Ni ley de pandemias, ni pasaporte covid ni siquiera alguna de las medidas que sus propios expertos le recomendaban en la Ponencia de Alertas en coordinación con el CAES del hoy desaparecido Fernando Simón. Nada. A cambio, Pedro Sánchez anunciaba pomposamente la obligatoriedad de la mascarilla en exteriores… justo una medida que todos los expertos califican de “perfectamente inútil” salvo en aglomeraciones.
La matización posterior en la rueda de prensa para intentar apagar el incendio que el propio presidente había montado no hizo más que aumentar la sensación de que no hay nadie al mando y que, como siempre, habrá que esperar al BOE para ver realmente lo que ha anunciado.
A Sánchez, sus expertos le proponían –para intentar frenar la ola de contagios de la variante ómicron, que ha desbocado la incidencia en toda España y ha llevado la psicosis a los hogares de los españoles en vísperas de la Navidad- el cierre del interior de la hostelería o del ocio nocturno con nivel de alerta 4 (que ya supera casi todo el país). También se recomendaba limitar las reuniones familiares (aunque en la última versión no se especificaba un número concreto) y los aforos de celebraciones como la cabalgata de Reyes, que con alerta 4 no podría ni tener lugar.
Pero Pedro Sánchez ha preferido guardar una vez más la propuesta en el cajón y, a cambio, y con el respaldo político de siete CCAA de todo signo -Andalucía, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Galicia, Navarra, Castilla y León y el País Vasco- tomar una medida que ha generado una crítica unánime difícilmente de ver.
Los socios de Sánchez
Sus propios socios –desde el inefable Gabriel Rufián a la médica Mónica Gracía, líder de Más Madrid- se han lanzado criticarle. “Solo hay una cosa peor que no tomar decisiones: tomar decisiones inútiles”, sentenciaba García en sus redes sociales. Las tendencias en esas misma redes –que se llenaban de encuestas urgentes que mostraban el rechazo total a la medida- volvía a entroniza las etiquetas contra el presidente del Gobierno.
Sánchez, que se ha puesto de perfil en esta sexta ola, ha cometido uno de sus peores errores. La crítica, a izquierda y derecha, pero, sobre todo, en la calle no era tan unánime desde algunas medidas que tomó en el hoy inconstitucional estado de Alarma, como la de no dejar salir los niños a la calle a jugar pero sí ir al supermercado. Hoy, repite el ditirambo: debes ponerte la mascarilla para ir al bar a poder quitártela. Debes ir con tapabocas solo por la calle pero puedes meterte en el autobús con ella aunque hayas sido contacto estrecho...
El patinazo es tal que en el entorno de Moncloa se llegó a especulara en la tarde de este miércoles incluso con una urgente rectificación que evitara que la medida llegara al Consejo de Ministros extraordinario de este jueves. Una decisión que sería, al fin y al cabo, un clavo más en el ataúd de la gestión sanchista de una sexta ola en la que la ciudadanía ha dado mucha más muestra de responsabilidad que los políticos. La rectificación -o algo similar- fue de viva voz en la rueda de prensa. Todo quedó aún más confuso y aumentó el desasosiego en el que nos movemos.
Porque, señor Sánchez, los españoles no se fían nada de cómo ha gestionado esta maldita pandemia de la que íbamos a salir más fuertes: no salimos más fuertes, es que no salimos aún. Porque se ha dejado todo en manos de los jueces y ha habido 17 planes para combatir esta ola que, en una CCAA se permitía y en otra no. Porque no ha cumplido su promesa de una ley de Pandemias que habría evitado este caos. Porque los padres han tenido que optar por dejar de llevar a los niños al colegio ante la inacción de las autoridades central y autonómicas…
Los padres han tenido que optar por dejar de llevar a los niños al colegio ante la inacción de las autoridades central y autonómicas
Porque, señores y señoras presidentes autonómicos, la atención primaria está saturada, la plantilla sanitaria mermada y cansada y los refuerzos que se contrataron han sido despedidos o reenganchados a última hora…
Porque esta ola ha pillado justo en las fechas de Navidad y en las mesas iban a haber muchas sillas vacías, más de 78.000 desde marzo de 2020, y había ilusión por volver a juntarse y a muchos se les ha ido la ilusión al carajo. Porque creíamos que en 21 meses de pandemia nuestros políticos, con Sánchez a la cabeza, habían aprendido algo y hemos visto que no, que si no nos salvamos nosotros, no nos salva nadie.
Esta ola ha pillado justo en Navidad y en las mesas iban a haber muchas sillas vacías, más de 78.000 desde marzo de 2020, y había ilusión por volver a juntarse... y a muchos se les ha ido esa ilusión al carajo
Señor presidente Pedro Sánchez: ¿mascarilla en exteriores? Los españoles estamos hoy mucho menos tranquilos que ayer. A la mayoría, ni nos ha tocado la Lotería y muchos tampoco tienen salud.