Opinión

Wall Street aguanta la embestida china

Algunas valoraciones no están justificadas porque descuentan un futuro demasiado idílico

  • Wall Street resiste -

Tras las dudas de las dos primeras semanas de enero, por fin Wall Street volvía a la euforia, y a marcar un nuevo máximo histórico- al calor de los anuncios del nuevo presidente Trump de mayores inversiones en infraestructuras y en Inteligencia Artificial. Los más prudentes temían que cualquier agresiva declaración en política exterior, o algún aviso de la Reserva Federal de endurecimiento de la política monetaria o algún mal resultado empresarial (estamos en plena época de presentaciones) pudiera “bajar de la nube” al mercado. Pero una y otra vez los hechos se empeñan en burlarse de todo aquel que pretende predecir el futuro. Si las correcciones periódicas bursátiles son un hecho incuestionable, el motivo para ellas nunca es el esperado. En una semana festiva en China por las celebraciones del Año Nuevo, una empresa hasta entonces desconocida por casi todos y fundada hace poco más de un año, DeepSeek, presentaba su asistente de IA generativa, es decir, lo mismo que ChartGPT o que Grok (quizás las más conocidas en Occidente) y, de repente, el lunes DeepSeek R1, con apenas unos días en circulación, se convertía en la app más descargada en la tienda de aplicaciones de Apple.

Un auténtico cisne negro

Si nadie podía esperar el éxito de esta app por su buen funcionamiento, mucho menos podían imaginar un rendimiento tan competitivo con unos chips que no son de última generación, menor cantidad de datos (y menor gasto de energía) y con un modelo de código abierto. Si todo era cierto, esta empresa china había conseguido en muy poco tiempo y con muy poco coste, mejorar el largo y caro trabajo de grandes tecnológicas de Silicon Valley. Un auténtico cisne negro (en el sentido que nadie lo esperaba) bursátil que además llegaba en un momento de -probablemente excesiva- euforia en el mercado y que afectaba directamente a los valores de mayor peso en Wall Street. Por otra parte, el presidente Trump afirmó que esto era "una llamada de atención" para la industria estadounidense. Tiene sentido, los chinos ya han conseguido en muchos sectores hacer productos tan buenos como los de Occidente, y a un precio mucho más competitivo. Y con lectura geopolítica, justo cuando se está dilucidando si la china Tik Tok (otra innovación “tecnológica” de gran éxito) va a poder seguir funcionando en Estados Unidos.

El Nasdaq bajó el 3% y el S&P500 un 1,5% pero el Dow Jones (donde las tecnológicas no tienen tanto peso y no se pondera por capitalización) subió un 0,65%

No es la primera vez que hablamos aquí de Nvidia, compañía creadora de chips para videojuegos que, gracias a su calidad, acabaron convirtiéndose en ideales para el desarrollo de la IA. Su valor en bolsa se multiplicó por 9 en los dos últimos años llegando a convertirse -hasta hace dos viernes lo era- en la cotizada de mayor capitalización bursátil de Wall Street. De hecho, su +171% de subida en 2024 contribuyó con más del 22% al rendimiento general del S&P 500 (Apple, Amazon y Meta representaron el 7,4, el 5,9 y el 5,5 por ciento del rendimiento anual del índice, respectivamente). Si para hacer buena IA (según los expertos, DeepSeek R1 es tan bueno como las mejores en matemáticas, razonamiento del lenguaje y codificación) no hacen falta microprocesadores de gama alta, la altísima cotización de Nvidia (y de algunos otros valores relacionados con la IA estadounidense) no estaba justificada, y por eso el mercado la castigó el pasado lunes con un desplome del 17%, lo que en términos de capitalización supuso la mayor caída de valor de la historia de una empresa en una sola sesión: 589 mil millones de dólares.

Estos son los motivos por los que Wall Street se llevó el primer gran susto del año pero si nos fijamos bien, no fue un desplome del mercado generalizado ni mucho menos. El Nasdaq bajó el 3% y el S&P500 un 1,5% pero el Dow Jones (donde las tecnológicas no tienen tanto peso y no se pondera por capitalización) subió un 0,65%, incluso nuestro Ibex (sin ninguna empresa del ramo) acabó la sesión en positivo. Esto quiere decir que la corrección a un exceso de un sector determinado no consiguió tumbar al mercado aunque afectara a los valores más grandes, lo que es síntoma de fortaleza. De hecho, ocurrió algo tan insólito que nunca había ocurrido en la historia: a pesar de la caída ya citada del S&P500, 350 de los 500 componentes del índice acabaron la sesión con alzas. Para nada ese comportamiento refleja pánico, simplemente es un recordatorio de lo que algunos llevamos advirtiendo mucho tiempo: algunas valoraciones no están justificadas porque descuentan un futuro demasiado idílico, y puede que por fin algunos se estén dando cuenta. Y falta un dato: al día siguiente Nvidia protagonizó la tercera mayor subida en capitalización en una sóla sesión de la historia, recuperando 259 mil millones de dólares.

Resultó ser una gran semana para las bolsas europeas, con el Dax alemán marcando nuevos máximos históricos y nuestro Ibex en niveles anteriores a la caída de Lehman Brothers

Por lo demás, los bancos centrales cumplieron con el guion previsto (repetición de la Fed y bajada de BCE, que yo pienso será la penúltima del año, aunque el consenso cree que habrá más) y resultó ser una gran semana para las bolsas europeas, con el Dax alemán marcando nuevos máximos históricos y nuestro Ibex en niveles anteriores a la caída de Lehman Brothers de 2008 lo que supone máximos históricos Total Return, es decir, incluyendo los dividendos abonados. Y un último apunte: una vez más el lunes ante la fuerte caída del Nasdaq también bajó con ganas el precio del bitcoin, demostrando cómo su comportamiento va en paralelo. Esto dice mucho del valor especulativo de la principal criptomoneda y, a pesar de los que aún insisten en considerarlo un “valor refugio” contra los desplomes bursátiles, no sólo no lo es, es lo contrario: un activo que magnifica lo que hace el Nasdaq.

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