Nuestro refranero alberga sentencias memorables que condensan siglos de sabiduría popular. Una de ellas es, sin duda, el infierno está empedrado de buenas intenciones, frase que le sienta como un guante a la hoy en entredicho Ley integral de Garantías de la Libertad Sexual, redactada en 2019 al calor de aquella primera y polémica sentencia de la Audiencia Provincial de Navarra contra La Manada por su deleznable violación grupal a una joven de madrugada en un portal de Pamplona durante los Sanfermines 2016.

Los implicados resultaron condenados en primera instancia solo por abuso sexual -con frases en el fallo verdaderamente insultantes para la víctima por parte de uno de los magistrados, Ricardo González- aunque el Tribunal Supremo pondría posteriormente las cosas en su sitio elevando las penas por un delito de violación consumada… Que es lo que tiene vivir en un sistema judicial garantista como el nuestro. A veces lento hasta la exasperación de las víctimas y sus familias, pero seguro.

El problema es que, para entonces, para cuando el Supremo enmendó la plana al Provincial navarro, la marea feminista con su grito Hermana, yo sí te creo ya había inundado las calles españolas el 8M de 2018, y lo que debería haber sido un debate sosegado y desapasionado sobre cómo combatir la creciente violencia grupal contra mujeres se convirtió en una suerte de subasta de populismo punitivo a ver quien da mas.

Esperemos que no haya mucha excarcelación de violadores, confiemos en que el Gobierno reaccione con igual celeridad que ante la exigencia de ERC para derogar la sedición y malversación en beneficio de Junqueras, Puigdemont y demás mártires del 1-O

Podemos acababa de llegar al segundo Gobierno de Pedro Sánchez, quitándole -no sin resistencia- a Carmen Calvo y al feminismo tradicional del PSOE el jugoso políticamente Ministerio de Igualdad, tan eficaz en la guerra cultural de izquierda contra derecha; fue el precio que tuvo que pagar el inquilino de La Moncloa, además de la vicepresidencia para Pablo Iglesias, y sendos ministerios de Trabajo, Yolanda Díaz, y Consumo, Alberto Garzón, por su nuev investidura.

De hecho, a la ministra y pareja de Iglesias, Irene Montero, le faltó tiempo para rebautizar la Ley de Libertad Sexual con ese feminista y antipatriarcal Ley del Solo sí es sí, en alusión al controvertido consentimiento verbal previo de la mujer como eje del juicio oral contra cualquier agresión sexual, que ahora amenaza como un bumerán a la propia titular de Igualdad y a todo el Gobierno si decenas de agresores sexuales ven rebajada su pena y son excarcelados antes de tiempo.

Esperemos que no, confiemos en que el Gobierno reaccione legislativamente con igual celeridad que ante las exigencias de ERC para derogar la sedición y la malversación en beneficio de Oriol Junqueras, Carles Puigdemont y demás compañeros mártires del 1-O-, porque, si no, la coalición PSOE/Unidas Podemos va a tener un serio contratiempo de alarma social con un goteo de violadores saliendo de prisión por toda la geografía.

Pedro Sánchez acabará teniendo un serio contratiempo si no para los pies a Irene Montero & cia, por la ”soberbia” contra los jueces, en palabras del socialista Page, que han destilado en sus primeras reacciones todas las señaladas por la monumental pifia

En particular, el contratiempo lo van a sufrir con sus votantes Pedro Sánchez y el PSOE si el presidente no para los pies a las verdaderamente señaladas en la descomunal pifia, al margen de que todo el Consejo de Ministros esté concernido, después de ver la ”soberbia” -en palabras del socialista Emiliano García Page- que han destilado en sus primeras reacciones y su negativa a cambiar una coma.

Montero y todo el equipo que la rodea: desde la secretaria de Estado Angela Rodríguez alias Pam -sin formación alguna conocida en derecho pero que esta semana se atrevía a decir a todos los jueces que ”se formen” si no quieren prevaricar-, hasta la Delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, ésta sí magistrada, Victoria Rosell, pasando por la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra. Lejos de asumir el evidente error de técnica legislativa cometido, todas ellas culpan a los miles de jueces que hay en España poco menos que delinquir con toga solo para fastidiar a este Ejecutivo:

La reacción de Pam, de su jefa Irene Montero, etcétera, verdaderamente sorprende porque, verán, el Ejecutivo estaba advertido por todos: por el Consejo de Estado, por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), por las asociaciones de jueces conservadoras o progresistas, por las juristas progresistas de Themis, por la oposición de PP, de Ciudadanos y Vox… en definitiva, todos los que pintan algo en ese complejo mundo del derecho habían advertido que el proyecto de ley tenía una brecha por la cual se colaría la rebaja de condenas a violadores ya sentenciados.

Así ha sido, es y será siempre que haya un cambio en el Código Penal, en virtud del artículo 2.2, que garantiza al reo la pena más favorable… No hay más preguntas señoría, dicen los castizos modernos, o no debería haberlas habido cuando todos los anteriormente señalados coincidieron en su aviso unánime. Se trataba de añadir una simple disposición transitoria final -siempre se hace en una reforma de calado, precisamente para curarse en salud-, y el riesgo de rebaja de penas y excarcelaciones quedaba conjurado.

Pero llegado el momento Irene Montero dijo Solo sí es… no; ni tutelas ni tu tía, que diría el desaparecido padre de la Constitución y del PP Manuel Fraga… ”este proyecto es mío Carmen Calvo y tú no vas a meter mano en él desde vicepresidencia; por mas que, al tratarse de una ley integral, en la cual el Ministerio de Justicia tenía mucho que decir, este proyecto es de Podemos, no vuestro”, debió pensar para sus adentros la ministra de Igualdad en clave electoral… Y luego pasa lo que pasa.

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