Opinión

¿Inflación o subida de precios?

Las principales economías desarrolladas están registrando subidas interanuales de sus índices de precios de consumo de intensidad más o menos proporcional a su velocidad de salida de la crisis. ¿Estamos

  • La vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz.

Las principales economías desarrolladas están registrando subidas interanuales de sus índices de precios de consumo de intensidad más o menos proporcional a su velocidad de salida de la crisis. ¿Estamos ante una subida de precios de mayor o menor intensidad pero pasajera o en el inicio de un proceso inflacionista que antes o después exigirá un endurecimiento de la política monetaria?

La inflación o el aumento de la misma siempre pasa por una subida de precios pero la subida de precios no siempre desemboca en inflación o en un aumento de la misma. La inflación se define por un aumento proporcionalmente creciente y sostenido del nivel general de precios de consumo. La definición nos refiere a todo el universo de los precios de bienes y servicios de consumo, representados en el IPC, no a un subconjunto de dichos precios. Incluso cuando la inflación es baja suele haber subidas desorbitadas de algunos precios que se compensan con las bajadas o la constancia de otros. En el caso actual, empero, se están registrando subidas acusadas de muchos precios de bienes y servicios de consumo, subidas que sin duda se irán intensificando en los próximos meses, sin que sean compensadas por movimientos de suficiente entidad de otros precios de manera que se ha acelerado significativamente el ritmo de avance del nivel general de precios de consumo. Según la definición citada, para que este aumento del ritmo de crecimiento interanual del IPC, por intenso que sea, cristalice en (mayor) inflación es menester que estos aumentos proporcionales sean sostenidos, esto es, que en los ejercicios venideros sean de intensidad como mínimo similar.

Salto intenso del nivel

Resumiendo, la “inflación anual” se ha disparado en algunos países e indudablemente seguirá siendo elevada en los próximos meses. En otros países, más retrasados en el proceso de recuperación, seguirá muy probablemente una senda similar. Para pasar de la situación actual de inflación baja, quizá más baja de lo adecuado, a otra de inflación permanentemente alta es necesario algo más que ese salto intenso del nivel de precios en el transcurso de un año o año y medio. Es necesario que, a partir de ahí, el ritmo de variación anual del IPC continúe siendo sensiblemente mayor que el objetivo del 2% fijado por la mayoría de Bancos Centrales.

Es muy probable que los aumentos de producción que se vayan registrando en los próximos 12 o 18 meses lleguen a los mercados con niveles de precios y salarios significativamente superiores a los de 2020

 ¿Cuáles son los determinantes de la evolución de la inflación a corto plazo, digamos durante los dos años siguientes? Empecemos por lo fácil, la explicación del salto del nivel de precios de consumo, que ya sea pasajero o preludio de un proceso inflacionista se está registrando  en el transcurso de este año. La pandemia recortó abruptamente la producción de muchos bienes y servicios de consumo, y de los inputs necesarios para producirlos, mientras que la vacunación y los mejores tratamientos están estimulando vivamente la demanda. Estos factores avivarán también la producción pero la reacción de la oferta siempre es más lenta que la de la demanda por lo que se ocasionan subidas de precios de mayor o menor intensidad según las tensiones concretas en los los mercados correspondientes. Por otra parte, sobre todo en economías como la de Estados Unidos cuyo mercado de trabajo está eliminando rápidamente el paro involuntario, es muy probable que los aumentos de producción que se vayan registrando en los próximos 12 o 18 meses lleguen a los mercados con niveles de precios y salarios significativamente superiores a los de 2020. Dicho de otra manera, la subida de precios seguirá impulsando la inflación interanual el año próximo, si bien es probable que su registro sea inferior al máximo que se alcance en el presente año.

Posibilidades inciertas

 A partir de ahí todo dependerá de cómo se hayan movido las expectativas de inflación de los agentes económicos, de si siguen ancladas en torno al 2% o de si se han elevado notablemente por encima de dicha cifra. Desgraciadamente, sobre la evolución futura de las expectativas de inflación no hay mucho que se pueda decir. El vaticinio de los modelos al uso o bien extrapola el pasado o bien ofrece un abanico de posibilidades demasiado inciertas para elegir con confianza una u otra entre ellas. La probabilidad de que una subida de precios relativamente intensa se traduzca en un aumento de las expectativas y de la inflación permanente se verá influida por la magnitud de dicha subida. No es lo mismo que la inflación interanual alcance un máximo del 5% o uno del 8% en los próximos meses. Además de esto, sólo se puede añadir que dicha probabilidad variará según cuál sea la retórica y la reacción práctica de los Bancos Centrales ante una evolución no deseable del nivel general de los precios de consumo.

 Aunque la subida de precios no provoque finalmente un aumento significativo de la inflación, los países con mecanismos de indiciación a la inflación de salarios y del gasto público más potentes pueden sufrir pérdidas de competitividad frente a otros que no lo son tantos, así como una menor creación de empleo y mayor déficit público. Esta consideración es especialmente relevante para nuestro país, cuyos salarios privados y gasto público (a través de las pensiones y de los sueldos públicos) están mucho más indiciados a la inflación que los de los restantes países de la eurozona. Y lo estarán aún más si se restaura la ultraactividad de los convenios colectivos y se elimina la posibilidad de descuelgue de los convenios de empresa, como ha prometido hacer la ministra de Empleo, y se consolida la contrarreforma de pensiones realizada por el pacto de Toledo.

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