Hace ya algunas semanas que varios pueblos de España están sacando sus santos a la calle implorando que llueva. Estamos secos. Apenas han caído unas gotas en nuestro mes de aguas mil. Y la sequía asoma la cabeza como una batalla política que puede decidir votos en las elecciones del 28 de mayo.
Doñana es solo la punta del iceberg de un problema severo, que no es nuevo. Pero el contexto en el que Andalucía ha impulsado esa ley de regadíos es el de una sequía grave. Juanma Moreno ha sido el primero en entender que entre el campo o las familias -temerosas de un nuevo repunte de precios en la cesta de la compra- y los ayatolás de la emergencia climática, es preferible quedarse con el voto de los primeros.
La guerra del agua (por la falta de ella) se repite cíclicamente. Y nos divide en bandos. La España húmeda contra la España seca. La sequía tiene el potencial de cambiar gobiernos. Ha ocurrido en el pasado. Y puede ocurrir en el presente si no empieza a diluviar. Rápido. Cuando un santo sale a la calle es que el agricultor ha perdido toda esperanza en su cosecha y solo le queda mirar el cielo y esperar la intervención divina.
No es casualidad la sobreactuación del PSOE en Doñana. Ni que El País y otros medios de la órbita sanchista abran el fin de semana a todo trapo con la sequía y le dediquen editoriales. El agua entra en la agenda a un mes de las urnas y justo cuando el campo necesita la lluvia urgente. El trigo y la cebada, dicen los sindicatos agrarios, están casi perdidos en buena parte del país. Los cultivos leñosos, al borde de la asfixia; y se habla de explotaciones de ganadería extensiva a la venta ante la incapacidad del sector de lidiar con la escasez lluvias.
El año hidrológico está siendo nefasto. Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), el valor medio nacional de las precipitaciones acumuladas en los últimos seis meses se cifra en 334 mm, lo que representa un 21% menos que el valor normal correspondiente a dicho periodo (425mm). Los pantanos están al 51,12% de su capacidad y bajando. Es un 15,5% menos que el agua embalsada en esta época durante los últimos diez años.
El agravio como gasolina electoral
Ante esta situación lo normal es que los partidos entren a la batalla del regate corto, de salvar los muebles. El debate está entre la emergencia climática y sus medidas frente a las reclamaciones del campo y sus necesidades. Hay un voto que se juega justo en ese punto medio.
Otro parte del voto se decide a la hora de abordar proyectos a largo plazo. Son los trasvases, que cargan una enorme mochila de agravios. La Mancha contra Murcia; Aragón contra el Levante; Andalucía contra todos. El agravio entre territorios es una gasolina electoral impagable, porque nada mueve más a la gente que sentirse perjudicado por otro. Que se lo digan a los nacionalistas y a los cantonalistas de la despoblación.
Es difícil encontrar un discurso nacional sobre el agua. Lo tiene Vox y si acaso Ciudadanos. PP y PSOE se mueven en función de sus baronías, diciendo una cosa y la contraria según les interese. Y Sánchez arrampla contra el que puede, ahora Moreno. Pero hay en esta sequía otro factor a tener en cuenta, más allá de las batallas entre comunidades o los decretos que seguro llegarán a muy corto plazo. Es la inflación. Una escasez severa de agua puede elevar todavía más el precio de la cesta de la compra. Un encarecimiento sobre el encarecimiento ya de por sí inasumible para muchas familias. Aquí sí que llueve sobre mojado.
COROVLU
Y los pantanos derribándose "para que suban los salmones y los esturiones por nuestros ríos". Disfrutemos de lo votado.
Leonidas
El desastre se veía venir desde hace un mes y se tapaba. La mitad Sur no tendrá cosecha y la mitad norte, con suerte perderá la mitad. La ganadería ser ira a la ruina sin grano ni paja y la cesta de la compra se verá desabastecida. Pero este gobierno criminal nos sigue aburriendo con sus leyes liberticidas. Pocas guillotinas habrá
Rigoryresponsabilidad
Promover y cuidar los bosques es generar embalses naturales y retienen el suelo y generan arroyos que acaban en ríos.
CORIOLANO1
Aquí no llueve porque la gente quiere que luzca el sol siempre, dado que este es un país de cigarras y fastidia muchísimo que llueva porque dificulta la romería hacia las playas y el turismo de chiringuito. En este secarral ibérico, la única certeza al amparo de las centurias es el anticiclón de las Azores. El dedo director del clima, ese que enviaba las nubes, las borrascas y que cubría de nieve los montes para alimentar la cabecera de los ríos y que pintaba de verde los prados y las copas de los árboles, para alegría de la vida, ese milagro que inspiró a Beethoven la VI sinfonía, se ha cansado que unos chicos y chicas ataviados con alpargatas y pantalones vaqueros, se cansen en confundir el tiempo bueno con el tiempo seco. Mas de uno bufonea con ello, incluso, transmitiendo por la televisión la buena nueva a sus incondicionales que en un "puente" vacacional de los meses de Abril y Mayo, no va a llover nada. Para justificar la nómina, ahora le ha dado por poner nombre a la pseudo fenómeno y -gente fina- medir la presión en ectopascales en lugar milibares como los Medina, en cuya época, como era gente seria llovia mucho mas. Jamás en la vida, en el campo yermo de las Castillas, a nadie que viviera del campo se le hubiera ocurrido sembrar maíz en Palencia donde hubo trigo, y regar con gigantescos aspersores en Julio y Agosto a las 2 de la tarde. Ahora, si. Aquí no hay agua pero es el país de Europa donde mas se dan mas piscinas privadas per capita, porque un litro de agua potable cuesta infinitamente menos de lo que vale. Ahora toca correr porque la gente solo atiende al palo, pero cuando acaben por llegar las borrascas y resolver o paliar el problema, las cigarras volverán a cantar confiadas a la luna, en una terraza y dar culto a la nueva religión del ocio para todos/as.
Norne Gaest
El problema de la falta de agua es uno de los grandes problemas que no se afronta por el sistema político como una de las grandes cuestiones. Como dice el columnista, solo Vox (como casi siempre, por otra parte) tiene una posición clara al respecto: un planteamiento nacional, de forma que la solidaridad interterritorial opere, por ej. con trasvase de las zonas excedentarias a las deficitarias. Hay otras cuestiones, según creo: limpieza de pantanos (por el efecto de la progresiva colmatación de los fondos), el derroche, el esquilmamiento de algunos acuíferos, o la falta de inversión de desaladoras
Petrapacheco
La sequía no es un problema: el problema es la falta de una política hídrica solidaria en España. Mucha bandera, mucha bandera pero a la hora de la verdad, el agua no se toca.
Fernandoo
Este fin de semana he estado en Huesca y esperan perder la mitad de la cosecha y en algunos sitios las rogativas para pedir agua hace tiempo que las hacen. ¿Lo del trasvase? Si no tenemos agua ni para nosotros me decían.
jopano
El campo se muere: 14 de mayo hay convocada manifestación en Madrid.