El tiempo pasa y pesa sobre nuestras cabezas y le otorgamos cada vez más importancia en nuestras vidas. Vale oro. Y por eso no lo regalamos.
Nos empeñamos en decirnos que nos faltan horas al día, que no nos da la vida para todo y el tiempo es el gran culpable. No voy a engañarme: es tentador y reconfortante tener algo a lo que culpar, en lugar de preguntarnos a nosotros mismos si estamos haciendo algo mal.
Hace unos días un amigo me hizo llegar un proyecto particular en el que estaban trabajando varias personas, cuya única finalidad era hacer saber lo que había pasado con la DANA en Valencia y lo que estaba pasando en toda España después. Se empieza a enviar el vídeo por Whatsapp en distintos idiomas. Cada uno lo envía a quien cree que puede tener contactos o conocidos extranjeros, que pueden mover el vídeo entre sus amigos y compatriotas. El proyecto ya está finalizado y todo depende de la voluntad de los receptores, de que quieran saber y que otros sepan.
Cómo no, al enviar el vídeo, aparecen las respuestas de los expertos en comunicación, que sin pedirlo, porque tú solo les has pedido que lo envíen, si así lo consideran oportuno, a contactos que tengan fuera de España para que conozcan la verdad, te ofrecen su análisis pormenorizado de lo mal que está y de por qué no va a funcionar: básicamente, que es muy largo. Todo eso que te han dicho ya lo sabes. Como también sabes que esta gente ha dedicado su tiempo a tratar de hacer algo que cree justo, mientras que el que critica el trabajo de gente que no conoce no ha hecho nada. Claro, que si lo hiciera, lo haría mucho mejor, por supuesto, porque es experto en comunicación. Pero no lo ha hecho ni lo va a hacer, porque solo es experto en comunicación.
El tiempo es muy valioso, sí, precisamente porque no sabemos cuánto nos queda y deberíamos tratar de distribuirlo de la mejor manera posible. Vivimos con el constante: “a ver si quedamos un día de estos”
Llegados a ese punto te paras y piensas: ¿realmente importa que alguien no vea el vídeo porque considera que cinco minutos de su tiempo son muchos para saber la verdad de una tragedia y la desesperación de unos ciudadanos que solo le están pidiendo que no se deje engañar? Y la respuesta es no. Lo cierto es que no importa nada en absoluto que vea el vídeo o no alguien que no se entera, ni quiere, de lo que pasa más allá del rellano de la puerta de su casa.
Cinco minutos son demasiados en un mundo en el que ya nadie recuerda la última vez que fue al servicio y simplemente hizo sus necesidades en la soledad y el silencio de sus pensamientos. El tiempo es muy valioso, sí, precisamente porque no sabemos cuánto nos queda y deberíamos tratar de distribuirlo de la mejor manera posible. Vivimos con el constante: “a ver si quedamos un día de estos”. Que, aunque nos queramos engañar, suele significar: “no tengo muchas ganas”.
El tiempo todo lo rige. No escribas algo tan largo, que la gente no lee más allá de unos minutos y se cansa. No hagas vídeos más allá de los diez minutos en Youtube porque la gente no los ve enteros. No subas vídeos de más de un minuto en TikTok porque la gente salta rápido de un vídeo a otro y lo que quiere es inmediatez. No contactes con las fuentes para confirmar la noticia, porque hay que ser los primeros en darla.
No tenemos tiempo y, tanto nos obsesiona, que ahora los móviles incluyen obligatoriamente una sección llamada “Bienestar digital” que muestra el tiempo que has usado tu dispositivo y en qué
En este empeño por robarle tiempo al tiempo nos robamos a nosotros mismos la calidad. Calidad de lo que vemos, de lo que leemos, de lo que escuchamos e incluso la calidad de nuestras reuniones con amigos y familiares. No tenemos tiempo y, tanto nos obsesiona, que ahora los móviles incluyen obligatoriamente una sección llamada “Bienestar digital” que muestra el tiempo que has usado tu dispositivo y en qué. A no ser que lo hayas desactivado, entra y echa un vistazo. Sé honesto. Cuánto tiempo has pasado en Facebook, Instagram o en X, cuanto tiempo has pasado en Youtube o en TikTok, consumiendo contenidos totalmente irrelevantes que no cambian tu vida en nada.
Pero no tenemos tiempo. No tengo tiempo de quedar con ese amigo que no veo en meses. No tengo tiempo para ir a comer con mi madre, que está sola. No tengo tiempo para ver un vídeo de cinco minutos donde me cuentan la tragedia de cientos de personas que están desesperadas.
El día tiene 24 horas, con sus respectivos minutos. No me digas que no tienes tiempo. Tienes el mismo tiempo que tenemos todos. Es solo que no todos tenemos las mismas prioridades. Si de verdad tu tiempo vale oro, lo dedicarías a cosas y a personas valiosas. Si haces lo contrario, tu tiempo no vale nada.
La excusa más aceptada
Y aquí va mi guiño para los expertos en todo lo que hacen los demás: aunque no tenía que subir un vídeo de más de un minuto a TikTok, aunque sin una cuenta con seguidores y sin promocionarla en otras redes es imposible que nadie te vea, abrí una cuenta, subí únicamente un vídeo de casi 8 minutos, no interactué con absolutamente nadie y, en 24 horas, el vídeo logró más de 60.000 visualizaciones y miles de comentarios positivos.
Nunca fue el tiempo lo que nos impidió hacer cosas y hacerlas bien. El tiempo no es el valor perdido de nuestra época, simplemente es la excusa más aceptada.