El avance de China en el coche eléctrico avanza a un ritmo que la convierte en el mayor fabricante mundial de esta tecnología. Su producción anual ha sobrepasado este año por primera vez los diez millones de unidades, según datos de la Asociación China de Fabricantes de Automóviles (CAAM), una cifra que refleja el rápido desarrollo de este sector en el país asiático.
La producción de coches eléctricos, que incluyen a los de batería -mayoritarios- y a los de pila de hidrógeno, ha crecido de forma exponencial en la última década, pasando de apenas 18.000 unidades en 2013 a un millón cinco años después, según informó este jueves la cadena estatal CCTV.
Para 2022, la cifra anual alcanzó los cinco millones, y este año, la producción ha aumentado un 4,3% respecto a los casi 9,6 millones de unidades del año pasado, superando la cifra de diez millones con más de un mes y medio restante para finalizar el ejercicio.
La asociación de fabricantes anticipa que la producción total podría superar los 12 millones de unidades para finales de este año, impulsada por políticas gubernamentales que han facilitado mejoras tecnológicas y de infraestructura.
Tensiones con la UE
Este aumento en la producción se da en un contexto de tensiones comerciales entre China y la Unión Europea, originadas por las acusaciones de Bruselas de que los fabricantes de vehículos eléctricos chinos reciben subsidios estatales que les permiten vender sus productos a precios significativamente más bajos en el mercado europeo, lo que se considera una práctica de competencia desleal.
Ante esto, la Comisión Europea impuso aranceles provisionales en octubre a diversas marcas chinas, incluyendo tasas del 35,3% para SAIC y del 17% para BYD, argumentando la necesidad de proteger a la industria automotriz europea.
Estas medidas también han afectado a fabricantes occidentales que producen en China, como Tesla, que enfrentará un arancel del 7,8%.
China negó las acusaciones y presentó una queja ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), alegando que los aranceles violan normas comerciales. Pekín también inició investigaciones sobre importaciones europeas, como lácteos o cerdo, siendo esta última especialmente dañina para España.
A pesar de las tensiones, ambas partes han mostrado avances en las negociaciones y se han comprometido a continuar el diálogo para evitar una escalada que afecte el comercio bilateral y la industria automotriz global, anunció la semana pasada el Ministerio de Comercio de China
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