Los grandes todo terreno de lujo son verdaderos escaparates tecnológicos de las marcas, un segmento que creció rápidamente con la llegada hace una década de modelos como el BMW X5 o el Audi Q7 pero a los que la crisis de estos últimos años ha relegado a ventas casi testimoniales. Pero este 2014 poco a poco van recuperando cierta notoriedad, rozando el 20% de incremento de ventas. Hyundai, aunque ya tenía el Santa Fe como opción de gama alta, refuerza con el nuevo Grand Santa Fe su presencia, con una versión de proporciones superiores, mayor equipamiento y un interior más lujoso y confortable, todo ello con un precio unos 3.000 euros por encima de aquél.
Frente al Santa Fe ya conocido, el nuevo modelo presenta una imagen algo diferente, con grupos ópticos delanteros y traseros propios y una nueva parrilla frontal que le otorga una imagen más robusta y refuerza su personalidad. A la vez, sus dimensiones exteriores crecen notablemente, casi 23 centímetros de longitud y 10 de distancia entre ejes alcanzando ahora los 4,91 metros de longitud, ligeramente más grande que el BMW X5 pero sin llegar a las dimensiones apabullantes del Audi Q7, que supera de largo los cinco metros de longitud. Frente a cualquiera de ellos, su precio está claramente por debajo, en torno a un 20% inferior con un nivel de equipamiento ciertamente elevado.
Porque respecto al actual Santa Fe que se comercializa desde finales de 2012 –y del que este año están vendiendo a un ritmo de unas 100 unidades al mes–, el nuevo Grand Santa Fe llega al mercado aportando además elementos como el portón trasero de apertura automática, el climatizador independiente para la tercera fila de asientos o un depósito de combustible de mayor capacidad, 71 litros en lugar de 64 para compensar el ligero incremento de consumo que suponen las mayores proporciones y peso en comparación con el Santa Fe.
Si de este se comercializan dos versiones diesel, de 150 ó 197 CV, el Grand Santa Fe sólo está disponible con el más potente de ellos y asociado al cambio automático de seis velocidades, de funcionamiento muy agradable y con la suficiente respuesta para moverlo con mucho dinamismo en carretera. El mayor peso y longitud no se dejan sentir en marcha de manera muy apreciable, manteniendo además del brillante confort de marcha un paso por curva muy estable, permitiendo moverse a alto ritmo sin mayores problemas. Si fuerzas al límite, pierde lógicamente la trayectoria pero dentro de unos márgenes de seguridad muy elevados.
Lo que sí cambia, y a mejor, frente al Santa Fe, es la habitabilidad de las dos filas de asientos traseros. Más espacio de piernas en ambas, algo más de altura al techo y un maletero con casi 50 litros más para un total de 634 hacen del Grand Santa Fe todo un familiar de muy amplias proporciones interiores, con mucho confort para cinco adultos y abundante equipaje y dos últimas plazas perfectamente válidas para estaturas de hasta 1,75 metros más o menos. Si rozas o superas el 1,80 no hay problema en cortas distancias, pero no resultan especialmente confortables para largos recorridos.