Leí en Vozpópuli una crónica sobre el revuelo que se ha armado por una portada de Mussolini como hombre del año en un periódico italiano de derechas. Era un mensaje satírico. Parece que en Italia están como aquí. Desenterrando a muertos. “Han pasado ochenta años de la caída del fascismo, pero la izquierda italiana sigue obsesionada con él”, explicaba el director, Mario Sechi. "Los intelectuales ven por todos lados señales del fascio”, añadía.
Desde luego, no voy yo a defender al dictador fascista. Aunque he de confesar que, cuando estuve en Roma, me sorprendió descubrir que la Estación Termini fuera obra del régimen. Y la Vía de los Foros Imperiales, que une el Coliseo con el resto de la ciudad, también fue obra del fascismo. No quiero ni pensar, en este caso, el destrozo que debía causar en una zona con un pasado semejante.
Sin embargo, cuando llegó al poder, el fascismo se vio como una alternativa a la crisis de las democracias occidentales tras el crack del 29. Como el comunismo, pero en el otro extremo ideológico. Incluso en sus orígenes, Benito Mussolini fue socialista. Ahora tiende a olvidarse, pero la mayor parte de países europeos sucumbieron a tentaciones autoritarias, dictatoriales o totalitarias. No solo había la España de Franco, la Italia de Mussolini o la Alemania de Hitler.
Excepto Gran Bretaña, Francia -sin olvidar el 6 de febrero de 1934-, los países escandinavos, Checoslovaquia -posteriormente abandonada a su suerte- y Suiza. El resto cayó en dictaduras: Polonia (1926), Yugoslavia (1929), Hungría (1931) Austria (1933) -luego engullida por Alemania- Grecia (1936), Bulgaria (1936), Albania (1937), Rumanía (1938). También los países bálticos: Lituania (1932), Letonia (1934) y Estonia (1934). El considerado padre de la patria polaca, el general Pilsudski, artífice de la independencia frente a la URSS, fue igualmente un dictador entre 1926 y 1935.
La costumbre del 'doble sombrero'
Mussolini, tras llegar al poder, le explicaba a un periodista del New York Times -en una crónica publicada el 1 de noviembre del 1922- que a las ocho de la mañana ya estaba trabajando en su despacho. El dictador le argumentaba que “Italia tiene que darse cuenta de que solo el trabajo duro puede salvarnos de la ruina financiera y económica” (1)
Entre el funcionariado italiano había una costumbre muy extendida: la del “doble sombrero”. Entonces la gente todavía iba con esta prenda de vestir en la cabeza. “Cada funcionario -explicaba- posee dos sombreros, uno de los cuales está permanentemente en una percha de su despacho”. Así, si alguno se escaqueaba “por dos o tres horas” y un superior preguntaba por su paradero, siempre se le podía decir que estaba en el edificio porque el sombrero en el colgador. El viejo truco.
The New York Times: “Complete World War II” (2013)
Talleyrand
09/01/2025 09:24
Que curioso! Como en la España de Sanchez. Deben tener ambos países el mismo guionista de la OSF… No nos olvidemos que el fascismo fue la evolución del socialismo en Italia en el poder desde el 22 y que en su momento era lo que ahora llamaríamos “modernidad” junto a las vanguardias rusas. Luego vino el imperialismo, mediterráneo y africano y la guerra. Que perdieron evidentemente.
JaimeRuiz
09/01/2025 10:38
Todos los movimientos fascistas han sido malinterpretados y calumniados por los comunistas, de modo que ya es difícil saber qué significa "fascista". El primer fascista fue el gran escritor Gabriele D'Anunzio, y al ascender al poder el fascismo reclutó a lo mejor de la intelectualidad italiana, como el creador del futurismo, Marinetti, o el reformador social Enrico Ferri. Al provenir del socialismo sabía dirigirse a ese público, pero adoptaba políticas contrarias, de modo que lo llamaban "Don Camaleone", y en su momento contó con el apoyo de personajes como Churchill o Roosevelt. El corporativismo es una trampa totalitaria, pero no llevó a la misma miseria que el comunismo, e Italia en la posguerra alcanzó a las demás potencias europeas. Su aspecto criminal en el caso italiano es relativo, al igual que el franquismo: ¿habría sido mejor que las masas de soldados licenciados y miserables fueran arrastradas a una revolución bolchevique, como se intentó en Alemania y Hungría? Después se dejó arrastrar por Hitler, cosa que Franco pudo evitar. Al final el fascismo no llega a ser tan criminal como el comunismo, y que alguien diga que en España había más opresión que en Rusia en los sesenta. La importancia de los líderes totalitarios es que un día encarnaron los sueños de la gente, llámense Mussolini, Lenin, Mao, Hitler... Ortega dice que uno dice quién es al escoger pareja, eso mismo se puede decir de los europeos, una vez amaron a esos caudillos. En Italia hacen lo mismo que en España, asociar al adversario político con el fascismo, por ajeno que sea a él. Para salir del siglo XX hay que centrarse en la libertad y la prosperidad, que el Estado respete a la gente, que la educación no sea propaganda, que el gasto sirva al contribuyente. Por perder el tiempo con el socialismo y el fascismo, Europa se quedó atrás.
Birmania
Se puede jugar al golf, pero jugar al golf en el club más elitista de Madrid no parece lo más propio para un miembro del partido llamado socialista y que últimamente parece integrado en la izquierda radical. Sobre todo cuando mientras él juega al golf en un club para millonarios, el país está a punto de explotar. Es la izquierdona hipócrita, la de toda la vida.
Robespierre
Así es, se conoce que para determinados sectores jugar al golf es peor que pegar a un padre si eres socialista. ¡Hasta aquí podríamos llegar!
Toohope
Sin escribirte una respuesta para que no me censuren el comentario, te doy la misma que tu amigo el ministro cromañon le ha dado al reportero, por gente como tú estamos así en este país.