“Kale Borroka" son las concentraciones de mujeres que reclaman que se vele por sus derechos como personas y que no se anule ni una coma de la actual ley contra la violencia de género. Aquellas que defienden seguir vivas y no permitir que se dilapiden libertades ya conseguidas. Esa es la actual marea de mujeres que en los últimos días han salido a la calle, por ejemplo las concentradas esta semana en San Telmo. En cuanto oí el término enseguida pensé que algo estaba pasando en el País Vasco, pero para mi sorpresa no, para mi sorpresa es el término que ha acuñado el portavoz del grupo parlamentario de Vox, Francisco Serrano, para referirse a la masiva concentración de mujeres a las puertas del Parlamento andaluz coincidiendo con el debate de investidura del líder popular Juanma Moreno como presidente de la Junta. Si algo debiéramos pedir a nuestros recién llegados representantes públicos es rigor y respeto. Rigor a los hechos, a la manera de explicar y valorar lo que suceda en la calle, a la hora de transmitir o trasladar datos a los ciudadanos -curiosamente Vox no da una en las cifras sobre violencia que ofrece- y respeto a las mujeres, porque llamar Kale Borroka a una concentración de mujeres o bien es porque realmente Serrano desconoce lo que es la Kale Borroka, cosa, créanme, que dudo sobremanera, o bien es una absoluta falta de respeto y consideración a los manifestantes, a las mujeres manifestantes.
¿’Kale Borroka’? En ningún momento vi contenedores quemados en Andalucía, o destrozos en el mobiliario urbano, ni encapuchados, ni barricadas
"No se puede permitir que haya una kale borroka en la puerta del Parlamento", fueron algunas de sus primeras palabras como portavoz parlamentario. Nos pueden gustar más o menos las diferentes manifestaciones que se produzcan en nuestro país, sean de mujeres, jubilados o independentistas, pero lo que no se puede hacer es incendiar el patio cada vez que se pronuncia un discurso, y de esto ya ha demostrado que sabe mucho Vox. En ningún momento vi contenedores quemados en Andalucía, o destrozos en el mobiliario urbano, ni encapuchados, ni barricadas, ni agresiones a las autoridades, vamos que lo que se define por Kale -calle- Borroka -lucha, pelea- no lo vi. El diccionario se refiere a Kale Borroka como actos de violencia callejera que se producen en el País Vasco, Navarra y el País Vasco francés por militantes o simpatizantes del entorno de la izquierda abertzale. En ocasiones también se denomina terrorismo de baja intensidad.
No me parece que se pueda calificar ni de Kale Borroka ni de terrorismo de baja intensidad que salgan mujeres a la calle a reivindicar una sociedad que las respete y que escuche sus reivindicaciones. Eso es la democracia. Pero a juzgar por lo que desde hace un par de meses vengo oyendo -en campaña y desde el 2 de diciembre- más les gustaría a muchos hombres que todas las que salen a la calle estuvieran calladitas en casa haciendo sus tareas del hogar. Sobre todo calladitas. Pero eso, señores, se acabó. Aunque como mujeres ostentemos los mismos cargos laborales que los hombres y cobremos menos -sí, sí, esto sigue pasando en España-, tenemos voz y voto, mal que les pese. Ahora ya podemos sacar dinero del banco sin tener que requerir un permiso de nuestro esposo, ahora sí que podemos vivir solas...aunque lo de volver a casa solas suponga, en ocasiones, un peligro.
Queda mucho por hacer, y las cifras desgraciadamente no engañan. Hoy, en los 17 primeros días de este año, ya son siete las mujeres asesinadas a manos de sus parejas. Me gustaría saber qué opinan y piensan sobre la situación actual de la mujer las cuatro mujeres recién llegadas al parlamento andaluz por Vox. Me gustaría tomar un café con María, Luz, Ana y Ángela y charlar de la vida, de nuestras abuelas, de nuestras madres, de su lucha, de nuestra lucha actual, de cómo mejoramos una sociedad que sigue siendo injusta con nosotras -y también con ellos, pero ahora hablo de nosotras-, y que lo seguirá siendo con nuestras hijas si damos pasos atrás. Avancemos. Es lo mejor para todos, la kale borroka ya quedó atrás señores de Vox, no despierten la España de los horrores y los errores.