"Vamos a una sociedad gerontocrática, dominada por los pensionistas y eso no es bueno. Lo bueno es que una sociedad esté equilibrada, en una sociedad dominada por los pensionistas será muy difícil que los impuestos no sean altísimos". Así se manifiesta Alejandro Macarrón, presidente de la fundación Renacimiento Demográfico, quien lleva más de un año denunciando en todos los foros en los que se le deja, el "suicidio demográfico" al que se ve abocada España si no se cambian cuanto antes las tendencias demográficas. Resumiendo: si no se tienen más hijos.
Macarrón no quiere cargar las tintas contra los jubilados, que velan por su interés y votan a quien les promete que mejorará su calidad de vida. Pero destaca cómo "los jubilados son los que mejor han pasado la crisis con mucha diferencia. Se han subido las pensiones, no se han bajado, han ganado dos puntos de peso en el PIB entre 2008 y 2012, porque eso no se tocaba". Mientras tanto, "los autónomos teníamos menos trabajo, los funcionarios menos sueldo, pero los pensionistas son intocables y decisivos: votan más que la media e incluso muchos hijos pueden votar por la pensiones de sus padres. Vamos hacia una gerontocracia que podría ser autodestructiva. Los políticos ceban a los jubilados en sus sentimientos para que abusen de su poder, no es culpa de ellos, pero es un sálvese quien pueda muy humano. Corremos el riesgo de una sociedad aplastada por sus mayores". No hace falta mencionar el poco futuro que puede tener una sociedad hiperpoblada de jubilados y sin apenas nacimientos, y no sólo en términos de pensiones.
Buscan dinero
Aunque hemos querido iniciar este artículo llamando la atención sobre la paradoja de los jubilados, el propio experto en demografía Macarrón (que hace diez meses ya fue entrevistado por Vozpópuli con motivo del lanzamiento de su libro 'El suicidio demográfico de España') prefiere llamar la atención sobre el problema de financiación que está teniendo su proyecto, la fundación Renacimiento Demográfico, que busca concienciar a la sociedad española de que hay que tener más hijos desde ya, porque apenas hay margen. Y necesitan dinero.
Sin embargo, en estos 10 meses han conseguido muchos apoyos mediáticos y casi nadie de dinero. Especialmente, del dinero de los grandes patrimonios, con quien Macarrón se siente decepcionado en este momento por su escasa solidaridad: hemos estado con casi 12 grandes patrimonios que nos han dicho que estaban preocupados por la demografía pero de dinero nada, hablo de gente con cientos de millones de euros. es triste, no sé si les da miedo significarse o que una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace. apelo a los que tienen capacidad de dar dinero. En Estados Unidos se entiende que cuando una persona se ha conseguido enriquecer tiene el deber moral de devolver parte de ese beneficio que ha tenido a la sociedad". No así en España, donde no existen grandes filántropos como Bill y Melinda Gates o Warren Buffet al otro lado del Atlántico. Aquí, la aportación filantrópica de Emilio Botín o Amancio Ortega es mucho menor en relación a la riqueza que atesoran.
Mientras la fundación Societat Civil Catalana está recibiendo aportaciones de grandes patrimonios, la asociación por el renacimiento demográfico apenas recibe
"Yo creo que la satisfacción que puedes tener con tu dinero es hacer el bien -prosigue Macarrón- sea en beneficencia real o algo para tu país que es lo que intentamos nosotros: contar lo que está pasando. Por desgracia no estamos consiguiendo los fondos suficientes, hemos hablado con gente que nos animaba a hacer la fundación pero sin dinero se pueden hacer muchas cosas pero no grandes cosas. No tenemos estructura, no tenemos personal, no tenemos nada. Con tener una o dos personas a tiempo completo nos bastaría. Emplearíamos los fondos en estudiar y sensibilizar sobre el problema", asegura. Por el momento, sin embargo, están dedicando trabajo voluntario "pero eso tiene un límite". Por el momento, el dinero no llega, como sí está llegando, por ejemplo a la fundación unionista Societat Civil Catalana, financiada por grandes fortunas: "Entiendo que el problema de la ruptura entre Cataluña y España se vea como algo más inmediato, y yo por supuesto no quiero que pase, pero el problema demográfico es más decisivo para el país a largo plazo".
12 meses de intensa concienciación
Desde que Renacimiento Demográfico naciera y este medio hablara con el consultor asturiano Alejandro Macarrón, ha pasado casi un año y muy pocas cosas han cambiado en la postura de las administraciones frente al problema de la falta de natalidad. Si acaso un pequeño cambio, sustanciado en la última reforma fiscal donde han aumentadolas desgravaciones por hijo, más de lo que había pero "mucho menos de lo que hace falta". Macarrón reconoce haber contactado con gente próxima al Gobierno, que les han manifestado el interés aunque no se lo toman como una prioridad. Y aunque reconoce que la motivación para no tener hijos no es sólo económica, echa sus cuentas: "Criar un hijo cuesta al año entre 2.000 y 10.000-15.000 euros depende de las clases sociales. Yo no creo que el Estado deba darte todo lo que cuesta porque entonces hay gente que tendría hijos como negocio pero tiene que haber un copago entre el Estado y las familias porque los hijos son un beneficio para la sociedad. Se quiere que la gente tenga hijos joven, pero la gente joven gana menos dinero, lo ideal es que la gente tenga hijos entre 25 y 35 años". Y las mejores desgravaciones fiscales vendrían con sueldos más altos, cuando se está en la parte final de la carrera profesional y tal vez no es el momento para tener hijos.
¿Alguien cree la promesa de un político de que cobrarás más pensión si tienes hijos ahora?
Por ello, han propuesto hacer un "crédito fiscal, con deducciones que si no consumes este año las puedes consumir en los posteriores, o incluso traspasárselo a un familiar". Otra opción sería, lógicamente, que a igualdad de cotizaciones optaran a pensiones mayores los que hubieran contribuido a la sostenibilidad del país aportando más niños, aunque tiene un problema: ¿Alguien puede creer la promesa de un político de que te pagará más en dos décadas si haces algo ahora? Por desgracia, el contrato social está tan roto en España y la seguridad jurídica es tan débil que muy pocos creerían en ello.
En este cuadro pueden observarse algunos guarismos significativos de la demografía española en los últimos años y una proyección (sin emigración ni inmigración) de lo que pasaría si siguiera exactamente la misma tendencia que ahora, tomando como referencia periodos de unos 40 años, lo que viene a ser, en los momentos actuales, poco más que una generación.
Galicia, un ejemplo a seguir
Honrosa excepción en el 'pasotismo' de las administraciones es la comunidad gallega que, con el gobierno de Alberto Núñez Feijóo, ha lanzado un plan para tratar de revitalizar su natalidad, una de las más bajas de todo el país (por lo general, el norte es el más envejecido). "En Galicia se ha hecho este plan y tiene mucho mérito, pero tiene un presupuesto de 60-70 millones en 3 años. Es bueno respecto a nada pero comparado con la magnitud del problema. Sin embargo, en Asturias no se ha hecho nada, Castilla y León está fatal y lo mismo... En Asturias el año pasado cayó la natalidad un 12%, que no es una caída sino un desplome. Eso tenía que ser la primera, segunda o tercera prioridad de los políticos asturianos, y no lo es". Estas autonomías que sufren esta debacle de nacimientos arrastran los resultados generales del país, "porque si la media está mal pero tienes unas regiones que están fatal, entonces ya tienes un problema tremendo".
"Las zonas rurales se están vaciando de gente joven, que acude sobre todo a los sitios más dinámicos: Madrid, Barcelona o Valencia tienen más vitalidad demográfica"
No es que otras zonas del país estén mejor, sino que se produce el fenómeno perverso del vaciamiento de los jóvenes de las zonas rurales: "Las zonas prósperas atraen jóvenes a costa de vaciar el resto del país. Así ha pasado en Alemania del este, envejecidísima y vaciada por las zonas prósperas del país. En España son Madrid, Barcelona, Valencia... toda la costa mediterránea o el arco de Cádiz a Gerona más archipiélagos más Madrid más alguna capital como Zaragoza tienen cierta vitalidad demográfica. Pasa lo mismo en las provincias: Ávila es 7 años más joven en media que el resto de la provincia: en los sitios pequeños quedan los mayores, quedan envejecidísimos". Aquí se trata de un tema que trasciende lo demográfico. Si en los núcleos de población más pequeños no hay industria, no hay opciones porque vivían sobre todo del ladrillo, ¿cómo se espera que quede gente allí?
Por último, un llamamiento para que no se vea este problema como un tema de derechas o izquierdas. En Galicia creo que ya lo han separado de la política de partido, porque realmente es un ser o no ser. Estamos tratando de llegar a la Jefatura de Estado, para que impulse en la medida en que un rey constitucional puede hacer las cosas para marcar la agenda. Si no, cuando sea mayor, el nuevo rey de España vivirá en un erial demográfico.
Y para ello hay que derribar muchos prejuicios. Los de un PP que tiene una retórica profamilia pero cuyas medidas no muestran que realmente esté a favor de impulsarla. Y por una izquierda para la cual hablar de familia es algo casi nacionalcatólico: "Cuando comprendan la gravedad del problema se disiparán muchos prejuicios. Aquí hacen falta niños y parece que el único que los cuida es la familia, necesitan un entorno estable y de cariño. Cuando comprendan la verdad del problema, la derecha volverá a ser profamilia en sus medidas y la izquierda sensata, que hay mucha, también lo hará. Cuando te ves en peligro de muerte se te quitan muchos prejuicios".
Y avisa a las personas que, como el que escribe estas líneas, rondan la treintena y ven cómo, viniendo de familias numerosas, ahora sus amigos rechazan ser padres o madres y los hijos únicos son cada vez más: "La mitad de la gente joven si no mejora la natalidad no tendrá ni un nieto. Ya no sólo es que el Estado de bienestar quebraría y no podría dar más prestaciones, sería algo peor: desaparecen los hermanos, los primos, los tíos. Hay que ver esto como un problema de pensiones, pero no solo", concluye Macarrón, padre de tres hijos.