Opinión

Las derechas del desencanto

La oposición se refugia en encuestas y escándalos, sin construir una alternativa que movilice

  • Urnas, un horizonte muy lejano

Vivimos en una era marcada por la inmediatez de la información, donde las noticias se miden por su viralidad y la rapidez con la que se difunden. Los partidos políticos, a través de sus departamentos de comunicación y de sus líderes, están cada vez más centrados en crear contenidos que generen ruido en redes sociales y medios. Día tras día, los titulares sobre los escándalos de corrupción relacionados con el Gobierno se repiten. Los medios señalan "Sánchez acorralado". Pero, ¿realmente es así? ¿No llevamos años escuchando que su mandato se acaba pronto?

Las derechas parecen no entender algo fundamental: ganar las batallas del día a día no es lo mismo que construir para ganar la guerra de la campaña electoral. En su afán por aprovechar cada escándalo y cada titular, se olvidan de lo que realmente importa a largo plazo: la percepción que tus votantes puedan estar construyendo sobre tu fuerza política. No es lo mismo una reacción rápida en redes sociales de corto plazo que el trabajo de comunicación y la lucha política a largo plazo que pueda hacer a un partido más votable para los suyos. Mientras las derechas se sienten ganadoras en las encuestas y en las redes, el PSOE está enfocado en construir relatos, en reforzar una imagen que conecte con sus votantes.

Un claro ejemplo de esto es la oportunidad que ha encontrado Sánchez para redefinir su imagen como el líder patriota, que se enfrenta a Trump y a las ultraderechas que sirven a los poderosos. Ha visto el filón y lo está explotando construyendo un nuevo marco mental para los suyos. Fortalecer su valor percepcional día a día es más importante para el sanchismo, que todos los insultos o comentarios negativos que le puedan decir en las redes o tertulias. Le importa más construir para los suyos, mientras que las derechas parecen quedarse atrapadas en el corto plazo, apostando por la derrota de Sánchez sin ofrecer una alternativa real o convincente.

Se percibe en el PP una actitud de esperar a heredar el poder sin moverse y parece que en Vox dan por sentado que van a crecer porque otros políticos similares están obteniendo triunfos electorales en otros países

 

En las últimas elecciones generales, las derechas cometieron el error de repartirse ministerios antes de ganar. Hoy siguen incurriendo en el mismo error: creen que ya han ganado. Siguen atrapadas en el espejismo de pensar que suman una mayoría, que aún no existe y que nadie asegura que incluso pueda materializarse si observamos el enfrentamiento en el discurso de Vox contra el PP. Se percibe en el PP una actitud de esperar a heredar el poder sin moverse y parece que en Vox dan por sentado que van a crecer porque otros políticos similares están obteniendo triunfos electorales en otros países. En vez de trabajar por un cambio político real, se conforman con esperar que Sánchez se hunda solo, sin una narrativa propia que movilice a la gente. Al final, su principal estrategia es el "antisanchismo", un eslogan vacío y sin una visión clara de futuro.

Está claro que el gran trabajo judicial de las acusaciones populares contra el PSOE ha sido beneficioso para la oposición. La enorme labor de estos abogados, de los periodistas de tribunales, de los jueces y de la Guardia Civil (UCO) les ha puesto en una situación impensable hace un año, pero no parece que tengan ninguna intención de reconocer la contribución de estas asociaciones o partidos nuevos contra Sánchez, ni parece que quieran algún acercamiento para trabajar mano a mano con la sociedad civil que está sacando a la luz información más que suficiente para que una oposición de izquierdas hubiera tumbado a cualquier Gobierno de derechas hace meses.

Quizás el mayor error de las derechas sea confundir las encuestas y las redes sociales con la realidad. El apoyo en estos espacios no refleja necesariamente la verdadera intención de voto. No entienden el voto como una decisión que implica evaluar los posibles escenarios y las consecuencias de sus acciones en la sociedad. La gente no elige solo por rechazo a Sánchez, sino por lo que los partidos ilusionan, y las derechas no están ofreciendo nada para emediarlo. Se limitan a "que se vaya Sánchez" o a promesas de bajar impuestos, sin trabajar en un proyecto que inspire y movilice a la gente. Su estrategia se basa en el desencanto, no en la esperanza. No se esfuerzan por conectar de verdad con sus bases.

Muchos votantes del PSOE continúan creyendo que el caso de Begoña Gómez es una persecución política, mientras que otros de Vox piensan que las derrotas electorales de su partido son culpa del PP y de una campaña de “demonización” que en todo Europa y el mundo ha beneficiado a los partidos que las han sufrido

 

Otro error es subestimar la poderosa movilización que la izquierda logra con el falso monstruo de unas derechas “reaccionarias”. Esta narrativa tiene la capacidad de sacar a las personas de su indiferencia política, movilizándolas con mensajes trascendentes como la justicia social, el legado para las futuras generaciones y la lucha contra el “trumpismo” mundial. En cambio, las derechas han abandonado el esfuerzo por seducir a sus propios electores, y ni siquiera parecen interesadas en lo que piensan la mayoría de los españoles: aquellos abstencionistas desilusionados con la política. Millones de personas están completamente desconectadas de los debates cotidianos, hastiadas de una clase política que las ignora. Estos votantes toman decisiones sobre la realidad política basándose en percepciones distorsionadas de ciertos eventos, a menudo alimentadas por unos pocos datos incompletos o erróneos. Por ejemplo, muchos votantes del PSOE continúan creyendo que el caso de Begoña Gómez es una persecución política, mientras que otros de Vox piensan que las derrotas electorales de su partido son culpa del PP y de una campaña de “demonización” que en todo Europa y el mundo ha beneficiado a los partidos que las han sufrido.

Sánchez sigue marcando la agenda, adelantándose a todos los demás partidos, mientras las derechas se refugian en encuestas y escándalos, sin construir una alternativa real que movilice. Siguen esperando que el desgaste del Gobierno les entregue el poder. Si nada ha cambiado en la estrategia de las derechas, ¿por qué habría de cambiar el resultado?

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli
Se acabó
El gatillazo de la izquierda rijosa