Opinión

El Oscar de Jésica

Es un bochorno nacional esa familiaridad con la prostitución del que fue el todopoderoso número dos del presidente Sánchez

  • Jéssica, en la alfombra roja del Supremo -

Muchos de los pronósticos que en estas últimas semanas se han publicado en la prensa internacional sobre quiénes iban a ser premiados con los Oscar coincidían en destacar dos nombres por cada categoría analizada: El de la persona que debería ganar el premio por la excelencia de su trabajo y el de quien, sin quitarle su mérito pero en virtud de muchas otras razones, se lo iba llevar finalmente.

En la categoría de mejor actriz principal, una vez descartada por cancelación nuestra inefable compatriota Karla Sofia Gascón, que pasó de ser un icono trans a un señor facha de Alcobendas en virtud de unos cuantos tuits escritos en el feliz anonimato previo a la película que le ha dado la fama y que no tuvo la prudencia de borrar a tiempo, todos los especialistas coincidían en señalar que el galardón debería darse o a la deslumbrante actriz brasileña Fernanda Torres, cuya trayectoria artística sigo desde hace muchos años y de quien me declaro ferviente admiradora, o a la joven y desconocida actriz Mikey Adison, por su magnífico trabajo como protagonista en la película Anora. Coincidían también en que ninguna de las dos iba a llevárselo, porque el premio iba a recaer finalmente en Demi Moore, una de los suyas. Nada gusta más en Hollywood que una historia de redención y conceder la pátina del prestigio a quien ya nada tiene que demostrar en las taquillas, que ha reventado durante dėcadas con dignísimas producciones de cine comercial. Y allí estaba ella, con su traje de Armani apretadísimo, su melena suelta hasta la cadera, sus tacones de doce centímetros y su piel trabajada y optimizada hasta lo inverosímil, esperando la consagración final que solo da la concesión de un Oscar. Pero para sorpresa de todos los asistentes a la gala y de ella misma, quien lo ganó no fue Demi Moore, sino la joven Mikey Adison. La pobre Demi tuvo que tragarse la decepción y poner cara de poker mientras la cámara, cruel como nadie,  no se desprendía de su bello rostro. Ni ese desahogo tuvo. Una fila por detrás, Fernanda Torres, que es una diosa en Brasil y que a diferencia de Moore podía respirar en su maravilloso y suelto Chanel, sonreía con la tranquilidad de quien está en paz con sus 59 años muy bien vividos.

El argumento de Anora es el reverso tenebroso o más bien realista de Pretty Woman. Una joven prostituta ruso-americana que se gana la vida como puede en un club, conoce  en el curso de su trabajo al hijo mimado de un oligarca ruso y se casan por impulso en Las Vegas. Los padres del novio ponen el grito en el cielo y van a Estados Unidos con el único objetivo de anular el matrimonio. No hay final feliz ni nadie come perdices. Y entre las curiosidades de la película que más han llamado la atención se destaca que se dice la palabra “fuck” 479 veces. La opción ideal para una tarde de cine con tu madre no parece, pero ya me contarán ustedes su impresión si es que van a verla.

Lo de Jésica encontrada en un catálogo presentado por Koldo y la miss provincial es de una sordidez patética y muy española, como  de portada de cassette de esas que se compraban hace unas décadas en las gasolineras, y también de una tristeza difusa como de estación de tren de pueblo

Y esa trama es la que conecta los dos asuntos fundamentales que han entretenido al español medio en este gris fin de semana de invierno, por un lado los Oscar y por el otro la ajetreada vida deportiva, que no amorosa, de José Luis Ábalos. Cuando ya conocíamos a Jésica tanto en su versión rubia, de compras con su mecenas, como morena, vestida de dolorosa ante el juez, aparecen nuevas beneficiarias de la atención del todopoderoso deportista dispuesto siempre a hacer flexiones. Se habla ahora de una Miss Asturias en la categoría de mayores de treinta años, que es como decir el mejor poeta de Arganda de Duero, a la que compaginó durante tres meses con nuestra Jésica. Les pagaba lo mismo porque otra cosa no, pero Ábalos es un señor.

¿Sabes leer?, pues contratada

Parece que esta otra señorita fue premiada también como Jesi con un carguillo de esos en los que se cobra por no trabajar, esta vez en la empresa Logirail, filial de Renfe, puede que en honor a su condición de Miss y por tanto de señora que está como un tren, lo que no deja de tener su lógica. Ėl las iba conociendo, las simultaneaba y nos las colocaba a todos, porque el precio del asunto no lo pagaba él sino nosotros. Lo de Jésica encontrada en un catálogo presentado por Koldo y la miss provincial es de una sordidez patética y muy española, como  de portada de cassette de esas que se compraban hace unas décadas en las gasolineras, y también de una tristeza difusa como de estación de tren de pueblo un domingo por la tarde. Sobre todo, es un bochorno nacional esa familiaridad con la prostitución del que fue el todopoderoso número dos del presidente Sánchez, y con él de todo el gobierno del que formaba parte. En breve empezarán los anuncios en todos los medios con el inicio de la campaña fiscal. Ya vemos adonde va a parar parte del dinero que nos confiscan. A gastos privados de unas personas que jamás debieron ser elevadas a los cargos que ostentan, porque carecen de la categoría profesional y moral para ello.

Ábalos y sus contratadas dan para argumento de otra película, con él como oligarca de pacotilla y ellas como beneficiadas de su generosidad de tres al cuarto, y con Koldo como actor secundario al estilo de los Soprano.  Papeles lucidos que podrían darles premios importantes a los actores que los interpretaran, aunque nunca lo harían tan bien como sus protagonistas en la vida real. Con esa mezcla de impunidad, poca vergüenza y cara dura de cemento armado. And the oscar goes to Jésica y José Luis por “sabes leer?, pues ya está, contratada” 

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