Opinión

Si esto es una izquierda...

En el proceso de hundimiento del sanchismo, la bajada de las aguas dejan a la vista prácticas de corte fascista introducidas de contrabando

  • Sánchez y Errejón, cuando entonces


Con Ábalos y con Errejón, nadie vio nada. Para intentar entender a los 'número uno' que no se enteraban de lo que hacían los número dos, hay que echar mano de las teorías sobre “análisis de riesgos”. Lo que aparece por sorpresa se denomina cisne negro, el desastre que nadie esperaba, y las amenazas que todos conocen y son ignoradas hasta que explotan son definidas como rinoceronte gris. Pedro Sánchez y Yolanda Díaz pretenden hacernos creer que sus lugartenientes son dos cisnes que les sorprendieron al levantar el vuelo. ¡Qué maravilla! No veían a los paquidermos que hozaban en el salón.

Óscar López presentó una falsa dimisión como Secretario de Organización socialista y se creó una comisión feminista con Amparo Rubiales y el actual abogado de Begoña Gómez, Antonio Camacho, que nunca hizo nada. Un paripé

Lo que está retratando el caso Errejón es una izquierda inmoral que utiliza la bandera del feminismo como simple munición electoral. Al ver en La Sexta cómo Ana Pastor se rasga las vestiduras contra José María Aznar por criticar al fundador de Podemos, qué pensar. La comunicadora utiliza como argumento de autoridad contra el PP el caso Nevenka. Le acusa de proteger a Ismael Álvarez, el alcalde condenado por acoso. Ya escribí en Vozpópuli sobre el cinismo en este caso de quienes proclaman “el feminismo es nuestro, bonitas”, que diría Carmen Calvo. Pastor repite la trampa de ocultar la parte de la historia que retrata la hipocresía de una izquierda que ella representa.

Oscar López, el dos del PSOE en aquel momento, pactó con el acosador condenado una moción de censura en el ayuntamiento de Ponferrada para quitarle la alcaldía al PP de Aznar. Lo consiguió y, cuando esta indecencia se convirtió en escándalo nacional, fuimos testigos de un paripé que Pastor ignora a conciencia en sus múltiples producciones sobre Nevenka. López presentó una falsa dimisión como secretario de Organización socialista y se creó una comisión feminista con Amparo Rubiales y el actual abogado de Begoña Gómez, Antonio Camacho, que nunca hizo nada. Un paripé, como lo de Sumar con Errejón ahora.

En el imperio de la mentira, la izquierda política y mediática que representa el sanchismo se mueve como pez en el agua. En la puerta del búnker que Sánchez ha organizado en Moncloa se puede leer “mentir es de izquierdas”. El nuevo gurú que ahora han puesto al frente del gabinete de propaganda se llama Diego Rubio y sus méritos académicos se resumen en una tesis doctoral sobre el interés ético de mentir a los votantes. ¡Con un par! Una destacada académica, ella sí, Marina Pérez de Arcos, le retrata en El Mundo con precisión: “La ética de los bulos”. Este crack que entiende la política como el arte de la manipulación y el engaño es el ideólogo del plan para la regeneración democrática del “número uno”.

Con los ministros socialistas dedicados a tiempo completo a responder ante cada episodio de pánico de la pareja presidencial, el mejor dinamitero formado en las Juventudes Comunistas se dispone a controlar “su espacio político”

Pensadores como Confucio y Sócrates sabían que para poder entender algo debes llamarlo por su nombre. Se lo leí a uno de los mejores expertos en los nuevos fascismos del siglo XXI, Rob Riemen. Él y otros especialistas advierten que, como dejó escrito Albert Camus, “el bacilo de la peste no muere ni desaparece jamás”. Lo que conviene saber es que en cada momento ese mal adquiere formas distintas. Una de las más dañinas es la que utiliza verborrea antifascista para dar el pego. ¡Fascismo antifascista! “Tiro al facha”, en traducción de los fachas indepes.

Conviene fijarse en lo que hacen, no en lo que dicen. Si atacan la independencia judicial o la libertad de prensa, da igual si se llaman Orban o Sánchez, en Hungría o en España. En el proceso de hundimiento del sanchismo, la bajada de las aguas dejan a la vista prácticas de corte fascista introducidas de contrabando. Condenar a los españoles a una guerra civil interminable ha sido su programa básico. En los fascismos, a derecha o a izquierda, no hay ideas o valores universales -feminismo o justicia social-, vale cualquier cosa que se adapte a la conveniencia del momento.

Ahora, si se ignoran los psicodramas de salón que han inundado los platós y se pasa al análisis político, lo relevante es que Pablo Iglesias vuelve, aprovechando el caos que desborda a Pedro Sánchez. Con los ministros socialistas dedicados a tiempo completo a responder ante cada episodio de pánico de la pareja presidencial, el mejor dinamitero formado en las Juventudes Comunistas se dispone a controlar “su espacio político”, con la cooperación del Comité Central del partido. Prepárate para sus famosas performances de combate, con alfombra roja tele a tele. El Gobierno de España de nuevo en sus manos. El sanchismo era esto.

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