Este miércoles se cumplen diez años de la proclamación de Felipe VI. Como nos ocurre con todas las fechas redondas, produce vértigo sentir a la vez la cercanía del recuerdo, que percibimos tan fresco como si hubiera ocurrido ayer, junto a la constatación insoslayable del paso del tiempo. Cuántas cosas han sucedido desde entonces que nos han cambiado a todos. Cuántos españoles que presenciaron la ceremonia por televisión ya no están entre nosotros y cuántos nuevos compatriotas han nacido ya con Felipe VI en el trono y van creciendo con su figura, cada vez más sólida, en el fondo de la pantalla de su biografía sentimental.
El Rey aporta permanencia y equilibrio en un mundo cada vez más incierto y sometido a tensiones, y su sola presencia, su imagen tranquila y mesurada al frente del país, nos transmite una certeza balsámica de la que no acabamos de ser del todo conscientes: la de saber que tenemos al frente de la Nación a un buen hombre que no depende de nadie. Imaginen por un momento que a estos días de ruido y furia, con un presidente del Gobierno fuera de sí con la esposa y el hermano imputados por corrupción, unos ministros que se dedican a insultar y a amenazar a periodistas incómodos en las redes sociales y antiguos terroristas no arrepentidos y golpistas amnistiados pasando su indigna factura al poder, se les añadieran la preocupación de tener que escoger al presidente de la República. Qué insoportables cambalaches, qué oscuras negociaciones, qué siniestras ententes no se darían para poner a la cabeza del estado a uno o a otro. Zapatero, Pablo Iglesias, Bono. O incluso algún insospechado nacionalista vasco o catalán. Vamos a poner a ésta, que es mujer y le debo un favor, o a ese, que sabe de más y hay que contentarle. Y con cada uno, la incomodidad de tener que presenciar su hambre obscena de palacios, cenas de gala y coches oficiales. Como si no tuviéramos ya bastante con la fauna que sufrimos.
Don Felipe asumió la Corona antes de lo previsto y en las peores condiciones posibles. Ha tenido que labrarse día a día, junto a la Reina Letizia, la reputación de ejemplaridad que pudiera borrar los tristes acontecimientos de los últimos años del reinado de su padre. No solo lo ha conseguido, sino que, en estos diez años, no ha cometido ni un solo error mínimamente importante. Lo hemos visto ganarse día a día su puesto, y además desempeñarse en su vida personal, que en su caso es inseparable de la profesional, con la misma exigencia moral.
El Rey es sobre todo un gran padre para sus dos hijas, y esa bonhomía nos lo acerca, a pesar de que su álbum de fotos familiar se llame Museo del Prado
Siendo como es un hombre de enorme prestancia física, icono de elegancia masculina internacional, como comprobamos con cierta hilaridad orgullosa cuando leemos la prensa extranjera, lo que destaca ahora más en él es su aura paternal. El Rey es sobre todo un gran padre para sus dos hijas, y esa bonhomía nos lo acerca, a pesar de que su álbum de fotos familiar se llame Museo del Prado. Sabe que su puesto requiere autocontrol y callarse frente a personas de menor entidad que él. Son muchas las visitas incómodas a Cataluña en las que se ha visto desairado por quienes debían recibirlo y en las que ha aceptado las faltas de educación con una sonrisa que esconde un gran acero interior. El acero interior que tuvo que sacar el 3 de octubre del 17 cuando él solo, con un discurso que pasará a la Historia, desactivó el golpe de Estado del 1 de octubre. Muchos se hicieron entonces monárquicos de este Rey sereno. En el peor momento, el mejor Rey. La garantía de la continuidad en este país nuestro tan amenazado por nosotros mismos.
Don Felipe ha pagado esa valentía con odios y desplantes. Tiene a los enemigos de la monarquía, la institución a la que ha dedicado su vida, dentro del Gobierno. Y acepta las consecuencias de cumplir con su deber con una determinación suave pero sin fisuras. Las trayectorias sin grandes caídas carecen de drama aparente, parecen fáciles. Nada más lejos de la realidad de este hombre bueno que ha decidido tener palabra. Hace diez años nos prometió ejemplaridad y eso es lo que nos ha dado. Por el camino se ha ido haciendo mayor con nosotros, una figura constante en un mar agitado. El chaval que llevaba la bandera en los juegos olímpicos de Barcelona tiene la barba llena de canas. Pero la sonrisa es la misma.
Vaya desde aquí nuestra felicitación por estos diez años de reinado y nuestro agradecimiento por haber sido el mejor rey posible en unas circunstancias muy adversas. Y un deseo muy personal, que Dios le guarde, a él y a su familia, muchos años más. Por su bien y por el nuestro.
chamberi
Normalmente suelo estar de acuerdo contigo Ignacia pero creo que esta catarata de almibar no nos hace ningún favor ni al Rey ni a los que lo apoyamos. Si Sanchez sigue con su plan, cierra medios, cambia jueces, silencia o incluso encarcela a la oposición... crees que la gente seguirá apoyando al Rey como hasta ahora? En algún momento el Rey tendrá que hacer algo, arriesgarse, o se le verá como inútil por la parte de los españoles que le apoyamos, y aunque injustamente, será el quien caiga porque es el único que puede caer. El rey es bueno, ejemplar, etc., pero... es astuto? Pues en la situación actual se necesita astucia. En una situación de caos el único que cumple con su deber, cuando los demás no lo hacen, acabará resultando prescindible. Creo que haríais mejor en enfocar por ahí el tema...
syloxozi
Si que somos conscientes, perfectamente. Precisamente ahí está lo mas preocupante. El pais entero está desquiciado, unos por unas cosas y otros por otras. Pero el rey está tranquilo y mesurado. Y las medidas que está imponiendo SáncHez no tienen vuelta atrás (y menos si algún día llega a gobernar Feijoy, que es cada vez mas dudoso). Se está atentando contra derechos básicos de los españoles y aquí nadie hace nada y el rey es el jefe del estado, con el deber de arbitrar y garantizar esos derechos. Y ahí está tan pancho y sonriente, demasiado tranquilo y demasiado mesurado, como si no fuera con él la cosa. Debería alguien recomendarle que leyera el famoso poema de Bertold Bretch.
vallecas
Que empalague de columna Sra. De Pano, tengo la sensación de haberme comido una docena de pastelitos de nata. La Constitución otorga mucho poder al Presidente/Gobierno y muy poco al Jefe del Estado (Rey). Todo lo que hace Sánchez es porque la Constitución, incauta y flexible se lo permite. La Constitución, al Rey le tiene las "manos atadas". Lo que usted describe que hace es por obligación y nada le gustaría más a criminal de Sánchez que el Rey bordeara siquiera la inconstitucionalidad. ¡¡Sánchez va a destruir la Constitución de un modo Constitucional¡¡ Hemos tenido la gran "suerte" que Sánchez, además de Dictador, es un ladrón y un criminal y aquí en donde entren en escena la Guardia Civil y los Jueces.
EDDDO
o sea que le das las gracias a Juan Carlos por traer a Tarradellas, salvarle la vida que tenía hipotecada en francos. Le das las gracias al padre de este por dar a Tarradellas las llaves del edificio del que huyo, dio un golpe de estado en el 36. Le das las gracias al padre de este por dar a Tarradellas unos cientos de millones de ptas, de entrada, para que fuera president en el exilio, el retormado, el que dijo "ya estoy aquí". Bravo abogada. Mañana tu y Miquelet Giménez os juntáis y hacéis un relato de lo malo que es Puigdemont, de profesión periodista como Mussolini
Juan Julio Alfaya
Desde que firmó la ley de amnistía, ya no me parece tan bueno. En la batalla política de nada le vale ser bueno si, al mismo tiempo, no es valiente. Y yo creo que no lo es.
ferwick
la imagen del rey ha quedado borrosa y perjudicada para muchos españoles tras su firma de la amnistía. La pregunta, para qué sirve un rey si no salvaguarda los principios fundamentales del estado, se la hacen muchos ciudadanos. Ahora toca campaña, tras sus diez años de matrimonio, para lavar su imagen...
arturo moreno
Prefiero mil veces que nos gobierne el Rey Felipe antes que Otegui, Xapote y toda esa cuadrilla que mata gente, y que son los amigos de esos 400 comunistas perroflautas que salieron el otro día manteando un muñeco en una bandera.
ArchieEnVozpopuli
Certero y lúcido, como siempre, su artículo, Ignacia: Acabo de leer en Vozpopuli la noticia de la concesión al JEME de una altísima condecoración el Ejército USA, ¡ignorada por toda la prensa oficial y gran parte del resto! Como ex-legionario me siento orgulloso de que este Rey prudente y formado sea el Jefe del Ejército -¡y del Estado- Español, cuyo mando operativo principal es condecorado por el Ejército más poderoso del mundo y siento en lo más hondo del alma que estas glorias y reconocimientos no se difundan a nivel nacional porque estamos a otra cosa... Asssco de política y de políticos.