Lo peor de ignorar la realidad para instalarse en eso que los politólogos llaman pomposamente el relato es que, tarde o temprano, la primera se acaba imponiendo al segundo. Algo de eso le está ocurriendo a este Gobierno de coalición progresista empeñado en desviar la atención con el falso debate sobre si los europeos debemos rebautizar el "rearme", es decir, la friolera de 800.000 millones de euros que nos vamos a gastar los 27 pañises de la unión en aviones caza, misiles, drones, tanques y barcos, rebajarlo, digo, a algo así como un "plan seguridad" para alivio de los oídos y almas frágiles.
Casualidad, o no, estábamos en la víspera de la comparecencia de Pedro Sánchez, ante el Congreso en la que iba a explicar este miércoles que la amenaza de Vladimir Putin tampoco es para tanto, con palabras melifluas para no alarmarnos desde la tribuna de oradores hablando en exceso de adquirir armamento a precio de Jabugo -que bastante teníamos ya con sobrevivir al subidón de la vivienda, la energía y la cesta de la compra- y va la Comisión Europea y lanza una alerta: "Debemos prepararnos para incidentes a gran escala, incluida una agresión armada a uno o más Estados" (sic). ¡Toma ya!
Andaba nuestro presidente del Gobierno preparándose en las horas previas una intervenciòn de esas suyas, balsámica, de las que insinúan más que dicen, para no despertar al respetable de su tradicional siesta en materia de política internacional, e irrumpe Úrsula Von der Leyen a aguarle la fiesta pidiéndonos a todos los hogares europeos almacenar "reservas agua, medicamentos, baterías y alimentos para subsistir 72 horas sin ayuda externa en caso de crisis"; otro potencial frente de guerra en el continente, ojo, provocada por el mismo Putin al que hemos seguido comprando miles de toneladas de petróleo y gas, es decir, financiándole, por la puerta trasera la guerra de Ucrania en la que combatíamos prietas las filas con Volodimir Zelenski... contra los rusos.. Todo un sindiós.
Ya puede Sánchez este miércoles obviar la amenaza nuclear de los misiles rusos, pintarnos un futuro de crecimiento económico y color de rosa, hablarnos de "ciberseguridad" como principal amenaza, resaltar lo que va a suponer la inversiòn en defensa para nuestro desarrollo en I+D+i... que la música de fondo que llega de Bruselas está más próxima al famoso ¿Qué harías tú ante un ataque preventivo de la URSS? que cantaban 'Polanski y el ardor', que al paísaje que nos quiere dibujar este gobierno tan rehén del ¡OTAN no, bases fuera! de aquellos años.
Se ve que la presidenta de la Comisión Europea, o no escucha mucho a su otrora aliado estratégico Pedro Sánchez o se pasa por el arco de triunfo eso de que "la defensa en el este de Europa nada tiene que ver con los desafíos de seguridad que tenemos en España. No vamos a tener un ataque físico de Rusia como puedan tener los países del norte o los Bálticos" (sic) porque su manual para resistir las primeras 72 horas sin salir de casa o del refugio nos devuelve a la memoria escena que creíamos olvidadas.
Y no le falta razón a la política alemana hoy al frente de la UE. Crucemos los dedos con lo dicho por nuestro profeta porque la realidad es que a Putin no le hace falta cruzar físicamente los Pirineos, invadirnos que diría el presidente del Gobierno; no, a Putin le basta con lanzar un misil atómico intercontinental para hacer desaparecer Madrid, Barcelona, Sevilla, Zaragoza o Valencia, a elegir sobre un tablero a 4.000 kilómetros de distancia en los Urales; de hecho, desde el inicio de la guerra ucraniana, en febrero de 2022, ha amenazado varías veces a los europeos con traer el apocalipsis a nuestras calles si no dejábamos de rearmar a Zelenski.
No puede Sánchez este miércoles obviar la amenaza nuclear rusa, pintarnos un futuro próximo de "crecimiento económico" y color de rosa para nuestra industria de Defensa, hablar de "ciberseguridad" como principal amenaza, resaltar lo que va a suponer la inversión para nuestro desarrollo en I+D+i, cierto... porque la música de fondo que nos llega desde la megafonía de Bruselas es muy otra, más próxima a las marchas militares y a aquel ochentero y pegadizo ¿Qué harías tú en un ataque preventivo de la URSS? de los Polanski y el ardor que al mundo idílico en el que nos quiere mantener, y quiere mantener al PSOE, esa otra izquierda congelada en el antediluviano ¡OTAN no, bases fuera!
Un eslogan que resoondía a un tiempo de miedo existencial como éste, en que los periòdicos de papel abrían, día sí día también, con informaciones sobre el número de ojivas nucleares que tenían rusos y estadounidenses; un tiempo en el que se hacían programas especulando cuántas harían falta para eliminar todo rastro de vida sobre la tierra, el temido escenario de la Destrucción Mutua Asegurada -MAD, en su sigla en inglés-. Comprendo el desconcierto después de ver cómo estadounidenses y rusos se dan la mano cuarenta años después y parece que sólo queda la Galia europea para hacer frente a la barbarie putiniana, pero es la realidad que nos ha tocado vivir.
Conviene que no nos hagamos trampas al solitario, y menos que nadie, el presidente del Gobierno: El Plan Re-Arm va de lo que va, de poner mucho dinero encima de la mesa y España más que ningún otro Estado de los 27 en proporción -80.000 millones más en cuatro años- porque llevamos décadas siendo los gorrones en el club atlántico con ese escuálido 1,28% del PIB anual... ¡Pero sí hasta la intervenida Grecia nos sacó los colores en la última reunión de ministros de Economía exigiendo que no nos beneficiemos de transferencias si antes no nos rascamos el bolsillo!
Dan ganas de repetir aquel tan divertido "yo ya no sé si soy de los nuestros", que soltaba en privado a quien le quería oír el ministro Pío Cabanillas en plena descompisición de aquel artefacto político de la Transición que fue la Unión de Centro Democrático (UCD). Pero las cosas son como son y no como nos gustaría que fueran. Quién nos iba a decir que Donald Trump iba a pegar tal patada al tablero geoestratégico que nos iba a poner a los europeos mirando para Moscú, nunca mejor dicho.
Llegados a este punto de la historia, conviene que no nos hagamos trampas al solitario, y menos que nadie, el presidente del Gobierno: esta historia del Plan Re-Arm va de lo que va, de poner mucho dinero encima de la mesa y España más que ningún otro Estado de los 27 en proporción -hasta 80.000 millones más en cuatro años- porque llevamos décadas siendo los gorrones en el club atlántico con ese escuálido 1,28% del PIB anual... ¡Pero sí hasta la intervenida Grecia nos sacó los colores en la última reunión de ministros de Economía (Ecofin) exigiendo que España no se beneficie de transferencias a fondo perdido si antes no nos rascamos el bolsillo.
Si, lo han adivinado, en Bruselas y en el resto de capitales comunitarias nos han cogido la matrícula, así que a Pedro Sánchez solo le queda responder, en nombre de todos los españoles, a la pregunta ¿Qué harías tú en un ataque preventivo de la URSS? ... Y eso, me temo, ya solo tiene una respuesta: pase lo que pase al final de este tiempo de incertidumbre mundial, coger el toro por los cuernos, repetirse aquel "me cueste lo que me cueste" de José Luis Rodríguez Zapatero en vísperas de la crisis más dura que vivió España en el último medio siglo -le costó la Presidencia-.
De nada le valdrá a Pedro Sánchez, aunque esté tentado a ello, comparecer esta mañana de miércoles ante el Congreso a seguir refugiándose en esa supuesta mayoría parlamentaria que, ya antes de Plan Re-Arm, venía dando señales claras de agotamiento; empeñar su futuro a la ficción de que sigue disponiendo a su antojo del bloque de investidura que obtuvo en septiembre de 2023, para continuar con una legislatura en la cual todavía no ha sido capaz de aprobar un solo presupuesto
El inquilino de La Moncloa debe comportarse en esta hora crucial de Europa como el líder que demanda siempre una situación de crisis. Gastar más, sí, pero, aún más importante, gastar mejor en Defensa, previo pacto con el otro gran partido llamado a gobernar, el PP; sin recortes sociales, también, pero, sobre todo, sin esconderse tras un relato falsario de La Paz por encima de todas las cosas que puede acabar llevándoles a él y al PSOE a un callejón sin salida.
De nada le valdrá a Pedro Sánchez, aunque esté tentado a ello, comparecer esta mañana de miércoles ante el Congreso a seguir refugiándose en esa supuesta mayoría parlamentaria que, ya antes de Plan Re-Arm, venía dando señales claras de agotamiento; empeñar su futuro a la ficción de que sigue disponiendo a su antojo del bloque de investidura que obtuvo en septiembre de 2023, para continuar con una legislatura en la cual todavía no ha sido capaz de aprobar un solo presupuesto.
Y si no quiere eso, si no es capaz de atreverse a dar el paso de reconocer su debilidad, lo más democrático, lo que indica la lógica constitucional de un régImen parlamentario en el cual el Congreso es el centro de la vida política, es presentar acto seguido una moción de confianza o, directamente, convocar a los españoles a las urnas y no esperar a 2027. Lo acaba de hacer el ex canciller socialdemócrata Olaf Schölz y no se ha acabado el mundo ni Alemania es hoy más inestable con el gobierno presidido por su sucesor, el conservador Franz Merz... Atentos a la pantalla
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fede_merino
26/03/2025 09:57
La probabilidad de un ataque preventivo ruso es directamente proporcional al grado de estupidez de los oligarcas de la UE. Ese es el aspecto verdaderamente preocupante de la cuestión. Es por ello y por otras muchas cosas por lo que como ciudadano considero que mi principal enemigo no es Rusia sino la Unión Europea y el actual Gobierno de España, y en particular dentro de ella, los que siempre han sido nuestros enemigos históricos: Francia e Inglaterra. No obstante, por razones obvias, el rearme defensivo español debe estar orientado a protegernos de ese otro enemigo que aunque nos está invadiendo "silenciosamente", a la menor oportunidad/debilidad no dudaría en atacar nuestro territorio en Ceuta, Melilla o Canarias.
Acontracorriente
26/03/2025 12:12
Panda de belicistas