Opinión

El sacrificio de las niñas por el voto multicultural

No se puede convivir con monstruos, ni quiero arriesgarme a ello ¿Quieren que lo hagan sus hijas?

  • El primer ministro británico Keir Starmer, en el ojo del huracán -

Hace un tiempo, los países donde se llevaban a cabo matanzas o se vulneraba gravemente los Derechos Humanos, especialmente de los niños, eran los del Tercer Mundo. En Occidente se percibía que tenían otra forma de entender la vida, donde se despreciaba su sacralidad como si no valiese nada ante un puñado de dinero o la posibilidad alcanzar el poder, o mantenerse en él, por los caciques de turno al frente de un gobierno corrupto y fallido. Desde que Europa se empeñó en importar Tercer Mundo no ha conseguido nada más que denigrarse y nuestras vidas han perdido valor ante los políticos actuales. Ahora donde la vida de los más vulnerables no vale nada en comparación a las nuevas castas multiculturales es en Europa. En la década de los años ´70 comenzó la primera oleada de inmigrantes musulmanes —turcos en Alemania o pakistaníes en Reino Unido. En este último caso empezaron a aumentar las agresiones sexuales contra mujeres y niñas en localidades postindustriales donde se habían asentado y creado comunidades que mantienen intactos los códigos de familia y practican una cruel misoginia y donde hoy día se hace campaña electoral en árabe y no en inglés.

Durante la última década han sido publicados diversos informes e informaciones sobre redes de depredadores sexuales de menores en Reino Unido, todos ellos musulmanes con origen en Pakistán o Bangladesh. Drogaban, emborrachaban, torturaban y amenazaban a niñas de unos diez años, de entornos vulnerables, sin padre, y las violaban en grupo de forma sucesiva durante días, durante años, por tandas innumerables hombres hasta que eran descartadas al cumplir la mayoría de edad. Algunas no sobrevivieron y fueron asesinadas y descuartizadas. Ahorraré al lector muchos datos. Siempre en localidades de clase obrera, como Rotherham, y contra niñas inglesas en su mayoría, aunque también hubo víctimas sij.

No se han desmantelado estas redes multicapilares de la monstruosidad gracias a que todos los escalones del sistema, del Estado y de la democracia en Reino Unido, han fallado y colaborado en el crimen

El caso no se descubre ahora, pero debido a que Elon Musk se ha hecho eco de él en su red social X, ha sido la primera vez que se ha tomado en serio hasta poner en la cuerda floja al primer ministro. Esto es lo más importante para los líderes de la democracia liberal en Europa como Macron, Scholz o Stamer, que un extranjero como Elon Musk sea una «injerencia en asuntos internos». Así han calificado al impune abuso sexual masivo de niñas durante décadas. La injerencia en nuestra vida interna la han cometido ellos fomentando la invasión migratoria.

Pero es una cuestión vital y de supervivencia que vayamos a lo importante, que no es Elon Musk, sino el arma letal que supone para los ciudadanos europeos la multiculturalidad en una democracia.

Componente étnico

El caso de los abusos a menores en Reino Unido ha sucedido durante décadas sin que haya indicios de que haya cesado. No se han desmantelado estas redes multicapilares de la monstruosidad gracias a que todos los escalones del sistema, del Estado y de la democracia en Reino Unido, han fallado y colaborado en el crimen. Desde policías locales corruptos que por dinero ignoraban denuncias de niñas o las enviaban a sus agresores, hasta servicios sociales que eran pieza fundamental para callarlo. El líder de una banda de violadores en Oldham, Shabir Ahmed, trabajaba para el ayuntamiento como funcionario de derechos de asistencia social y dirigía su red de depredadores desde la oficina de asistencia social. Las ONGs y los medios también callaron a las víctimas y sus familiares con acusaciones de xenofobia y racismo. Sin duda el crimen tiene un componente étnico innegable. Miles de niñas inglesas blancas rubitas fueron atacadas por pakistaníes. Estamos ante otro crimen racista contra mujeres y niñas europeas que no merece la defensa del establishment político mediático feminista.

Es importante señalar en este punto que no ha sido sólo la cobardía lo que ha motivado la inacción miserable y cómplice de los fiscales y los políticos, sino su propia ambición personal de poder en la fallida y hedionda democracia multicultural. La mayoría siempre ha defendido guardar silencio ante estos casos por “mantener la convivencia y las relaciones comunitarias”. No se puede convivir con monstruos, ni quiero arriesgarme a ello ¿Quieren que lo hagan sus hijas?

Si metes en un sistema de voto democrático una masa de población foránea, ésta mantiene su identidad originaria con los derechos del nuevo pasaporte. Crea una comunidad de voto, luego un lobby para influir en la política, hasta que presenta sus candidatos musulmanes y su propio partido hasta destruir una democracia sin barreras de defensa moral

Han sacrificado a miles de niñas europeas vulnerables en el altar de la multiculturalidad por un puñado de votos que les mantenga en el poder o les ayude a llegar gracias al apoyo de estas comunidades que tienen códigos amorales incompatibles. El primer ministro Kier Starmer, al llegar al cargo, declaró como su único objetivo acabar con la “islamofobia” tras haber ignorado algunos casos de abusos sexuales de menores siendo fiscal de la Corona.

Este masivo y aberrante caso ha dejado al descubierto que la democracia liberal es un arma de autodestrucción cuando se permite la multiculturalidad y se desprecian virtudes como la verdad y el patriotismo en la sociedad. Si metes en un sistema de voto democrático una masa de población foránea, estos mantienen su identidad originaria con los derechos del nuevo pasaporte. Crean una comunidad de voto, luego un lobby para influir en la política, hasta que presentan sus candidatos musulmanes y su propio partido hasta destruir una democracia sin barreras de defensa moral. Sin patriotismo y defensa de la nación como objetivo esencial no es viable la democracia.

En España no sucede algo distinto. Recuerden el caso de menores tuteladas en Baleares o en Valencia. Por otro lado, la población marroquí es voto PSOE. Hoy. Mañana votarán al partido islámico que formen. Mientras tanto sólo cabe negarse a averiguar a cuantas mujeres, a cuantas víctimas de la multiculturalidad están dispuestos a sacrificarnos por conseguir votos que mantengan en el poder a nuestros políticos pro inmigración. Los corruptos más peligrosos.

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