Que política y teatro son almas gemelas desde el principio de los tiempos es algo repetido por muchos, pero la obra en el PSOE está alcanzando tintes esperpénticos y los tres actores empiezan a resultar algo sobreactuados en sus mentiras y exageraciones.
Primera mentira. "Lo primero", así, sin matices, que harán Susana Díaz, Pedro Sánchez o Patxi López si ganan, será "llamar" a los otros -se supone que por teléfono- para ofrecerles integración... Cualquiera diría que una va a estar el domingo en Sevilla, el otro en Madrid y el tercero en Bilbao... No se crean nada. Todos seguirán el recuento de las primarias desde sus despachos en Ferraz, que el Comité Organizador del 39 Congreso les ha habilitado en la planta tercera, puerta con puerta... Sólo tienen que cruzarlas.
Segunda mentira. "El programa". Dicho con esa pompa, parecería que estamos ante unas elecciones generales en las que confrontar con Mariano Rajoy para ganarse el apoyo de los 47 millones de españoles. Sánchez y López lo presentaron antes y metieron tal presión a la candidata andaluza que ella no ha tenido más remedio que claudicar y presentar otro, a pesar de que había dicho que no lo haría porque el suyo es la ponencia del congreso. Resultado: Díaz prometió ayer que, si gana, los universitarios dispondrán de créditos hasta 24.000 euros a bajo interés... Pero los que votan el domingo son casi 188.000 militantes con una media de edad de 55 años (¡¡¡). Pocos universitarios hay ahí, intuyo.
Tercera mentira. "Respetaré el resultado" Aquí cabe eso tan manido de "¡Faltaría más!" pero es inevitable un añadido: tratándose del PSOE, creánselo lo justo y échense a temblar porque lo mismo dijo Joaquín Almunia en 1998 cuando José Borrell le ganó las primarias, o la difunta Carme Chacón (2012) cuando vio cómo la ganaba Alfredo Pérez Rubalcaba... Y pasó lo que pasó.
