La inestabilidad del mercado del automóvil con caídas generalizadas de ventas y en especial en lo que a los modelos eléctricos se refiere está pasando factura a las automovilísticas con ajustes de producción a la baja, pero también a las empresas de componentes.
La vizcaína Gestamp lo está acusando este ejercicio, una de las referencias en el sector de componentes de automoción que cuenta con cien plantas industriales en tres continentes y trece centros de I + D repartidos por ellos, y que lleva desde hace tres años adaptándose a los nuevos procesos que supone el coche eléctrico.
Una nueva generación de fábricas 4.0 que permiten variar las líneas de montaje según las necesidades de producción de cada modelo y de las evoluciones que estos experimenten en el mercado. Pero las incertidumbres que se está viviendo en el sector se han reflejado en sus resultados, con un beneficio neto -casi 127 millones de euros- que supone una caída superior al 43% a falta del último trimestre frente a los 225,3 millones del ejercicio anterior, según un comunicado remitido por la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Por su parte, el volumen de negocio en estos tres primeros trimestres se ha situado en 8.927 millones de euros, un 1,6% menos que hace un año, tras la desaceleración en Europa Occidental (-8,6% hasta los 3.157 millones) y Mercosur (-6,7% hasta los 674 millones) que no consiguen compensar la mejoría en Norteamérica y México (+3,4% hasta los 1.863 millones) y Asia (+7,9% hasta los 1.458 millones). Unos ingresos que apuntan a quedarse por debajo de los registros de 2023, ejercicio que supuso récord para la empresa vizcaina superando los 12.000 millones de euros, cifra que no parece se vaya a alcanzar este año.
Sólo en el tercer trimestre, el beneficio neto se redujo cerca de un 70%, hasta los 21 millones de euros, mientras que los ingresos se mantuvieron estables en el entorno de los 2.787 millones de euros ante la desaceleración generalizada de la industria de la automoción como consecuencia de la escasa penetración del vehículo eléctrico.
Mercado inestable
Gestamp señala que la rentabilidad y liquidez de la compañía -1.907,1 millones de euros a 30 de septiembre- se han visto afectadas por un Ebitda de 299 millones de euros, un 3,95% menos que hace un año, y un margen del 10,7%.
Según el presidente ejecutivo de Gestamp, Francisco Riberas, el actual entorno de mercado es "incierto y volátil" lo que ha provocado un escenario de "inestabilidad" que ha obligado al grupo a "reaccionar para optimizar" las operaciones. "Prevemos cerrar el ejercicio con un nivel de ingresos en línea con los objetivos", ha señalado.
En este contexto, el grupo destaca la evolución favorable del Plan Phoenix en los mercados de Estados Unidos y México, con el que busca equiparar la rentabilidad de este mercado a la del resto del grupo. A día de hoy, las 15 plantas en esta región suponen el 20,88% de las ventas de Gestamp.
Asimismo, Gestamp admite el deterioro de las condiciones del mercado a lo largo del año debido a la volatilidad provocada por la desaceleración de la penetración del vehículo eléctrico, especialmente en Europa, y la fluctuación de las divisas, junto a la inestabilidad geopolítica global, que propician "un escenario actual de ralentización".
En consecuencia, la compañía que dirige Francisco J. Riberas ha anunciado una revisión de las previsiones de negocio, que contemplan cerrar 2024 por encima del mercado a dígito simple bajo y con un margen Ebitda ligeramente por debajo del de hace un año, generando un flujo libre de caja positivo y preservando un nivel de apalancamiento de 1,7 veces la deuda neta respecto al Ebitda.
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