La Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) ha presentado un estudio y una serie de propuestas derivadas de ello que ha puesto en jaque a las autoescuelas que, a través de su principal patronal CNAE, no ha tardado en reaccionar viendo como de llevarse a cabo alguna de ellas, trannsmitidas a la DGT, vería como su modelo de negocio se reduciría ostensiblemente.
Y es que, de llevarse a cabo esta propuesta, que se da en muchos otros países, se permitiría aprender a conducir sin necesidad de llevar al lado un profesor titulado y en coches particulares sin necesidad de duplicar los pedales de freno y acelerador que sí montan todos los coches de las autoescuelas.
Así, la CNAE, como patronal del sector de las autoescuelas en España, ha expresado una profunda preocupación por algunas esas propuestas y conclusiones del estudio sobre el sector. Consideran fundamental aclarar ciertos puntos que, tal y como están planteados, podrían a su juicio comprometer gravemente la seguridad vial y la calidad de la formación de los futuros conductores en España.
Creen en primer lugar que existe una razón fundamental para exigir vehículos con doble mando durante la formación práctica: garantizar la seguridad tanto del aspirante como de los demás usuarios de la vía. El estudio de la CNMC propone alternativas que eliminan esta exigencia, como permitir la conducción acompañada por tutores no profesionales, siguiendo modelos de otros países.
Para la CNAE los vehículos con doble mando no son un capricho, sino un estándar de seguridad que permite al profesor de autoescuela intervenir de forma inmediata ante cualquier situación peligrosa durante el aprendizaje. Sustituir esta figura profesional por tutores no cualificados y sin formación en seguridad vial incrementaría, según exponen, los riesgos en carretera y comprometería los objetivos de reducir la siniestralidad vial.
Creen que la propuesta de la CNMC podría empeorar la tasa de aprobados, un problema que el propio regulador identifica como crítico en el estudio. Permitir que la formación práctica recaiga en tutores no profesionales implica riesgos significativos. Estos tutores, al no ser especialistas en enseñanza vial, inevitablemente trasladarían sus propios hábitos de conducción que, con frecuencia, pueden incluir malas prácticas y expone a los aspirantes a un aprendizaje defectuoso.
Para la patronal de este sector, es fundamental destacar la figura del profesor de autoescuela como un profesional altamente capacitado y certificado por la Dirección General de Tráfico (DGT) tras superar un riguroso proceso de formación y evaluación. Profesionales que no solo cuentan con conocimientos avanzados en seguridad vial, sino también con habilidades pedagógicas que permiten un aprendizaje estructurado, seguro y efectivo.
Exceso de clases prácticas
Uno de los argumentos más controvertidos del estudio de la CNMC es su análisis sobre la tasa de suspensos en los exámenes prácticos de conducir en España, presentada como un reflejo de la ineficiencia del sistema de formación vial.
En España, actualmente no existe una regulación que obligue a un nivel mínimo de preparación antes de presentarse al examen para obtener el permiso de conducir. Es el propio alumno quien decide cuándo está listo para examinarse, y no la autoescuela, aunque por regla general tienden a un exceso de clases de conducción para asegurar que el alumno está preparado, algo que de entrar en vigor la propuesta de la CNMC repercutiría en una notable caída del número de clases que, actualmente, se estima en una media de 30 o 35 clases por alumno.
Y es que las autoescuelas pueden aconsejar sobre el nivel de preparación necesario, pero no tienen la autoridad para impedir que un aspirante solicite el examen si así lo desea. Esta falta de un estándar obligatorio y homogéneo en la formación provoca que haya alumnos que se presenten a las pruebas sin la preparación adecuada, lo que afecta negativamente a los resultados.
El estudio de la CNMC plantea propuestas que, con la finalidad de fomentar la competencia, podrían debilitar la profesionalidad del sector y comprometer la calidad de la formación vial en España. Y es que entre estas propuestas está también la eliminación de la obligatoriedad de que las autoescuelas cuenten con vehículos propios o locales físicos.
La patronal señala que relajar los requisitos básicos para operar como autoescuela, eliminando la necesidad de contar con vehículos homologados o infraestructuras adecuadas, podría abrir la puerta a prácticas que prioricen el beneficio económico sobre la calidad del servicio.
Creen que esta liberalización de requisitos esenciales impactaría negativamente en la seguridad de las carreteras. La falta de vehículos homologados o de espacios específicos para la enseñanza práctica no solo pondría en riesgo la calidad de la formación, sino que podría comprometer directamente la seguridad vial, tanto de los alumnos como del resto de usuarios de las vías.
CNAE considera que cualquier medida destinada a fomentar la competencia en el sector debe priorizar siempre la seguridad vial y la profesionalidad. Por ello, desde CNAE instan a las autoridades y organismos competentes a abordar la problemática del sector desde un enfoque global, que tenga en cuenta las necesidades del mercado, pero que no pierda de vista la importancia de garantizar una formación de calidad que priorice la seguridad vial.
jabali20
15/01/2025 21:02
Que hay un pingue negocio en Las Autoescuelas ? Eso no tengo duda... Que estan compinchados entre unos y otros para aprobar o suspender? es mas de lo mismo. Ahora..muy preocupados por la cuestion vial y resulta que a los Ciclistas no les controla nadie y a los patinetes les han dado via libre para hacer lo que quieran.