De la funesta pero ejemplificante investidura de Sánchez hemos podido sacar algunas conclusiones, lo que siempre es bueno. Podríamos citar muchas pero hay una que me parece reveladora. Acudiendo al refranero, siempre tan contradictorio y sabio, Sánchez es entre las gallinas, gallo, y entre los gallos, gallina. Hablando en plata, Sánchez es un cobardica y, por seguir con las volátiles, es cobarde, sardina, capitán de la gallina.
Decimos esto porque toda la chulería, el menosprecio, el matonismo de billares y la estomagante dosis de narcisismo del andoba que empleó con PP y VOX se esfumaron por arte de magia cuando les tocó intervenir a los voceros de Junts, Esquerra y Bildu. Trocóse el gallito en mansa y dócil gallina frente a la perpetuamente hiperventilada Miriam Nogueras, portavoz de Puigdemont en la tierra; arrugóse el machito alfa cuando Rufián le indicó que mirase al hemiciclo para comprobar que, si no se apoya en ellos, cae del pedestal: inclinó la cerviz ante la portavoz de los bilduetarras, aunque en este caso no podemos reprocharle sentir escalofríos al oír hablar a dicha persona.
Tenemos, pues, a un miedica instalado en la presidencia del gobierno y su miedo nos ha llevado a este punto de inflexión en la que hasta ahora había sido un democracia parlamentaria fundamentada en un estado de derecho. No le importa que esos tres socios representen una ínfima parte del conjunto de los españoles, mientras que PP y VOX tienen detrás suyo a millones de ciudadanos. El discurso frente populista le obliga a decir que él está ahí para plantar cara a la derecha, a la extrema derecha, al franquismo, al fascismo y, si a mano viene, a la ley de Boyle Mariotte que, como muchos saben, relaciona el volumen y la presión de una cantidad de gas sometida a temperatura constante.
Ese miedo a perder su puesto hace que muchos españoles que no necesitamos a delincuentes fugados, golpistas fracasados o hooligans del nueve milímetros sintamos miedo
Poco podían imaginar el irlandés, Robert Boyle, y Mariotte, francés el hombre, que siglos más tarde a Sánchez le vendría de perlas para controlar la presión del gas separatista y bilduetarra manteniendo la temperatura retórica anti derechista a la misma temperatura en toda circunstancia. Ahora bien, ese miedo a perder su puesto hace que muchos españoles que no necesitamos a delincuentes fugados, golpistas fracasados o hooligans del nueve milímetros sintamos miedo. Porque lo que puede representar esta legislatura que comienza puede ser terrorífico.
El grupo socialista batía palmas como si no hubiese un mañana porque les va en ello el sueldo y tienen miedo a perderlo
Si Sánchez sigue, y es de suponer que lo hará, manteniendo esa actitud de gallina bien podríamos encontrarnos con dos referéndums de autodeterminación, el catalán y el vasco, una amnistía para los presos etarras y quienes hayan colaborado con la banda terrorista, un cúmulo de procesos judiciales contra quienes discrepen, la ilegalización de VOX, una miseria económica como no se conocía desde la posguerra y unos medios que aclamen unánime y puercamente al líder. Si no lo creen, repasen las imágenes y verán como en la tribuna de prensa hubo quien se destrozó las manos aplaudiendo al nuevo caudillo. Quienes así proceden tienen miedo a perder las jugosas subvenciones que el gobierno reparte a la prensa afín; el grupo socialista batía palmas como si no hubiese un mañana porque les va en ello el sueldo y tienen miedo a perderlo; Sánchez, ya lo hemos dicho, tiene miedo a indisponerse con alguna de las tres columnas en las que sustenta su nefasto liderazgo.
Como verán, no hay corral para tanta gallina. Pero aquí mi pluma se detiene, porque igual unas activistas que proclaman en las redes que el gallo viola a las gallinas que fecunda me tildan de machista. Así que rectifico. Al fin y al cabo es cosa de gallos y de gallinas. Bueno, y de huevos, que también son parte del asunto.
Sor Intrepida
Me alegro de que "de repente" se haya dado cuenta de que Sanchinflas es un cobarde cagón.Se sabe incapacitado y falso.Desde sus cvs hasta sus risibles "manuales" y "tesis" para ponerse a llorar.Eso aprobada por "Ilustres" catedráticos asendidos a dedo y de dudosa cualificación académica,por no decir penosa. ¡Que bajo ha caído la Universidad!.Otro chiringuito de vividores,endogámico,eso si.
Aggelos
Excelente artículo. Sólo un tonto no vería que este estado "follido" (¡cómo me ha costado dejar la "i"!), los que mandan de verdad son los secesionistas. Satánchez en un empleado del globalismo al que le han orden de que "a los indepes no se les toca"
Norne Gaest
El sistema se ha tragado mi comentario inicial. Por si acaso no sale, antes de levantarme hago un nuevo comentario a esa imagen parlamentaria tan obvia: Pedro gallo entre las gallinas y gallina entre los gallitos regionales. No es de ahora, sino de todos los presidentes de gobierno desde el punto y hora en que han necesitado los votos del tribalismo regionalista. Una vergüenza, sobre todo cuando se debate el estado de la nación. Los que no somos de esas regiones tenemos que escuchar la tabarra insolidaria y extemporánea, la queja interminable de regiones privilegiadas, su poder de chantaje. Y sin que ninguno de los dos grandes partidos (ni los medios de comunicación o interminables comentaristas lo pidan) se decida a proponer el cambio de esa Ley Electoral nefasta para el interés general.
Norne Gaest
Así es, un distinto tono con unos y otros. Pero esto no es cosa de Sánchez, sino de todos los presidentes de gobierno desde el punto y hora en que han necesitado de los votos regionalistas. La cosa empezó con Felipe González y desde entonces hemos visto el mismo tono obsequioso con los tribales a cargo de Aznar, Zapatero y Rajoy. Por eso, entre otras cosas, el Congreso de Diputados se ha convertido en un espectáculo con algo o bastante de repulsivo. Pero es cierto que, siendo el tahur de la Moncloa tan arrogante, su rendición total con los nazionalismo, en el fondo y en las formas, es especialmente hiriente. Cada uno a su modo sigue teniendo la sartén por el mango: tienen la propaganda (desde siempre), el manejo de las subvenciones, las televisiones, la educación, el mundo del artisteo, el Tribunal Constitucional, la Fiscalía, las Universidades, los medios de comunicación y periodistas afines (inmensa mayoría), miles de clientes y parásitos, el dinero para engrasarlos y mantenerlos, el poder central o regional coactivo, la falta de escrúpulos, la demonización absoluta de Vox y descalificación del resto de los opositores, el mutismo público de los militares ante las amenazas a la unidad nacional y el ordenamiento constitucional, la falta de arrojo de los grandes empresarios para oponerse a la dictadura en ciernes... Efectivamente, el tahur de la Monclona es gallo con espolones entre las gallinas nacionales y gallejo cobardón entre los gallitos enanos de las regiones, hoy, con razón, mas chulos y rozagantes que nunca.