Más que un jarrón chino, que diría Felipe González, el Emérito es un cachalote varado, un enorme incordio, una presencia incómoda, una fastidiosa ausencia. Está pero no está. Un engorroso holograma, aparcado desde hace dos años en la isla de Nurai, en Abu Dabi, a la espera de una amnistía moral para el retorno o de una cadena perpetua a su extravagante exilio.
Los funerales por la Reina de Inglaterra han agitado de nuevo la farragosa polémica. ¿Qué hacer con don Juan Carlos? ¿Va o no va? ¿Estará en Londres junto a su hijo o se le anclará en su destierro como ese 'artefacto viejo, inútil y descacharrado', como Pla describía a la Monarquía en su Advenimiento de la República? El protagonista del azaroso esperpento ya ha despejado las dudas. Comparecerá el lunes en la abadía de Westminster en respuesta a la amable invitación del Foreingn Office en su condición de ex jefe del Estado, amén de estrecho amigo y pariente de "mi prima Lilibeth". No representará a España, advierte la portavoz Isabel Rodríguez, con ese gesto enfurecido que ahora le obligan a ensayar.
El viernes circulaba la versión de que no iría, según las fuentes habituales. El domingo llegó la invitación. El lunes se sucedieron las llamadas y los contactos entre Zarzuela, Moncloa y el Golfo. Don Felipe no era partidario. Sánchez, menos. El Rey padre no sólo estaba por la labor sino que dejó muy claro que estaría en la iglesia acompañado de doña Sofía, la Reina madre con quien vive un periodo de sorprendente y emotiva reconciliación. Un verdadero engorro personal, familiar, político, diplomático y hasta protocolario. ¿Dónde colocarán al cachalote coronado? ¿Junto a su hijo, con quien no aparece ni en pintura (en fotografía) desde enero de 2020, cuando el funeral de su hermana doña Pilar. ¿En el coro, en un rincón oscuro de la sacristía? ¿Con quién viajará a Londres? ¿Junto a alguno de sus amigos jeques de los Emiratos? ¿En jet privado, como cuando se desplazó a Sanxenxo, lo que fue motivo de crítica y escándalo?
¿Dónde colocamos al cachalote coronado? ¿Junto a su hijo, con quien no aparece ni en pintura (en fotografía) desde enero de 2020? ¿En el coro, en la sacristía?
"Soy el rey más antiguo", recordó el monarca abdicado, al recibir las primeras insinuaciones de lo molesto que resultaría su presencia en las exequias británicas. No lo es, pero dejémoslo ahí. "Han invitado hasta a las nietas de la Pasionaria. Yo fui la locomotora de la democracia", proclamó, en esta misma línea de enfado despreciativo, al ser excluido de la celebración del 40 aniversario de las primeras elecciones democráticas. El carácter de los borbones les lleva a veces a perder la serenidad.
El Emérito puede pasearse con normalidad por el Reino Unido porque, pese a lo que airean desde sectores sanchistas, la demanda interpuesta por Corinna Larsen, su antigua amante y origen de tantos de sus pesares, se mueve estrictamente en el ámbito de lo civil. En Suiza estuvo este verano en visita a la infanta Cristina, convaleciente ahora de los efectos de un severo trastorno matrimonial.
Zarzuela no debió ceder a las presiones de Moncloa para que el Rey Emérito abandonara España. Tampoco debió permitir que mantuviera su residencia en Palacio después de su abdicación y la entronización del Heredero
"Puede pasearse por toda Europa pero no puede poner un pie en España", claman en su entorno, donde se considera tan absurda como injusta la actual situación del viejo Rey. Zarzuela no debió ceder a las presiones de Moncloa para que el don Juan Carlos abandonara España. Tampoco debió permitir que mantuviera su residencia en Palacio después de su abdicación y tras la asunción del Heredero al trono. Era una situación extraña, que alentaba confusiones. El único gesto razonable, en este sentido, fue montarle un despachito gélido e ingrato en el Palacio Real, donde acudía esporádicamente para hacer que atendía visitas y revisaba papeles. Parche tras parche, la Casa Real ha ido dando largas a un problema de difícil solución, que inevitablemente, aumenta en forma molesta con el paso del tiempo, como esas bolas de nieve que acaban convirtiéndose en un alud incontrolable.
"Esta visita se enmarca en el deseo de S.M. el Rey Don Juan Carlos de desplazarse con frecuencia a España para visitar a la familia y amigos y organizar su vida personal y su lugar de residencia en ámbitos de carácter privado". El comunicado hecho público tras su ruidoso desplazamiento a las rías gallegas este mes de mayo derivó en frustración. Todo salió mal y así se lo hizo ver su hijo en el hermético encuentro mantenido por ambos en Zarzuela. Hubo voces y hasta gritos. El Emérito hubo de renunciar a su proyectada visita a España este verano y borró de su agenda planes de futuro. ¿Volverá en Navidades? ¿En enero para su 85 cumpleaños?
La sombra de otro monarca español, por más rechazable que haya sido la última etapa de su reinado, fallecido lejos de su tierra, como Isabel II o Alfonso XIII, pesa como una losa sobre la imagen sentimental y política de la Corona
Con el archivo de sus tres causas por parte de la fiscalía, se pensó en una normalización de su autoexilio. No ha sido así. Sánchez, presidente de la República en prácticas, por aquí no lo quiere. En Zarzuela su presencia provoca rechazo. "Quizás más adelante". Una decisión endiablada. La sombra de otro monarca español, por más rechazable que haya sido la última etapa de su reinado, fallecido lejos de su tierra, como Isabel II o Alfonso XIII, pesa como una losa sobre la imagen sentimental y política de la Corona. Sería una noticia difícil de digerir por una gan parte de la sociedad, al decir de las encuestas. Don Juan Carlos, en efecto, fue el motor de la Transición, el impulsor de la restauración democrática y, junto a Adolfo Suárez, la figura política más valorada y admirada de este país de los últimos cuarenta años.
Las cosas se han hecho mal. Convendría que en la Casa Real, con el habilidoso Alfonsín al frente, encuentren una fórmula inteligente para escapar del extenuante laberinto. Un precipitado retorno puede activar efectos inconvenientes, episodios molestos. Seguir como hasta ahora conduce a un acto final emocionalmente doloroso y quizás insuperable. En suma, el Rey padre es ahora un detestado despojo que incomoda a los guardianes de la institución, salpica el envoltorio de la dinastía y, sin duda, complica y desgarra a su hijo más de lo razonable.
Kj26
Vara, el problema es otro. En España los asuntos de bragueta obligan a mirar para otra parte. Gobierno, Cortes y Senado, Tribunal Supremo, Constitucional, Comisiones diversas y todo el IBEX no pueden 'tirar la primera piedra', están todos igual o parecido. El problema es la inviolabilidad, que pidió Juan Carlos al dimitir y no se le concedió. El Rey venía siendo inviolable y como tal no sujeto a fiscalías o tribunales. Resultó que durante su reinado, dicen los malvados comunistas y republicanos, que recibió comisiones. Lo cual es estrictamente falso, al menos en el sentido con el que normalmente el telediario comunista lo trata. Entrando en el asunto. En España se juntan varias grandes compañias (algunas del IBEX) y hacen una oferta por un proyecto gigantesco en Arabia Saudita. El AVE a la Meca. El proyecto asciende a muchos billones, billones que pagan los árabes a las empresas españolas. Las comisiones normales serían las que van de las empresas españolas a los que deciden en Arabia Saudita. Es lo habitual. Cuando la España de Gonzalez (PSOE) compró unos aviones a USA, los que decidieron la compra pagaron la supuesta comisión a quien el ministro entonces (Sr Serra) indicó. Así funcionan las comisiones, no al revés. Si quiere le cuento como dice la sabiduría popular que cobraba las comisiones Pujol. Se imaginan a Serra pagando una comisión a los fabricantes de los aviones, o a personas de la administración americana? Eso es exactamente lo que llaman comisión los comunistas y Sanchez, supongo que porque les conviene: Quien encarga un proyecto de varios billones, además da unos cientos al Rey. Esto solo se entiende porque los jeques árabes querían evitar sorpresas en el proyecto (sorpresas que casi las hubo...), pensando que el Rey tendría más interes por el proyecto y usaría su influencia para evitar que el dinero se malograra. El Rey acepta y se lleva el dinero. Supongo que el precio sería aceptar llamadas de los jeques árabes quejandose y transmitiendo el malestar al conglomerado de empresas adjudicatarias. Hasta aqui no hay nada para rasgarse las vestiduras. Los jeques árabes tienen mucho dinero y se lo dan a quien quieren. El Rey adquiere algún compromiso, que no sabemos el alcance. Vigilar que no se tuerza? no se. El problema surge con la renuncia del Rey y la inviolabilidad que venía teniendo. Al negarsele la inviolabilidad queda expuesto al fisco. Pero esta exposición no está clara. De lo que se le acusa es de tener dinero, presumiblemente de los regalos de jeques extranjeros, y no declararlo a Hacienda. Sanchez manda a su bull-dog de la fiscalía a por Juan Carlos. La Corona se asusta, tiene mala defensa ante el acoso de quien controla el telediario. La solución menos traumática fué la que hoy tenemos. Por una parte Juan Carlos hace declaraciones complementarias por esos dineros en los años que no teniendo inviolabilidad el fisco le exije el impuesto. Pero eso mismo lo han hecho otros, por ejemplo Monedero y los telediarios lo llevan con discrección. Su residencia en ABu Dabi se debe a que si reside mas de 180 días fuera de España no tiene obligación de tributar. En definitiva, estamos ante una persecución por parte del gobierno comunista de la Corona. El estatus de Rey honorario tras la abdicación no fué debidamente negociado por la Corona y el gobierno (entonces Rajoy) lo que ha dado pié a todo el desaguisado. En comparación con este desastre tenemos el comportamiento del gobierno inglés e Isabel II. En el año 'horribilis' - Diana, incendios y la opinión publica en contra-. La Corona inglesa fué acusada de expoliadora, no pagar impuestos y pasó por su momento más bajo. Isabel II o quien le aconsejará, eligió a un compañero de pupitre (de su total confianza). Este negoció un acuerdo con el gobierno inglés. Se definieron que propiedades eran de la Corona y cuales del estado. Se acordó un plazo de diez años, al cabo de los cuales se renovarían los acuerdos. Se acordó el montante de la asignación anual a la casa real y la forma de tributar (qué tributa y qué no). Esto dió estabilidad y seguridad a la Corona. Exactamente lo contrario a lo que los gobiernos de España persiguen.
Naviero
No olvidemos que el auge y mayor esplendor de Juan Carlos coincide con el gobierno del PSOE con Felipe González como presidente. Casualidad?
pancho
Juan Carlos ya había renegado de quién le había hecho Rey, y hoy, obligado a renunciar al trono por sus tropelías, está intentando dañar al máximo a su hijo. Por eso Pablo Iglesias le aprecia mucho.
giledu
Cuanto más moleste al felón mentiroso, más se justifica su presencia en SU, recordemos, país. El Rey Felipe, que tantos puntos había conseguido con sus acciones, actitudes y aptitudes, ha caído en picado no ya por las diferentes firmas de cosas molestas a ojos de tantos españoles, porque la Corona no tenía otra opción, pero si por haber cedido a que Juan Carlos tenga que echar mano de amistades árabes.
Annett
Tras la demostrada corrupción económica y moral que ha acompañado a la “locomotora -más antigua- de la democracia” española y junto con la inestimable colaboración de los “servicios de inteligencia”, donde usted les halle que no sean cloacas garrulas del Estado funcionario in nomina nomine domini…, cabe considerar que la continuidad de la institución monárquica española por la gracia católica de Dios bien vale un exilio, un destierro. ¿Qué director de un banco, no siendo amo y propio, robando a la entidad coloca a su hijo de nuevo director? ¿Conocen ustedes tamañas ínfulas e influencias? Pero ah, exilio y destierro es una pena que alguien impone y hace cumplir por motivos generalmente políticos. La visita en jet privado a Sanxenxo en libre albedrío demuestra que no es ni un exilio ni es un destierro. Es otra cosa, propia de la España tradicionalmente inventora: el autogiro La Cierva, el alambre estirando la peseta, el cambiarlo todo para que no cambie nada...