Tiene que haber una explicación a la afición de los políticos por los títulos obtenidos sin asistir a clase, a distancia, en universidades presenciales, cuando existe la UNED.
A la política hay que llegar ya “estudiados”, y con alguna experiencia laboral o empresarial.
Son innumerables los altos cargos de gobierno y de representación en procesos de formación universitaria, pero es una contradicción llegar a un cargo de responsabilidad política y a la vez ser estudiante de Derecho o Económicas.
En España se está produciendo el absurdo de que el político toma decisiones que deben aplicar altos funcionarios, muy bien formados y con experiencia, que están a lo que ordenen los “estudiantes”.