Una de las características del votante de izquierdas es la credulidad ante cualquier cosa que venga de los suyos. Es lógico viniendo de una ideología construida como una religión civil. El socialismo para la felicidad universal es una cuestión de fe, y sus predicadores son santos mártires de la causa a los que hay que creer y obedecer. Al tiempo, y sin que esté de más, hay que vituperar e insultar al enemigo de religión y apóstata.
El resultado es que Sánchez, como nuevo patriarca de la iglesia ortodoxa del progresismo, siempre tiene razón, nunca se equivoca, y si algo sale mal es por culpa de la indeseable derecha, de Putin, del cambio climático, de la prensa o de los señores que fuman puros en cenáculos.
Por ejemplo, Sánchez puede decir: "A la gente hay que decirle la verdad”, como afirmó cariacontecido este pasado junio, y quedarse tan ancho porque sabe que la izquierda, sus feligreses, no se van a chotear. Otra: Si los socialistas andaluces son sentenciados por malversación y prevaricación en una trama de años, como en el caso de los ERE, el error no es del PSOE sino de los jueces, que ven delito donde solo hay bondad.
Hasta María Jesús Montero, ministra de algo, que no de Hacienda, después de aplicar 42 subidas tributarias dice que el PSOE “ha hecho la mayor bajada de impuestos de los últimos años”. De risa. O la otra Montero, Irene por más señas, tras gastar 100.000 euros en un viaje de lujo a EEUU dice que Feijóo es “elitista” y “desigual”. En fin. ¿Cómo van a caer bien?
Ahora Sánchez y sus cabezas de huevo monclovitas han decidido remontar la antipatía que generan con más presencia pública directa, sin intermediarios, estrechando manos de desconocidos. Llaman a la campaña “el gobierno de la gente”.
Es un clásico de la política mediocre: el problema de la impopularidad no es que se trabaje poco y mal, con nefastos resultados y perspectivas idiotas, no, es que se comunica mal. Luego sale el arrogante y dice que hace falta más pedagogía para convencer a los españoles, que somos unos palurdos que no tenemos ni puñetera idea.
En el fondo está la ilusión de la izquierda de que son el pueblo, ese sujeto dormido que la vanguardia organizada, el Partido, despierta a voluntad. Por eso gritan “¿A quién defiende Feijóo?”. Y el coro norcoreano contesta: “¡A los ricos, a los ricos!”. Porque la izquierda es “la gente”, ese subterfugio populista que Podemos introdujo en España para hablar de arriba, la casta, los que ganan siempre, frente a los de abajo, los comunes, los que pagan, la gente.
Es que un izquierdista, con independencia de cuántos chóferes, mansiones, mayordomos, 'babysitters', planes de pensiones, asesores y cuentas bancarias tenga siempre es un miembro de “la gente”, un igual hermanado con los currantes que no llegan a fin de mes, los desahuciados, los que se agolpan en el metro, los que planchan su propia ropa, y ven un lujo comer en un burguer.
El truco para resolver esa contradicción embarazosa es vestirse combinando ropa carísima con otra de Zara o Primark. Por supuesto, hay que hablar con lenguaje inclusivo sobre el chuletón de tofu o la violencia obstétrica. Ah, y no se olvide de insultar a la derecha. Ya sabe: no hay humor si no se hace bullying a la derecha desde la radio, la tele o un podcast. Son esos humoristas que adoptan las formas del matón del colegio, humillando al “otro” para hacer reír a su rebaño.
Todo esta grey seudo intelectual ha hecho creer a los dirigentes del sanchismo que forman parte de “la gente”. Vamos, les dicen que sus vidas de privilegios con sueldos imposibles para cualquier mortal, de trabajo en comisiones que no sirven para nada, de mandar informes a técnicos que simpatizan con la causa, maridan muy bien con la vida real.
Por esto es insultado cualquiera que dé las cifras de la inflación y el paro, o que describa nuestra situación internacional, o que llame la atención sobre la falta de políticas profundas de recuperación o de un plan energético más allá de ahorrar. Se ponen muy nerviosos cuando se muestra la distancia entre el discurso mágico del sanchismo y la cotidianeidad de la gente.
Ahora van a hacer un especial “Viva la gente, la hay donde quiera que vas, viva la gente, es lo que nos gusta más”. Creo que esto se les ha salido de madre.
UnodeTantos
Dª Isabel Fernández Alonso, escribió un artículo sobre la tremenda falta de coherencia del Partido Socialista al recurrir al argumento del “respeto a la Constitución” por el asunto del retraso en la renovación de los 20 vocales del CGPJ. 1º Causa perplejidad que el Partido Socialista pretenda dar lecciones de acatamiento al marco constitucional cuando ha tratado --sin éxito, por las presiones internacionales-- de reformar la LOPJ para reducir la referida mayoría de 3/5 a mayoría absoluta, y así realizar los nombramientos de los 12 vocales de procedencia judicial solo con el apoyo de sus socios de investidura. Todo ello en un contexto en que el propio Tribunal Constitucional, en 1986, dejó claro que la aplicación de cuotas de partido en este proceso sería contraria al espíritu de la Constitución. 2ª Falta de coherencia del PSOE, su sangrante permisividad con la vulneración de nuestra Carta Magna en Cataluña. Resulta inaudito que el Gobierno de España haya abandonado a las familias que están reclamando enseñanza también en español en una parte de España, máxime cuando fue la Abogacía del Estado la que promovió en 2015 las actuaciones que han conducido a la sentencia del 25%. 3º Oto acto contrario a la Constitución por parte de la PSOE es la eliminación de las banderas oficiales de la gran mayoría de edificios públicos, lo que contraviene de manera flagrante el artículo 4 de la Constitución. “Solo el 13,4% de los ayuntamientos catalanes cumplen la normativa de símbolos. Entre los que no lo hacen figuran 33 de los 64 donde gobiernan los socialistas.” 4º También es contrario a la Constitución el especial abuso del decreto ley por parte de los gobiernos de Pedro Sánchez. Se trata de una fuente del derecho prevista constitucionalmente para circunstancias de extraordinaria y urgente necesitad que, por tanto, no puede convertirse en una fórmula ordinaria para legislar, por cuanto implica una evidente invasión del poder legislativo por parte del ejecutivo, limitando el deseable debate parlamentario propio de una democracia sana y dañando aún más la ya maltrecha división de poderes.
Ratwulf
Pues no cuela. La pelotilla de sobrasada pro indepe al guano y la Pisoe también.
pepitogrillado2022
sin entrar en detalles por todos sabidos e ignorados; me voy a tomar cada mes hasta final de año como una bola de match ball de final de partido. Vamos a ver si tienen los miles de millones para pagar solo dos conceptos; mes a mes, pensiones y pagos de deuda a vencimiento 2022. Primero septiembre, luego octubre, noviembre y diciembre. Solo con esos dos datos vamos a ver que pasa.......
Wesly
Precisa descripción de cómo funciona la nueva religión progresista que pretende imponernos la dictadura del pensamiento único a base de dogmas de fe irracionales y sectarios. Hay que reconocer que los socialistas son maestros en el arte de mentir, manipular, dividir, fanatizar y sectarizar a la sociedad. La razón, la verdad, los hechos objetivos no existen para los socialistas. Son cosa de fachas. Su objetivo es colar su "relato" basado en mentiras, en medias verdades y en el olvido exprés de verdades objetivas que lo desmienten. Pretenden anular la razón y avivar las emociones negativas (odio, envidia, rencor) para apuntalar su “relato”. Disponen de una potente y bien engrasada maquinaria manipuladora (pagada con dinero público) que hace muchísimo daño en las mentes débiles y crédulas (que, desgraciadamente, son demasiadas).
Bartleby
La gente, con este término el sanchismo culmina su metamorfosis al populismo reaccionario podemita, ya no le queda nada a Pablito, las chicas y ahora la "gente" y por supuesto la "casta" disfrazada se señores que fuman puros o que se llaman CEOE. La tragedia de Podemos es que ha cambiado de líder sin saberlo.
vallecas
Durante los últimos 40 años se lleva trabajando el "cerebro de la gente" con el cuento "que viene el lobo". El resultado es que todo lo que viene de un lado, PP, Ciudadanos, Vox , (TRIFACHITO) es malo. (Inés Arrimadas ¿fascista?) Lo que viene del otro es bueno, incluido Bildu, Eta y Comunistas. PROGRESISMO. Lo que usted describe es el resultado de 40 años de trabajo y no estoy seguro de quienes son los culpables de haberlo permitido.