Opinión

Un consejo a Pedro Sánchez: ¡la clave es la demanda efectiva!

Hoy se mantienen ciertas políticas económicas que obedecen al principio de dominio de la élite. ¡Ojalá que Pedro Sánchez tome nota!

  • El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, en la reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20 .

Vivimos tiempos de vértigo. Lo improbable se hace posible. Pedro Sánchez alcanza la Presidencia del Gobierno de España. Nace en Italia el Gobierno del Movimiento Cinco Estrellas y la Liga. Mientras, los medios de comunicación convencionales dan muestras de cierta irritación, agotamiento, descontrol y estupefacción. No comprenden aún que llevamos años de tiempos de maleza. Hay un hastío amplio en la ciudadanía. Y en el origen de todo, un sistema roto de gobernanza económica, el "neoliberalismo". Da igual que las políticas económicas significativas que propagan a bombo y platillo se fundamenten en hipótesis falsas. Se presentan como verdades aparentemente irrefutables, cuando simplemente son meras conjeturas que no pasan la prueba del algodón. Todo da igual, la contrastación con los datos no importa, se aplican principios goebbelianos, y se contraprograma a quien ose llevar la contraria una y otra vez con la ayuda de medios de comunicación afines.

El neoliberalismo no es una ideología en estricto-sensu. Es el momento político donde el poder corporativo se quita la careta, deja de ser un fenómeno puramente económico y se transforma en una coparticipación globalizadora con el Estado. El objetivo, la mayor concentración posible de riqueza y poder en las menores manos plausibles. Es el neo-feudalismo. Y es ese poder corporativo el que pacta, apoya, dificulta la formación de gobiernos o dirige el voto de la ciudadanía. Para ello invierten en medios de comunicación. Es una inversión muy rentable. La antidemocracia, y el dominio de la élite son sus rasgos más destacados. Roosevelt lo decía muy claro: “Habían comenzado a considerar al gobierno como un mero apéndice de sus propios negocios. Ahora sabemos que un gobierno del dinero organizado es tan peligroso como un gobierno de la mafia organizada”.

Una crítica al pensamiento económico dominante

Pero vayamos a la evidencia empírica, aquella que invalida todos y cada uno de los supuestos que hay detrás de las políticas económicas más significativas del neoliberalismo. La evidencia se expande cada día más y hasta el mismo Banco Central Europeo (BCE) aporta una crítica demoledora contra los fundamentos de aquellos que reclaman reformas desde la oferta. En este sentido, es llamativo que un documento de trabajo reciente del BCE, con el sugerente título “On the sources of business cycles: implications for DSGE models”, haya realizado sin duda una de las mayores críticas a la teoría económica dominante, esa que estudian los alumnos de económicas y empresariales en la universidades de medio mundo. Sus autores, Michal Andrie, Jan Bruha y Serhat Solmaz, investigan las fuentes de las fluctuaciones económicas. Para ello consideran el PIB, el consumo, la inversión, las exportaciones y las importaciones, todas ellas en términos reales, incluyendo además la tasa de desempleo y la inflación subyacente. Utilizan datos de los Estados Unidos y de otros países desarrollados.

La importancia de esta investigación es que los modelos convencionales -neoclásicos, neokeynesianos o monetaristas- que estudian los ciclos económicos enfatizan las motivaciones del lado de la oferta y afirman que los shocks de demanda son temporales en el mejor de los casos. Esto es crucial porque si eso fuera cierto, entonces la afirmación de que la política fiscal no puede alterar permanentemente el curso de una economía sería válida. Pero el documento del BCE refuta esta creencia general.

Un documento del BCE llega a la relevante conclusión de que no se sustenta por ningún lado la austeridad expansiva defendida por el FMI o la Troika europea

Los autores demuestran la existencia de grandes regularidades en los co-movimientos de variables macroeconómicas clave, en múltiples economías, en el análisis de los ciclos económicos. Y encuentran que hay una fuente dominante de dichos co-movimientos en términos reales. Dicho de otro modo, la dinámica del ciclo económico de los datos macroeconómicos clave puede explicarse, en gran medida, por una única fuente de variación. ¿Y saben ustedes cuál es? Pues aquella que siempre hemos defendido desde estas líneas: la demanda agregada, es decir, el gasto. ¡Es el dominio aplastante del principio de demanda efectiva! Por lo tanto, todas esas reformas propuestas desde el lado de la oferta, tan cacareadas a bombo y platillo, obedecen a chascarrillos sin fundamento alguno. Pero ahí los tienen, inasequibles e imperturbables al desaliento, defendiendo lo indefendible.

Implicaciones de las nuevas evidencias empíricas

Las implicaciones son brutales porque los modelos de equilibrio general dinámico estocástico, los famosos DGSE, muy queridos por la ortodoxia, no pasan la prueba del algodón. Los autores lo explicitan de la siguiente manera: "Los modelos más destacados de DSGE hoy en día no son compatibles con nuestros hallazgos empíricos sobre la cantidad de factores y la naturaleza del movimiento conjunto en los datos macroeconómicos”. ¡Touché!

Los resultados apuntan a "solo un componente principal dinámico dominante": la demanda agregada. La implicación más relevante es que no se sustenta por ningún lado la austeridad expansiva defendida por el FMI o la Troika europea. Estos organismos durante la Gran Recesión obligaban a los gobiernos a reducir sus déficits utilizando la austeridad fiscal, bajo su creencia de que ello generaría crecimiento económico. Obviamente ello no sucedió, simplemente porque así no funcionan las economías. Tuvieron rápidamente que cambiar.

El documento del BCE, titulado ‘On the sources of business cycles: implications for DSGE models’, realiza la que sin duda es una de las mayores críticas a la teoría económica dominante

La investigación del BCE confirma la notable estabilidad de los movimientos conjuntos entre las variables agregadas. Si cae la inversión, o el gasto público, el consumo privado disminuye. ¿Por qué? Porque la disminución de la inversión (o el gasto en general) crea una brecha de producción y las empresas despiden a los trabajadores. El ingreso nacional cae y el consumo y el ahorro de los hogares disminuyen. ¡Elemental mi querido Watson!

En términos simples, estos resultados significan que la mayoría de los modelos macroeconómicos utilizados por los organismos u oficinas de política económica, los neokeynesianos, los monetaristas, o los nuevos clásicos, al ignorar el predominio de la demanda agregada para explicar las dinámicas de crecimiento e inflación, tendrán una escasísima utilidad. Los autores del documento de trabajo del BCE consideran que "cualquier modelo económico estructural debe, al menos, ser capaz de generar la estructura de componentes principales de los datos que se supone que representan", razón por la cual los modelos macroeconómicos dominantes fracasan.

El otro resultado clave del artículo es que el análisis de las variables reales y la inflación revela un estrecho co-movimiento, a menudo puesto en tela de juicio por la literatura dominante. Dicho de otra manera, la producción y la inflación se mueven conjuntamente como resultado de la dinámica de la demanda. Esto significa que la gran mayoría de los modelos macroeconómicos que explotan lo que se conoce como la "dicotomía clásica", es decir, que el dinero es neutral a largo plazo ya que está determinado exclusivamente por las fuerzas de la oferta, es simple y llanamente otra leyenda urbana, y ya van muchas.

Si a fecha de hoy se mantienen ciertas políticas económicas basadas en meras leyendas urbanas, ello ya no solo obedece a una incompetencia estructural de quienes la proponen, que también, sino a la defensa de los intereses de ciertos grupúsculos, es decir, al principio de dominio de la élite. ¡Ojalá los asesores de Pedro Sánchez le puedan trasladar a él estas evidencias irrefutables!

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli