Un dicho en los mercados afirma que “unas veces se gana y otras veces se aprende”, y a pesar de su aire a excusa barata, tiene todo el sentido. De los errores se aprende. En la bolsa, los errores cuestan dinero. Y por desgracia hay lecciones que no se aprenden en ningún manual, hay que vivirlas y padecerlas. Por ejemplo, quienes defendían que el bitcoin es un activo refugio, pudieron comprobar este lunes que no es así. Hay que insistir en que la inversión/especulación en los mercados es voluntario, no como ir al trabajo cada día. Estos días ha vuelto la volatilidad a los mercados financieros lo que ha actuado como recordatorio para muchos. No, la bolsa no consiste tan solo en comprar y ver cómo sube el objeto de tu inversión.
Todo lo que sube, baja, salvo excepciones, como los precios. Si yo fuera gestor, este año me habrían despedido. Me he equivocado en casi todo. Pensé que sería un mal año para la renta variable, creía que veríamos muchas más bajadas de tipos de interés, pensé que Alemania entraría en recesión, esperaba que el PIB español creciera la mitad de lo que va a subir, estaba seguro que la mala situación geopolítica afectaría a las bolsas… Como estoy convencido que una cosa es tener un criterio y otra, muy diferente, pretender que el mercado se adapte a él, no he sufrido económicamente por mis errores ya que me adapto a lo que haga el mercado. Por supuesto tengo ojos en la cara y veía que la corrección debía llegar. El asunto es el timing: si acierto que Nvidia iba a bajar pero he pasado muchos meses perdiéndome la subida, he fallado.
Invitación a la prudencia
Cuando Macron convocó elecciones en Francia ya comenté: “La euforia de las bolsas europeas, por más que algunos analistas defiendan que “están baratas” en relación a Wall Street (burbujeada a su vez por cuatro valores de gran capitalización), bien merece una corrección veraniega notable, con elecciones francesas o sin ellas.” También advertí sobre Tesla uno de los valores que más ha bajado tras unos decepcionantes resultados y hace apenas tras semanas avisé del ultra optimismo en Wall Street y por ejemplo decía “Nvidia -y otras como Tesla o Amazon- están descontando demasiado del futuro (ya que esperan unos beneficios muy superiores a los actuales), y eso invita a la prudencia. Más con los problemas económicos y geopolíticos por todos conocidos. Comprar a estos niveles bolsa estadounidense no me aporta ninguna tranquilidad”.
Un gran flujo de dinero de la renta variable se ha ido hacia la renta fija porque hay más fe en la bajada de tipos de los bancos centrales que en que los resultados empresariales puedan seguir mejorando
Que llegue agosto, se alineen cuatro temas y haya una corrección es perfectamente normal porque se había subido mucho, y no creo que hubiera dudas sobre ello. Que digan ahora que porque la bolsa corrige en un año de claras subidas implica que viene una recesión económica, una exageración. “Es que Irán puede atacar a Israel” Claro, pero eso ya ha pasado este año y después se han visto máximos históricos en muchos índices. Ahora está pasando lo que yo, equivocadamente, pensé que iba a pasar en el primer semestre: un gran flujo de dinero de la renta variable se ha ido hacia la renta fija porque hay más fe en la bajada de tipos de los bancos centrales que en que los resultados empresariales puedan seguir mejorando. Más allá de eso, es muy grave lo de Japón. Pero tampoco es nuevo, ya que es un país que lleva muchos años imprimiendo yenes para poder costear un gasto público enorme, con unos problemas muy graves de envejecimiento poblacional y que vive en la burbuja de tener un banco central que interviene constantemente en los mercados para mantener esa ficción de un yen que cada vez vale menos.
Pero más allá del tema Japón, que sí que puede provocar una crisis económica y financiera global dada su importancia aunque tampoco creo que vaya a ser inminente, ¿dónde está el pánico? Es que si miramos todo con algo de perspectiva, el Nikkei está en niveles de enero de este año, incluso tras una corrección brutal del 12,4% en una sesión. Y el S&P500, principal índice bursátil estadounidense y por tanto mundial, sube un 10% en lo que llevamos de año… ¡incluso después de unas semanas muy duras! El Ibex hace unos días cotizaba por encima de 11,200, el lunes tocó 10,300. Es un movimiento muy fuerte, estoy de acuerdo, pero sigue en positivo en el año, ha pagado muy buenos dividendos a los accionistas y, no lo olvidemos, el año pasado subió un 23%.
Mejor desempeño de los bancos
Además, tiene sentido que los tipos altos hicieran subir mucho a los bancos, principal baluarte del Ibex, y que si ahora se descuentan más bajadas, y por tanto menores márgenes, corrijan. No hace ni dos semanas escribía: “Me extraña más que ese dinero esté rotando hacia otros valores a los que veo poco recorrido como por ejemplo los bancarios. De hecho, la última encuesta a gestores que realiza mensualmente el Bank of America, la de junio recién publicada, asegura que se ha reducido al 30%, respecto al 56% de mayo, el número de gestores que pronostica un mejor desempeño de los bancos en el futuro. Es lógico, dada la caída de los rendimientos de los bonos y la ampliación de los diferenciales de crédito, todo ello en un contexto marcado por el ciclo de bajadas de los tipos de interés por parte de los bancos centrales.”
Al final que se imponga el sentido común y se frenen las euforias exageradas no es una mala noticia. Huyamos de los titulares catastrofistas. Yo veo más volatilidad de las bolsas por lo menos hasta octubre (septiembre es el peor mes por estadística) pero no creo que el último trimestre no cumpla su típica pauta alcista de cada año, la verdad. Y eso que problemas hay para aburrir, pero no son tan distintos a los que había con las bolsas mil puntos más arriba que hoy.