrificación, después de que entre 2019 y 2023 se recortaran 46.000 empleos. Una tormenta perfecta sobre el motor industrial de Europa que se sufre especialmente en la ya maltrecha economía Alemana, donde las automovilísticas están en pleno proceso de reducción de costes.
Especialmente importantes son los planes de la marca Volkswagen, que se estaría pensando cerrar, al menos, tres de las diez fábricas que tiene en Alemania y reducir el tamaño del resto, lo que conllevaría la pérdida de decenas de miles de puestos de trabajo, según denunció a finales de octubre el comité de empresa.
Junto a Volkswagen, Mercedes-Benz también anunció que se centrará en aumentar la eficiencia y mejorar los costes en todas las categorías, incluido personal, después de que su beneficio se redujera un 30,7% hasta septiembre. Su director financiero, Harald Wilhelm, defendió tras la presentación de sus cuentas que la cotizada revisará la eficiencia en todos los lugares en los que está activa y en todas las categorías, incluyendo los costes por personal, pero también los de material, producción o fábricas.
En el extremo contrario, el consejero delegado de BMW, Oliver Zipse, defendió que la empresa continuaba realizando inversiones en Alemania aunque algunos pusieran en duda el futuro del país como emplazamiento industrial. BMW ganó un 35% menos hasta septiembre, tras firmar su peor trimestre del año, con un beneficio un 85,5% menor, ya que al desplome del mercado chino también sumó la paralización de la entrega de más de 1,5 millones de vehículos en todo el mundo debido a los problemas con los frenos