Opinión

Demasiado gasto y previsiones irreales

Había pocas dudas sobre el sesgo ideológico que iba a impregnar los PGE de 2022 teniendo en cuenta la necesidad de contar con el apoyo parlamentario de UP, ERC, Bildu

  • María Jesús Montero, ministra de Hacienda y Función Pública. -

Había pocas dudas sobre el sesgo ideológico que iba a impregnar los PGE de 2022 teniendo en cuenta la necesidad de contar con el apoyo parlamentario de UP, ERC, Bildu etc...Sin embargo, existía la esperanza de que, estando una reconocida profesional como Nadia Calviño dirigiendo el área económica, y tras el varapalo del crecimiento del PIB del pasado trimestre, se acercaran un poco más a la racionalidad.

Hay que recordar que el hace nada el INE publicó que la economía española creció un 2,8% en el segundo trimestre y finalmente esa cifra fue rebajada hasta el 1,1%. Esto ha provocado una reacción en cadena de todos los analistas suavizando la expectativa de crecimiento para 2021, aunque se supone que el tercer trimestre recogerá parte de ese ajuste y será mejor de lo esperado. El consenso ahora dice que en 2021 creceremos bastante menos de lo que preveía el Gobierno, e incluso de lo que se apunta a día de hoy.

Previsiones no muy exactas

El Ejecutivo asegura que creceremos este año el 6,5% contra un 5,5%-5,8% de rango del consenso de los analistas. Estamos en octubre y las previsiones parecen no muy exactas. Eso ya de por sí despierta recelos respecto a lo que predicen para 2022 que es, básicamente, que se crecerá un 7% con un déficit público del 5% (creen que 2021 cerrará en un 8,4%), la tasa de paro bajará hasta el 14,1% (descuentan este año se acabará en un 15,2%) y la deuda pública supondrá el 115,1% en 2022 contra un 119,5% que creen será el nivel de cierre de 2021.

Llegarán los fondos, pero no serán gratis

Que estas previsiones no sean muy realistas es, desgraciadamente, algo muy común, y ha ocurrido también con otros gobiernos. Pero en este caso se antoja aún más grave el hecho de que estén tan alejadas de la realidad con unos PGE reyes del gasto público. Eso implica que como el gasto va a crecer en forma indubitable y señalada, si se crece menos y se recauda menos, peligrará tanto la creación de empleo y, lo que es más grave e inquietante, el diseño total de nuestras cuentas públicas. Como ya hemos tenido demasiadas prórrogas a causa de la pandemia, es necesario tener en cuenta que este optimismo gubernamental con esa previsión de un crecimiento del 7% viene de la mano de una confianza ciega y casi desesperada en la acción benéfica y beatífica de los fondos europeos. Que estoy seguro llegarán, pero que también debemos tener claro que no serán gratis.

Nada menos que 248.000 millones de euros es la cifra récord que los PGE de 2022 incluyen en políticas sociales. Un 46% más de fondos a políticas de vivienda, un 83% más para iniciativas para jóvenes (parte de las cuales consiste en entregar unos bonos de 400 euros para gastar en “cultura” que seguramente acabe gastado en ocio) y 2.199 millones –la cifra más alta de la historia- en becas. Dependencia crecerá un 23,3%, Sanidad un 11% y Educación un 2,3% (aunque el grueso de esos gastos está transferido a las CC.AA.).  Además, hay una "apuesta sin precedentes" por la I+D+i y la digitalización, con partidas de casi 13.300 millones.

En resumen, que la única partida de gasto social que bajará será la destinada al desempleo al haber menos parados cobrando

Todo esto es puro márquetin ya que la partida principal seguirá siendo pensiones. ¡Todavía recuerdo cuando alguno que hoy aplaude a este Gobierno criticaba cuando Cristóbal Montoro incluía las pensiones en gasto social! La cifra de gasto en pensiones será un 4,8% más que en 2021 y supondrá un desembolso de dinero público de 171.165 millones de euros, todo con la previsión de un incremento de la pensión contributiva del 2,2% y de las mínimas del 3% que, a su vez, hará subir el importe del IMV o Ingreso Mínimo Vital. En resumen, que la única partida de gasto social que bajará será la destinada al desempleo al haber menos parados cobrando.

¿Y los ingresos? Pues aparte de la algarabía con lo del tipo mínimo del 15% para el impuesto de Sociedades, que apenas supondrá unos 400 millones de euros extra, todo se fía a que aumente la recaudación por la mayor actividad económica. Para 2022 esperan que los ingresos fiscales crecerán un 8,1%.

En resumen, mucho gasto, gasto además que no es en infraestructuras o en inversiones duraderas sino en pagar a la gente para que consuma, y esperar que ese consumo genere crecimiento y mayores ingresos tributarios. Como ya de por sí son irreales las previsiones para este año, puesto que siguen insistiendo en un crecimiento del PIB del 6,5%, creo que resulta evidente que no es la exactitud lo que buscan sino el poder encontrar suficientes votos para poderlo sacar adelante. Y las cuentas públicas lo pasarán muy mal porque ya estamos en máximos de deuda pública respecto al PIB, tenemos un desajuste entre ingresos y gastos espectacular, y no es de recibo que, en 2022, se supone que ya acabado lo peor de la emergencia sanitaria, sigamos sin poner orden en las cuentas. Todo eso además sin saber si el coste de la energía o los tipos de interés pueden empeorar aún más las cosas, expectativas que a día de hoy parecen más probables que el que crezcamos un 6,5% este año.

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